No es un tema menor el hecho de cómo y donde nos equipamos.
Hace ya algunos años, acá en Quellón, ocurrió un accidente de un compañero.
Como no tenemos conductores rentados ni guardia estable, concurrimos al llamado donde éste nos pille. En esa ocasión el carro salió del cuartel a un llamado a incendio y unos metros más allá de haber avanzado, un compañero intentó subirse al carro en movimiento y llevaba su casco y chaqueta en la mano. Alguien atrás le abrió la puerta, no lo alcanzó a tomar y éste se cayó y la rueda de atrás, afortunadamente, le peló toda la pierna. Fue llevado al hospital y por suerte no tuvo mayores lesiones, pues podía haber sido mucho peor. A todo esto el carro siguió, nadie le dijo al chofer que parara...
Ni les cuento la media ................. para el chofer y el oficial.
Desde esa oportunidad, quedó una orden del día: Una vez que el carro salga del cuartel a una emergencia, se detendrá sólo en una esquina con disco pare o luz roja y el oficial determinará si sube más personal y únicamente con la máquina detenida y seguirá la marcha una vez que se encuentre con las puertas cerradas, siempre supervisado por el oficial o voluntario a cargo. Y al subirse a la máquina, deben hacerlo con el equipo puesto, para tener las manos desocupadas.
Desde esa oportunidad, no recuerdo que haya vuelto a ocurrir algún accidente