Los derechos son inalienables e irrenunciables amigo como puede decir eso, que por entrar a una institución sean restringidos o eliminados.
Vamos a tratar de explicarlo, y, en primer término, la palabra "eliminados" es suya, no mía.
En seguida, casi todos los derechos son renunciables, pero no es el tema.
Quizás un ejemplo, que hemos dado antes, clarifique el asunto: Toda persona tiene libertad de movimiento o desplazamiento, garantizado por la Constitución. Sin embargo, la guardia nocturna debe recogerse por ciertas horas. ¿Cómo entonces conciliamos ambas cosas?. Muy simple: Si quieres ser bombero y no tener problemas disciplinarios, debes cumplir el turno de guardia. La alternativa es, tan libremente como se es bombero, se deje de serlo.
Entonces el guardián nocturno debe llegar a la hora y permanecer en el cuartel. ¿Por qué?, muy simple: Porque así lo exige la institución a que pertenece. Obvio, lo inaceptable sería que se encierre a los guardianes.
Dicho de otro modo, libremente se elige qué actividad hacer o no hacer y el permanencer en ella el tiempo que se desee, pero al integrar alguna, debes cumplir sus reglas. Pasa desde el club de futbol, el trabajo, o lo que se desee pensar (te imaginas la cara del jefe cuando, luego de preguntarte por qué no viniste ayer a trabajar le contestases,
"oiga señor, no coarte mi libertad de desplazamiento".... Lo más probable es que te invite a usarla, pero en dirección a la puerta de salida)
Por tanto, no debe confundirse las garantías constitucionales con el no cumplir las olbigaciones que nacen de las propias decisiones.
Luego, lo de acatar o no órdenes es ya algo más complejo, dado que, en principio, existe posibilidad de no acatar aquellas que en sí mismas constituyan un ilícito (que no es lo mismo que se pida no hacer algo en sí lícito), pero, en lo que se comenta, es una restricción, en mi modesta opinión, totalmente lícita. Otra cosa es su fundamento o conveniencia. Pero ello jamás han sido criterios para no acatar órdenes de esta naturaleza.