Estimados Amigos/as,
Les dejo un reportaje que me enviaron y que considero muy interesante sobre tácticas de ventilación.
Tácticas de antiventilación en intervención.
“En los incendios actuales, debemos limitar la cantidad de oxígeno que alimenta el incendio”.
Por Ed Hartin.
Publicado en la revista “FireRescue”, el 1 de Abril de 2014.
Traducido por Juan Carlos Campaña López
Aprendí mucho de mi padre sobre la lucha contra incendios y sobre los Bomberos. Mi padre ingresó al Servicio de Bomberos en 1938 y se retiró como Jefe en 1975. El año siguiente yo empecé mi carrera como Bombero profesional. Sin embargo, una de las lecciones más importantes sobre la extinción de los incendios modernos, la aprendí de mi madre. Durante el otoño y los meses de invierno en Nueva Inglaterra, con frecuencia me decía: " ¡Cierra la puerta!.. ¿Es que has nacido en un granero? Ella no lo sabía en ese momento, pero sus palabras se convertirían en útiles consejos para los Bomberos de hoy en día.
En la quinta edición del libro “Prácticas de Ventilación de Incendios”, publicada en 1970, se podía leer:
"La ventilación adecuada no se puede conseguir sin orden ni concierto. El Bombero no puede depender únicamente de su experiencia práctica en situaciones reales, ya que no hay dos incendios iguales. La ventilación, por tanto, debe ser considerada como un tema técnico cuyo estudio teórico y práctico debe ser abordado desde este punto de vista básico. Un Oficial de Bomberos que comprenda perfectamente lo que está pasando en el edificio y el efecto que producirán ciertas acciones, estará mucho mejor preparado para asumir la responsabilidad de ventilar una estructura." (1)
Esta declaración se mantiene con la misma veracidad hoy en día que por aquel entonces. Los Bomberos actuales debemos comprender el ambiente de incendio moderno y el efecto que nuestras tácticas de extinción tendrán sobre la dinámica del mismo.
LOS INCENDIOS MODERNOS.
Incluso antes de la investigación llevada a cabo por el Firefighter Safety Research Institute de UL y el National Institute of Standards and Technology (NIST), entre los profesionales de la extinción, ya se había reconocido e hecho de que los incendios estaban cambiando.
Resumiendo rápidamente, algunos de esos cambios son los siguientes:
El incremento en el uso de materiales sintéticos, que suelen tener un mayor Calor de Combustión (energía liberada por kilogramo de combustible).
Aumento de la cantidad de combustible (masa) y de la energía potencial de este.
Mayor eficiencia energética, que se traduce en un mayor nivel de aislamiento y en un limitado intercambio de aire entre el interior y el exterior de las estructuras.
Aunque intuíamos que el ambiente estaba cambiando, nos aferramos al modelo de desarrollo del incendio de cuatro Fases distintas: Fase Incipiente, Fase de Crecimiento, Fase de Pleno Desarrollo y Fase de Decadencia. El Flashover se define como la rápida transición desde la Fase de Crecimiento a la Fase de Pleno Desarrollo, con la participación de todas las superficies combustibles en el incendio. Generalmente la relación entre el desarrollo del fuego y el oxígeno atmosférico no se consideraba, excepto en el caso de Backdraft, para el que se consideraba que debía haber altas temperaturas y deficiencia de oxígeno.
Sin embargo, hoy tenemos que añadir más cosas a esta historia. Para entender el desarrollo de los incendios modernos, es necesario comenzar por entender tres conceptos fundamentales:
1. Calor de Combustión: Es la energía térmica total liberada por la combustión de la unidad de masa de una sustancia determinada, sin tener en cuenta el tiempo. El Calor de Combustión se mide en julios, pero muchos Bomberos en los Estados Unidos están más familiarizados con el término “Unidad Térmica Británica” (Btu).
