permitame agregar algo que escribió un voluntario de Valparaíso muy cercano a Gabriel Lara y que es guardian nocturno en la casa de Jose Luis Claro, es algo que transcribió desde un artìculo gringo y con toques de "su propia cosecha"
Desearía que pudieras experimentar lo que se siente buscar a unos niños atrapados en una habitación en llamas, el fuego sobre tu cabeza, tus manos y rodillas quemándose mientras te arrastras, el piso hundiéndose debido a tu peso, sabiendo que abajo la cocina esta ardiendo, pero sigues buscando, queriendo encontrarlos y al mismo tiempo no quieres hacerlo, porque sabes que no estarán con vida.
Desearía que pudieras comprender el horror que experimenta una esposa a las tres de la mañana, mientras busca el pulso de su marido de 40 años sin resultado y, de todas maneras comienzo la respiración artificial, esperanzado en traerlo de vuelta, sabiendo instintivamente que es demasiado tarde, pero deseando que su esposa y familia sepan que se hizo todo lo posible para tratar de salvarle la vida.
Desearía que pudieras experimentar el miedo y la preocupación que siente una mujer cuando su hijo o esposo debe salir en medio de la noche alertado por alguna emergencia, sin saber cuanto demorara o si regresara de esta, no pudiendo si quiera conciliar el sueño al pensar en que le dirá a sus hijos cuando despierten, si su padre sufre algún accidente cuando este combatiendo el fuego.
Desearía que pudieras sentir el olor inconfundible del fuego y el humo, el sabor de las mucosas llenas de hollín, la sensación de un calor intenso a través de tu ropa, el sonido de las llamas crujiendo, el pavor de ser capaz de no ver absolutamente nada en el denso humo, sensación con la cual me he familiarizado mucho.
Desearía que pudieras comprender lo que se siente regresar a casa en la mañana después de haber pasado gran parte de la noche, enfrentando el fuego en distintos incendios, completamente mojado, agotado y con ganas de sentir el calor reconfortable de tu cama, pero no puedes porque debes seguir con tus obligaciones y con tu trabajo diario.
Desearía que pudieras leer mi mente mientras me aproximo a un edificio en llamas “¿es esta una falsa alarma o un gran incendio?, ¿Cómo esta construido el edificio?, ¿Qué peligros enfrentare?, ¿Hay personas atrapadas?, ¿Qué problemas tiene el paciente?, ¿Esta realmente en peligro la persona que llamo o nos esta esperando con un cuchillo o un arma?, ¿Podré regresar a casa o será este mi ultimo incendio?”
Desearía que pudieras estar en una sala de urgencia cuando el Medico declara la muerte de una hermosa niña de cinco años, a la cual he tratado de salvar la vida durante los últimos 25 minutos, la que nunca tendrá su primera cita o pronunciara nuevamente las palabras “te quiero Mamá”
Desearía que pudieras conocer la frustración que se siente en la cabina del carro, el conductor con su pie a fondo presionando el acelerador con fuerza, mi pie presionando una y otra vez las cornetas de aire para lograr que te cedan el derecho de paso en una intersección o en el trafico. Pero cuando eres Tú el que nos necesitas, tu primer comentario a medida que llegamos es “¡Por que les tomo tanto tiempo llegar hasta aquí!”
Desearía que pudieras conocer mis pensamientos mientras ayudo a liberar a una joven de los restos de su automóvil. “¿Qué haría si esta fuera mi hermana, mi novia o una amiga? ¿Cuál va a ser la reacción de sus padres cuando le abran la puerta a un policía con su gorra en la mano?”
Desearía que pudieras saber lo que se siente entrar por la puerta trasera de la casa para tratar de pasar inadvertido, y saludar a mi familia, no teniendo el corazón para decirles que casi no regreso con vida de la ultima emergencia, y luego me dirijo directo a la habitación de mi madre que duerme en su cama, y acaricio su suave rostro mientras una lagrima la despierta y abre sus tiernos ojos, pero como es demasiado ajena para entender porque su hijo llora, es la mejor confidente de la presión que siento en el pecho al saber que casi no vuelvo a casa.
Desearía que pudieras sentir la angustia cuando la gente expresa y algunas veces físicamente abusa de nosotros o desmerece lo que hacemos o cuando declaran su actitud al decir “nunca me sucederá a mí”
Desearía que sintieras el desgaste físico, emocional y mental, la perdida de apetito, la falta de sueño y la perdida de las actividades sociales, además de todas las tragedias que han visto mis ojos.
Desearía que pudieras sentir el compañerismo y la satisfacción personal de ayudar a salvar una vida o de preservar la propiedad de las personas o ser capaz de estar ahí en tiempos de crisis o de crear orden en una situación de completo caos.
Desearía que entendieras lo que es sostener a un pequeño niño en tus brazos quien pregunta “sí esta bien su Madre”. Sin ser capaz de mirar a sus ojos llorosos y saber que responder. O tener que sentir la impotencia y la frustración al ver que es llevado a la ambulancia tu Compañero, quien fue rescatado del interior de un incendio sin aire en su equipo.
A menos que hayas pasado por esta clase de vida, nunca entenderás verdaderamente o apreciaras quien soy, por que estamos o que significa realmente nuestro trabajo.