Perú "Por favor, cuiden a mi hija. Que mi mamita no llore"

bluebird3

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1 Dic 2010
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Chile
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Uno tenía 21 años y acababa de ser padre, el otro apenas tenía 19. Sus llamadas, mensajes y hasta video de celular cuentan el drama de ver el fuego acercarse y no poder huir de uno de los mayores incendios de los últimos años en Perú. Alguien los había encerrado.

Cuarenta horas después que estallara el incendio de un gigantesco complejo de tiendas del centro de Lima, cientos de bomberos todavía trabajaban para apagarlo.

Durante los primeros momentos habían visto a dos jóvenes gritar por ayuda desde el techo, agitando los brazos a través de las mismas rendijas por las que se colaba el humo que los asfixiaba.

Luego comenzaron las explosiones. La esperanza de salvarlos se extinguió mucho antes que el fuego.

"Ya estoy resignada. Sólo quiero que saquen a mi hijo de ahí, aunque sé que no me lo entregarán vivo", dijo Bertha Villalobos, acercándose a los periodistas que llegamos al lugar.

Su hijo se llamaba Jorge Luis Huamán, tenía 19 años y los bomberos también lo dan por muerto.

"Me decía por teléfono que no podía salir porque su jefe los había encerrado a todos con candado", cuenta Villalobos.

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En medio de su desesperación por escapar, los jóvenes habían logrado enviar varios mensajes y hasta un video en el que tratan de forzar la puerta de manera inútil.

¿Por qué los habían encerrado?

Laberinto de fuego
El incendio se inició el jueves a mediodía y para el viernes en la noche cerca de 400 bomberos seguían combatiéndolo.

"El local mantenía mercadería altamente inflamable en estado inseguro", dijo Mario Casaretto, gerente de Defensa Civil de la Municipalidad de Lima, a BBC Mundo.

La revelación no sorprende.

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La galería Nicolini, como se llama el centro comercial, está en una zona conocida como "Las Malvinas" y que se asocia popularmente a la informalidad, desorden y venta de objetos robados.

El edificio incendiado ocupaba casi toda la manzana y contenía cientos de pequeños puestos, en su mayoría dedicados a la venta de pinturas, disolventes, aerosoles y plásticos.

En los pisos superiores funcionaban talleres así como largos laberintos de almacenes que cubrían los pasadizos. Hasta en las ventanas se desplegaban productos inflamables.

"Afuera podía ser de día, pero adentro siempre era de noche", admite a BBC Mundo Elías Calderón, un comerciante que decidió dormir en la calle por si tiene la oportunidad de recuperar algo de su mercadería.

Es poco probable.

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El fuego empezó en uno de los pisos intermedios por un motivo aún desconocido y se expandió con velocidad en todas direcciones.

Sobre el techo del edificio, en un taller no autorizado construido en un contenedor, trabajaba Jorge Luis Huamán.

"Nadie me abre la puerta y el humo está entrando", recuerda Bertha Villalobos que le dijo su hijo al teléfono.

Él no estaba solo.

Explosiones
La televisión peruana registró la desesperación de alguien agitando un tubo de luz para avisar que estaba atrapado en la parte alta.

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No se sabe si era Jorge Luis Huamán o Jovi Herrera Alania, un joven de 21 años que acababa de celebrar su primer día del padre con su hija de dos semanas.

Ambas familias creen que Jorge y Jovi estaban encerrados juntos.

Según comunicó Luis Yshii, representante del Ministerio de Justicia de Perú, a la emisora de radio RPP, en total son cuatro las personas desaparecidas.

Incluye a una mujer que trabajaba en un restaurante local y a un menor de 15 años llamado Luis Guzmán Taipe, quien también podría haber estado en el mismo taller.

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"No hay una sola norma que este lugar haya respetado. Hasta había áreas con orden de clausura que seguían funcionando", señaló Carlos Basombrío, el ministro del Interior.

Basombrío se refiere a los talleres construidos con contenedores sobre la azotea que, apilados unos sobre otros, aumentaban en tres pisos la altura del edificio.

