Los dramáticos momentos vividos por un grupo de valerosos marineros de la Armada de Chile el 15 de agosto de 1965 ante el naufragio de la escampavía “Janequeo”, quedó grabado para la historia por las ejemplares demostraciones de compañerismo, lealtad, valentía, arrojo y heroísmo que dio este personal ante el cruel desenlace de la tragedia que causó 52 muertes. Destacaron en estas acciones de salvataje el Cabo Leopoldo Odger Flores y el marinero Mario Fuentealba Recabarren.
El Cabo Odger, de dotación de la “Janequeo”, ya salvo en tierra y a pesar de estar seriamente herido, regresó al embravecido mar para salvar a dos de sus camaradas, al intentar ayudar a un tercero, las fuerzas incontrolables de la naturaleza pudieron más que él y lo arrastraron en la vorágine, falleciendo a los 37 años de edad.
Por su parte el marinero Fuentealba, de dotación del patrullero “Leucotón” varado en la playa, fue el primero en integrar una partida de salvataje para auxiliar a los marinos de la “Janequeo” que se debatían en las furiosas olas. En esta acción luego de rescatar a un tripulante de las aguas llegó en estado inconsciente a la playa, siendo atendido por lugareños. Una vez repuesto Fuentealba decidió consagrar su vida a la de sus compañeros, logrando salvar a cuatro marinos, siendo arrastrado por la corriente en los momentos que puso a salvo al último de ellos. Falleció a la edad de 2l años.
En noviembre de 1965, por disposición del Alto Mando Naval, a ambos servidores se les concedió en forma póstuma, la Medalla “Al Valor”. No obstante, como el marinero Fuentealba ya poseía tal distinción por una anterior hazaña se decidió otorgarle la Medalla “Al Valor” “Estrella de Oro”. Ese mismo año por decreto supremo se les concedió el ascenso al grado de Suboficial Mayor de la Armada.
Las hazañas de estos dos hidalgos de los mares fueron de tanta trascendencia para la historia de la. Marina y para la ciudadanía que dos de sus unidades llevaron sus nombres, cumpliendo en su época una brillante actuación al servicio de la seguridad nacional. Ambos héroes fueron sepultados con honores en la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna”, en la Isla Quiriquina, Base Naval de Talcahuano.
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