2. Tasa de Liberación de Calor (Heat Release Rate - HRR): Es el ritmo de producción de energía térmica generada por la combustión. Es el poder real del fuego, la energía liberada por unidad de tiempo. Se mide en vatios, kilovatios o megavatios. No existe una unidad de medida estándar para la Tasa de Liberación de Calor, pero se puede expresar en términos de Btu/segundo o en su equivalente mecánica de “Caballos de Vapor”, como la potencia desarrollada por la combustión.
3. Principio de Consumo de Oxígeno: Es la relación proporcional entre la masa de oxígeno consumido durante la combustión y el calor liberado. En 1917, el científico británico William Thornton descubrió que, por cada kilogramo de oxígeno consumido en una reacción de oxidación, se liberaban 13,1 megajulios de energía. Curiosamente, 51 años antes James Braidwood, fundador del primer Servicio de Bomberos municipal del mundo en Edimburgo (Escocia), observó la existencia de una relación proporcional entre el aire y la combustión, identificando la implicación táctica resultante:
"La puerta debe mantenerse cerrada mientras se espera la llegada del agua, evitando en la medida de lo posible la entrada de aire, ya que el fuego arderá exactamente en proporción a la cantidad de aire que recibe" (2)
Si bien la relación entre el oxígeno y la liberación de energía era conocida por los Oficiales de Bomberos desde hacía 148 años, y estaba cuantificada por un científico desde hacía 97 años, en algún lugar a lo largo de esta línea histórica, los Servicios de Bomberos olvidaron este importante concepto y su implicación operativa en el contexto de lucha contra incendios estructurales. En la década de los 70, científicos de la National Bureau of Standards redescubrieron la relación entre el consumo de oxígeno y la liberación de
Energía durante la combustión, desarrollando un método para medir, con fiabilidad, la velocidad de liberación de calor. Sin embargo, varias décadas antes el concepto de Tasa de Liberación de Calor iniciaba su lento camino de entrada en los Servicios de Bomberos.
Les dejo un reportaje que me enviaron y que considero muy interesante sobre tácticas de ventilación.
Tácticas de antiventilación en intervención.
“En los incendios actuales, debemos limitar la cantidad de oxígeno que alimenta el incendio”.
Por Ed Hartin.
Publicado en la revista “FireRescue”, el 1 de Abril de 2014.
Traducido por Juan Carlos Campaña López
Aprendí mucho de mi padre sobre la lucha contra incendios y sobre los Bomberos. Mi padre ingresó al Servicio de Bomberos en 1938 y se retiró como Jefe en 1975. El año siguiente yo empecé mi carrera como Bombero profesional. Sin embargo, una de las lecciones más importantes sobre la extinción de los incendios modernos, la aprendí de mi madre. Durante el otoño y los meses de invierno en Nueva Inglaterra, con frecuencia me decía: " ¡Cierra la puerta!.. ¿Es que has nacido en un granero? Ella no lo sabía en ese momento, pero sus palabras se convertirían en útiles consejos para los Bomberos de hoy en día.
En la quinta edición del libro “Prácticas de Ventilación de Incendios”, publicada en 1970, se podía leer:
"La ventilación adecuada no se puede conseguir sin orden ni concierto. El Bombero no puede depender únicamente de su experiencia práctica en situaciones reales, ya que no hay dos incendios iguales. La ventilación, por tanto, debe ser considerada como un tema técnico cuyo estudio teórico y práctico debe ser abordado desde este punto de vista básico. Un Oficial de Bomberos que comprenda perfectamente lo que está pasando en el edificio y el efecto que producirán ciertas acciones, estará mucho mejor preparado para asumir la responsabilidad de ventilar una estructura." (1)
Esta declaración se mantiene con la misma veracidad hoy en día que por aquel entonces. Los Bomberos actuales debemos comprender el ambiente de incendio moderno y el efecto que nuestras tácticas de extinción tendrán sobre la dinámica del mismo.