"Hicimos lo posible para llegar a ellos varias veces, pero no pudimos", dice Alejandro León, comandante de los bomberos de Lima.

Los baldes de pintura y disolvente comenzaron a explotar volando ventanas y acelerando el avance del fuego.

"La vida de los mismos bomberos estaba en riesgo", explica León a BBC Mundo.

El rescate fue imposible.

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Encerrados
"¡Cómo se le ocurre a su jefe echarle llave a sus propios trabajadores!", lloró con amargura Bertha Villalobos frente a los periodistas.

Cuando el humo comenzó a colarse por la rendija del contenedor, su hijo Jorge Luis Huamán grabó un video con su celular en el que patea la puerta en un intento de abrirla.

Los golpes fueron inútiles, aunque él no parecía desesperado. Incluso se le escucha bromear con alguien que se presume era Jovi Herrera.

Después los jóvenes empiezan a toser.

"Según los testigos, esos locales hacen contratos a gente muy humilde y la obliga a trabajar encerrada", dice Mario Casaretto, gerente de Defensa Civil.

"La finalidad es que no roben en los trabajos", explica a BBC Mundo.

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La madre de Jorge contó que su hijo era ayudante en un almacén de insumos eléctricos y que resultaba normal que lo encerraran durante toda la jornada.

La fiscalía de Perú dispuso que se tomen las declaraciones de Juan Manuel Polar de Rivera y José Enrique López Ramírez, apoderado y gerente respectivamente de la empresa Inversiones JPEG SAC, dueña de los pisos superiores de la galería.

Por su lado, la municipalidad de Lima presentó una denuncia penal contra López Ramírez por negligencia y desobediencia a la autoridad.

Según Luis Yshii, del ministerio de Justicia, si se comprueba el delito de explotación laboral, los responsables pueden recibir entre 25 y 30 años de prisión.

Hasta el momento, el apoderado y el gerente de JPEG SAC no han sido localizados por las autoridades.

"Por favor, cuiden a mi hija"

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La incredulidad de los jóvenes atrapados se convirtió pronto en alarma cuando el humo de las pinturas y los solventes comenzó a inundar la habitación.

"¡Ayúdame tío, ayúdame, por favor!", recuerda Cesar Herrera que le suplicaba su sobrino Jovi Herrera por celular.

"Yo no sabía qué hacer", dice Herrera en entrevista con América Televisión.

Las llamadas y mensajes de Jorge y Jovi a sus familias se sucedieron uno tras otro hasta el momento en que el humo cubrió completamente el techo del edificio.

A las 4 y media de la tarde del jueves, casi cinco horas después de iniciado el fuego, la familia de Jovi Herrera, que acababa de ser padre, recibió el último mensaje del joven.

Decía: "Por favor, cuiden a mi hija, no la dejen. Que mi mamita no llore".

El viernes los bomberos lograron controlar el fuego, pero para extinguirlo completamente necesitarán hasta el domingo.

Solo entonces podrán llegar al último piso y abrir aquella puerta que condenó a Jorge y Jovi.

http://www.elmostrador.cl/
 

Elkete

Comandante de Guardia
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Lamentables, pero al menos lamentarse ahora de algo que se sabe hace 30-50 años, que los trabajadores son encerrados con candado. Algo que acá en Chile también se practica en muchos locales. Me tocó verlo en incendio de supermercado con el turno de amanecida de los panaderos........según el administrador los panaderos quedaban con una llave para abrir los candados interiores, la que quedaba dentro de un sobre sellado......nunca apareció el supuesto sobre y según los panaderos no era así.....pero para esos casos, como igual no se respeta esa prohibición sería una buena medida para facilitar la salida.

En este caso puntual, desde que les avisaron hasta que fallecieron, hubo al menos una hora para haber organizado algo para rescatarlos, pero esto no ocurrió.
 

Arriero

Chupe
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7 Ago 2014
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Esta bien sensible el tema de trabajo agresivo en peru, recuerda que hace poco murieron bomberos en el colapso de una estructura, creo que aplicaron sabiamente el riesgo / beneficio, dado las condiciones de la estructura, aveces hay que ser cuero de chancho tomar decisiones duras..... ahí marca el profesionalismo.
 

