OVNIs en el arte La batalla de Núremberg de 1561
Aparece en una octavilla elaborada en madera en 1566 por el artista Hans Glaser, en la que se describe un evento acaecido en Núremberg cinco años antes, en el momento de la salida del Sol, el 14 de abril de 1561. Dicha representación se conserva en la colección Wickiana, en la biblioteca central (Zentralbibliotel) de Zúrich.
De acuerdo con el Boletín de Núremberg, la “aparición terrible” llenó el cielo de la mañana con “formas cilíndricas de la que surgieron esferas de color blanco azulado que se movían rápidamente.” Este “espectáculo terrible” fue presenciado por “muchos hombres y mujeres.” Después, un “objeto de color negro, con forma de punta de lanza” apareció. El autor de la Gaceta advirtió que “los temerosos de Dios de ninguna manera deberían de pasar por alto estas señales de la voluntad de divina, sino que los deberá de tomar como una advertencia del Padre misericordioso para que enmienden sus vidas y las encomienden a Dios y así evitar su ira y su merecido castigo.”
En la actualidad se ha sustituido Dios misericordioso por entidades extraterrestres superiores, pero lo demás sigue siendo válido.
La interpretación de este cuadro es compleja. En primer lugar es evidente que el pintor ha hecho una interpretación de lo que se decía en la gaceta, ya que ha representado literalmente lo que su redactor contaba. En segundo lugar, la representación antropométrica del sol nos lleva a tomar con cierta laxitud la fidelidad de lo representado. Pero aún así se hace difícil encontrar una solución no demasiado rebuscada para poder justificar todos esos avistamientos.
Teorías hay varias, desde la que lo considera como una evidencia de un avistamiento OVNI antiguo, hasta los que proponen la convergencia de varios fenómenos meteorológicos a la vez. Tanto una explicación como la otra me parecen poco plausibles. Aunque dicha confluencia podría haber sucedido efectivamente, ese principio que a algunos de vosotros tanto os gusta y a otros muchos os repugna de la Navaja de Occam, hace que me aleje de esa explicación.
¿Y entonces qué?
El que se produjese durante un amanecer, en un mes en el que en esas latitudes no es de extrañar las bajas temperaturas, hace que cualquier posible explicación pase por la ocurrencia de un halo solar. En la siguiente foto tenéis un ejemplo de este fenómeno meteorológico. Podéis pinchar sobre ella para verla en mayor resolución.
© Peter Rosén. Publicado bajo la autorización del autor.
Un halo es un efecto óptico causado por partículas de hielo en suspensión en la troposfera que refractan la luz haciendo un espectro de colores alrededor de la luna o el sol.
Hasta ahí bien, pero ¿y los arcos, y las bolas de luz? Los arcos pueden ser arcos circumcenitales.
Está causado por el mismo principio que el arcoíris, pero por la refracción en este caso en cristales de hielo.
Las esferas pueden ser prismas de hielo que reflejan la luz. Los prismas de hielo están constituidos por cristales helados, con forma de agujas o láminas, tan menudos que parecen suspendidos en el aire. Estos cristales pueden caer de una nube o del cielo despejado.
¡Vale! ¿No habíamos utilizado hace un momento la navaja de Occam para descartar una teoría en la que se mezclaban varios fenómenos meteorológicos a la vez?
Si, pero estos fenómenos no necesitan que ocurran simultáneamente factores distintos. Todos tienen el mismo origen. Hielo y una mañana fría y despejada. Y si no queréis guardar todavía la navaja, mirad este vídeo. Con todos ustedes: la batalla extraterrestre de Núremberg de 1561:
Referencias:

Aparece en una octavilla elaborada en madera en 1566 por el artista Hans Glaser, en la que se describe un evento acaecido en Núremberg cinco años antes, en el momento de la salida del Sol, el 14 de abril de 1561. Dicha representación se conserva en la colección Wickiana, en la biblioteca central (Zentralbibliotel) de Zúrich.
De acuerdo con el Boletín de Núremberg, la “aparición terrible” llenó el cielo de la mañana con “formas cilíndricas de la que surgieron esferas de color blanco azulado que se movían rápidamente.” Este “espectáculo terrible” fue presenciado por “muchos hombres y mujeres.” Después, un “objeto de color negro, con forma de punta de lanza” apareció. El autor de la Gaceta advirtió que “los temerosos de Dios de ninguna manera deberían de pasar por alto estas señales de la voluntad de divina, sino que los deberá de tomar como una advertencia del Padre misericordioso para que enmienden sus vidas y las encomienden a Dios y así evitar su ira y su merecido castigo.”
En la actualidad se ha sustituido Dios misericordioso por entidades extraterrestres superiores, pero lo demás sigue siendo válido.
La interpretación de este cuadro es compleja. En primer lugar es evidente que el pintor ha hecho una interpretación de lo que se decía en la gaceta, ya que ha representado literalmente lo que su redactor contaba. En segundo lugar, la representación antropométrica del sol nos lleva a tomar con cierta laxitud la fidelidad de lo representado. Pero aún así se hace difícil encontrar una solución no demasiado rebuscada para poder justificar todos esos avistamientos.
Teorías hay varias, desde la que lo considera como una evidencia de un avistamiento OVNI antiguo, hasta los que proponen la convergencia de varios fenómenos meteorológicos a la vez. Tanto una explicación como la otra me parecen poco plausibles. Aunque dicha confluencia podría haber sucedido efectivamente, ese principio que a algunos de vosotros tanto os gusta y a otros muchos os repugna de la Navaja de Occam, hace que me aleje de esa explicación.
¿Y entonces qué?
El que se produjese durante un amanecer, en un mes en el que en esas latitudes no es de extrañar las bajas temperaturas, hace que cualquier posible explicación pase por la ocurrencia de un halo solar. En la siguiente foto tenéis un ejemplo de este fenómeno meteorológico. Podéis pinchar sobre ella para verla en mayor resolución.

© Peter Rosén. Publicado bajo la autorización del autor.
Un halo es un efecto óptico causado por partículas de hielo en suspensión en la troposfera que refractan la luz haciendo un espectro de colores alrededor de la luna o el sol.
Hasta ahí bien, pero ¿y los arcos, y las bolas de luz? Los arcos pueden ser arcos circumcenitales.

Está causado por el mismo principio que el arcoíris, pero por la refracción en este caso en cristales de hielo.
Las esferas pueden ser prismas de hielo que reflejan la luz. Los prismas de hielo están constituidos por cristales helados, con forma de agujas o láminas, tan menudos que parecen suspendidos en el aire. Estos cristales pueden caer de una nube o del cielo despejado.

¡Vale! ¿No habíamos utilizado hace un momento la navaja de Occam para descartar una teoría en la que se mezclaban varios fenómenos meteorológicos a la vez?
Si, pero estos fenómenos no necesitan que ocurran simultáneamente factores distintos. Todos tienen el mismo origen. Hielo y una mañana fría y despejada. Y si no queréis guardar todavía la navaja, mirad este vídeo. Con todos ustedes: la batalla extraterrestre de Núremberg de 1561:
Referencias: