Hemos dado una vuelta completa:
En los tiempos de la toalla, había que mantenerla blanca y radiante.
Cuando llegaron las primeras prendas de nomex, el paradigma cambió; el mito decía que "lavarla hacía perder las propiedades del nomex".
Hoy sin embargo, entendemos que es necesario lavar las prendas, no siempre, pero si periódicamente. El ataque de los radicales libres emanados de la combustión incompleta es silencioso pero certero y se va acumulando en nuestros cuerpos.
He visto que en algunos cuerpos existe la mala costumbre de ocupar la esclavina hasta en situaciones que no es necesaria, como formaciones y rescates, ojala pudiéramos erradicar esa mala conducta. De hecho los uniformes de trabajo no son para desfilar; a veces pienso que se pierden más propiedades exponiéndolos al sol que lavándolos.
Y nunca nunca: dejar los uniformes de trabajo dentro de las habitaciones, ya sea de la guardia nocturna o de sus piezas.
Se lo dice uno de los pocos bomberos chilenos que han leído el manual de los uniformes normados.
PD: En último caso siempre voy a preferir un bombero limpio, hay que tenerle cariño a la imagen que proyecta el uniforme.