Elkete

Comandante de Guardia
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Esta bien sensible el tema de trabajo agresivo en peru, recuerda que hace poco murieron bomberos en el colapso de una estructura, creo que aplicaron sabiamente el riesgo / beneficio, dado las condiciones de la estructura, aveces hay que ser cuero de chancho tomar decisiones duras..... ahí marca el profesionalismo.

Tal vez luego de la muerte de esos cuatro bomberos (con uno de ellos intercambiábamos opiniones por facebook) todo se está tomando durante algún tiempo con mas mesura, pero al menos por los videos y fotos, en los que se ve que los atrapados están vivos, respirando y sin llamas, da la idea que podría haberse hecho algo, pero al parecer ni siquiera se lo intentó, tal vez no les llegó la información pero por todos los canales de tv peruanos se veía a esas personas atrapadas, en que lugar estaban, etc.

Tengo gran respeto por los bomberos peruanos, tratan de hacer lo más posible con los escasos recursos que les asignan, no tengo los números pero deben recibir del Estado menos de la mitad de lo que se asigna en Chile, y para el doble de población.... son como 1/4 de la cantidad de los bomberos chilenos, de hecho en no todas las ciudades y pueblos del Perú hay bomberos, algo que acá es muy raro.
 
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Emanuel M

Chupe
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12 May 2015
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... La pega no se hizo, gente murió, y se quemo todo, con harta maquina Americana y harto despliegue... No sabría decir si esto hubiese sido igual en alguna otra parte del mundo... Un factor importante es la capacidad humana en estos incendios.


La verdades que rescataron muchisimas personas.

En otras partes del mundo creo que hubiera sido muy igual.

Lo unico que aqui podia evitar la tragedia era que no esten encerrados esos jovenes.

En cuanto al incendio solo rociadores automaticos creo que tendria la capacidad de salvar lo material.
 

excflamma

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10 Jun 2015
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Las cifras que arriban se anotan son, en lo medular, correctas y sirven para contrastar realidades cercanas.

El Perú, nuestro hermano del norte, tiene más de 31 millones de habitantes (nosotros 17 y algo); sus bomberos, que cubren un 80% de su territorio, tiene algo de 202 compañías (nosotros más de 1.400, en casi prácticamente todos lados); son unos 11.000 voluntarios (nosotros más de 30.000); el presupuesto que anualmente les asigna el Estado es algo de 40 millones de nuevos soles, que son algo de 9 mil 200 millones de pesos chilenos. Nosotros, sólo para los distintos CCBB, el Estado aporta unos 18 mil millones, y aún sin contar el asignado directamente a la Junta Nacional, ni el fondo de aportes extraordinarios ni el fondo de material mayor que es en dólares. Además nosotros tenemos muchas entradas por otros lados, como las campañas del sobre, de socios, FDR, ect.; aunque seguro en el Perú también más de algo de esto habrá.

Atienden unas 127.000 emergencias al año, de las cuales el 60% son emergencias médicas (ojo!!), un 10% incendios, un 11% RV, un 4% gas, otro 4% rescates no RV, etc.

Alguien podrá corregir o complementar estas cifras, pero ya me dirán si los amigos peruanos no sabrán lo que es pelar el ajo.

Son, además de voluntarios, mejor organizados que nosotros, pues son un solo Cuerpo a nivel nacional, con una autoridad central y, por tanto, tienden a haber mucho menos diferencias en todo que acá. Igual las hay, no es lo mismo una Compañía en el centro de Lima o sus barrios pudientes, que la de un pueblo por ahí; pero todo es bastante más homogéneo que entre nosotros. Obviamente, al ser una sola entidad, su uso operativo de los recursos es mucho más orgánico. Como son personas, han tenido sus escándalos y peleas internas (nada que no conozcamos de cerca...)

Visitarlos es siempre un agrado, son amables, pacientes, hospitalarios.

En suma, son gente con la cual hay que sacarse el casco. Se lo merecen, porque se lo ganan todos los días.
 
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