Desde el mediodía, los carros de las distintas líneas que convergen en la plaza de armas, llegaban allí llenos de pasajeros que con anticipación querían tomar un lugar a fin de ver el desfile en dirección al templo de la Gratitud Nacional. La Alameda comenzó a verse con sus avenidas cubiertas de gente desde las dos y media de la tarde. Los alrededores de la Iglesia eran a las tres de la tarde, un verdadero mar humano.
A las 03.50 P.M., se tocó atención por las cornetas de las distintas compañías para preparar la marcha. De antemano estaba cada compañía con su material listo, engalanados con crespones negros, al frente de sus cuarteles y alrededor de la Plaza de Armas. A las cuatro de la tarde comenzaron a desfilar los bomberos, en el siguiente orden:
Encabezaba el desfile la banda de música del Regimiento de Granaderos a Caballo.
El comandante del Cuerpo, señor Emiliano Llona, acompañado de sus ayudantes, que le son en estos casos, los secretarios de compañía.
Posteriormente venían las ocho compañías del cuerpo, con sus estandartes y banderolas.
Comisiones de las diversas compañías de bomberos de Valparaíso, Viña del Mar y Antofagasta.
El Directorio del Cuerpo y el señor Arturo Edwards, tesorero general del cuerpo de bomberos de Valparaíso.
El carro fúnebre, tirado por dos voluntarios de cada compañía, de Valparaíso, Viña del Mar y Santiago.
La Banda de Música del Batallón 2º de Línea.
La Tercera Compañía con su estandarte, ostentado la máquina a vapor y su material enlutado con bellísimas coronas. Cerraban la marcha, una multitud de gente y coches particulares y del servicio público.
El desfile marchó hacia el sur, tomando las calles de: Ahumada, calle sur de la Alameda hasta el Ovalo del Campo de Marte, en donde tomó el centro de la Alameda hasta la altura de la calle de San Miguel, para contramarchar a la izquierda y tomar nuevamente la calle sur de la Alameda. El carro Fúnebre avanzó hasta el frente de la puerta principal del templo, donde debido a la multitud de gente que se encontraba en el lugar, fue necesario que la sexta Compañía hiciera espacio a ambos lados de las puertas de acceso para que se abrieran. En el Templo se encontraban de antemano las autoridades, representantes del Gobierno y Ministros de Estado, los deudos de las víctimas y muchos particulares.
Abiertas las puertas, ingreso el Directorio y voluntarios de 3ª.
Entonces el director interino del Templo, presbítero señor Manuel Larraín Aldunate, oficio los responsos de costumbre, terminados los cuales se procedió a bajar del catafalco los ataúdes que encerraban los restos de Johnson y Ramírez. Tomaron el cajón y cordones, voluntarios de la 3ª, directores de compañía y deudos de los fallecidos. La urna de Ramírez fue colocada a la derecha sobre el carro mortuorio y a la izquierda la de Johnson. En la tapa de cada urna se colocó el traje de los fallecidos. El carro había sido profusamente adornado con arcos de flores llevando al frente dos pitones y otros atributos de bomberos.
En dirección al cementerio.
Del templo de la Gratitud Nacional, el cortejo fúnebre se puso en marcha al Cementerio, recorriendo la calle sur de alameda, calles de la Bandera, Huérfanos, Ahumada, calle del Puente, cruzando el Puente, artesanos, Recoleta, Avenida del Rosario, y Avenida del Cementerio. La comitiva marcho en el mismo orden descrito anteriormente. Después del carro fúnebre, seguían los deudos y amigos de las víctimas, la 3ª compañía con su material, los coches de las autoridades de Gobierno, Intendentes y el Alcalde. A continuación de estos carruajes seguía una larga fila de los ocupados por amigos de las víctimas. A esta comitiva se agregó un gran número de coches del servicio público ocupados por personas que no podían hacer el viaje a pié al Cementerio. Durante el trayecto, las bandas de música tocaron escogidas marchas fúnebres, con los fragmentos a la sordina y la campana del cuartel general tañía de momento en momento.
Llegando el Cortejo a la Plazuela del Cementerio las compañías avanzaron en dos filas hasta la puerta principal, formando columna de honor para dejar pasar el carro fúnebre, deudos de las víctimas, Directorio del Cuerpo y comisiones. Los estandartes y banderolas de las compañías rodearon el carro mortuorio, mientras se procedía al descenso de los ataúdes, los que fueron tomados, el de Ramírez, por los señores Carlos Rogers, Samuel Izquierdo, el Capitán Pedro Gutiérrez de la 3ª compañía. Dos hermanos y varios amigos; y el de Johnson, por el señor Intendente, don Jorge Astaburuaga, el regidor señor Gormaz y varios bomberos y deudos.
Al llegar a la sepultura, se colocó un ataúd a cada lado de la puerta de entrada. Eran las 6.37 P.M. En medio del mayor recogimiento se pronunciaron numerosos discursos… A nombre del Directorio del Cuerpo de Bomberos, lo hizo don Julio Bañados Espinosa. El secretario de la 3ª compañía, don Francisco Pardo Duval. El señor Santiago Escuti Orrego, y varios discursos mas.. Finalmente por ser la hora mui avanzada, no hicieron uso de la palabra varios caballeros que lo deseaban, entre otros algunos Bomberos de Valparaíso. La 3º Compañía y familiares de los fallecidos, despidieron el duelo en las puertas del cementerio. Cuando ya se hubieron retirado todos los carruajes, los bomberos volvieron a tomar su material y regresaron a sus cuarteles siguiendo el mismo itinerario con el que habían llegado. Eran las 08.30 P.M.