LOS INCENDIOS MODERNOS.
Incluso antes de la investigación llevada a cabo por el Firefighter Safety Research Institute de UL y el National Institute of Standards and Technology (NIST), entre los profesionales de la extinción, ya se había reconocido e hecho de que los incendios estaban cambiando.
Resumiendo rápidamente, algunos de esos cambios son los siguientes:
El incremento en el uso de materiales sintéticos, que suelen tener un mayor Calor de Combustión (energía liberada por kilogramo de combustible).
Aumento de la cantidad de combustible (masa) y de la energía potencial de este.
Mayor eficiencia energética, que se traduce en un mayor nivel de aislamiento y en un limitado intercambio de aire entre el interior y el exterior de las estructuras.
Aunque intuíamos que el ambiente estaba cambiando, nos aferramos al modelo de desarrollo del incendio de cuatro Fases distintas: Fase Incipiente, Fase de Crecimiento, Fase de Pleno Desarrollo y Fase de Decadencia. El Flashover se define como la rápida transición desde la Fase de Crecimiento a la Fase de Pleno Desarrollo, con la participación de todas las superficies combustibles en el incendio. Generalmente la relación entre el desarrollo del fuego y el oxígeno atmosférico no se consideraba, excepto en el caso de Backdraft, para el que se consideraba que debía haber altas temperaturas y deficiencia de oxígeno.
Sin embargo, hoy tenemos que añadir más cosas a esta historia. Para entender el desarrollo de los incendios modernos, es necesario comenzar por entender tres conceptos fundamentales:
1. Calor de Combustión: Es la energía térmica total liberada por la combustión de la unidad de masa de una sustancia determinada, sin tener en cuenta el tiempo. El Calor de Combustión se mide en julios, pero muchos Bomberos en los Estados Unidos están más familiarizados con el término “Unidad Térmica Británica” (Btu).
2. Tasa de Liberación de Calor (Heat Release Rate - HRR): Es el ritmo de producción de energía térmica generada por la combustión. Es el poder real del fuego, la energía liberada por unidad de tiempo. Se mide en vatios, kilovatios o megavatios. No existe una unidad de medida estándar para la Tasa de Liberación de Calor, pero se puede expresar en términos de Btu/segundo o en su equivalente mecánica de “Caballos de Vapor”, como la potencia desarrollada por la combustión.
3. Principio de Consumo de Oxígeno: Es la relación proporcional entre la masa de oxígeno consumido durante la combustión y el calor liberado. En 1917, el científico británico William Thornton descubrió que, por cada kilogramo de oxígeno consumido en una reacción de oxidación, se liberaban 13,1 megajulios de energía. Curiosamente, 51 años antes James Braidwood, fundador del primer Servicio de Bomberos municipal del mundo en Edimburgo (Escocia), observó la existencia de una relación proporcional entre el aire y la combustión, identificando la implicación táctica resultante:
"La puerta debe mantenerse cerrada mientras se espera la llegada del agua, evitando en la medida de lo posible la entrada de aire, ya que el fuego arderá exactamente en proporción a la cantidad de aire que recibe" (2)
Si bien la relación entre el oxígeno y la liberación de energía era conocida por los Oficiales de Bomberos desde hacía 148 años, y estaba cuantificada por un científico desde hacía 97 años, en algún lugar a lo largo de esta línea histórica, los Servicios de Bomberos olvidaron este importante concepto y su implicación operativa en el contexto de lucha contra incendios estructurales. En la década de los 70, científicos de la National Bureau of Standards redescubrieron la relación entre el consumo de oxígeno y la liberación de
Energía durante la combustión, desarrollando un método para medir, con fiabilidad, la velocidad de liberación de calor. Sin embargo, varias décadas antes el concepto de Tasa de Liberación de Calor iniciaba su lento camino de entrada en los Servicios de Bomberos.
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