Una iniciativa espontánea, una comunidad virtual. Eso es Pewos, una organización creada por Francisca y Constanza Torres, dos hermanas de Talca que después de los incendios que afectaron al sur de Chile, a principios de 2017, decidieron aportar algo más que una simple ayuda: reforestar el bosque con la ayuda de sus perritas.
Francisca Torres conversó con Applauss sobre el inicio, desarrollo y actualidad de este proyecto que funciona exclusivamente con aportes propios. Tras meses de trabajo ningún otro ente se ha vinculado. “Nadie ha respondido algún correo o entregado ayuda, ni de instituciones, ni de parte del gobierno”, explicó Torres.
Los primeros pasos de Pewos en la reforestación
Francisca y Constanza Torres viven cerca de Talca, uno de los sectores más afectados por los incendios forestales que atacaron al sur de Chile en enero de este año. Como muchas personas del país, ambas decidieron contribuir como fuera posible con las familias afectadas.
Comenzaron ayudando a bomberos, vecinos y a los animales afectados, entre los que habían caballos, vacas, patos, abejas, perros y gatos. Sus aportes eran principalmente de alimentos e insumos médicos para los animales.
Dos meses después, cuando los incendios ya se habían controlado y las personas comenzaban a levantar sus casas, estas hermanas se dieron cuenta que una buena forma de ayudar a todos era volver a entregar vida a los sectores que fueron arrasados por las llamas y comenzaron a repartir semillas.
La reforestación con la ayuda de los perros
Francisca Torres recuerda: “un día de salida post-incendios estábamos entregando ayuda, paramos en un bosque desolado y comprendimos que la ayuda con semillas que realizábamos podía ser potenciada por ellas”, esto por el entusiasmo que demostraba Das, su “compañera de locuras”, comprendiendo que podía ser muy útil en la repartición por el mayor alcance que podía lograr en un día.
“En la primera salida fuimos solamente con Das, para probar la técnica de la mochila y la accesibilidad de ella a los distintos terrenos”, así recuerda Francisca los inicios del proyecto, asegurando que fue todo un éxito la misión y decidieron incluir a las hijas de Das: Olvia y Summer.
Un trabajo en bosques nativos que incluye sólo semillas de árboles originarios como quillay, peumo, araucaria, además de maqui y espino. También se esparcen semillas de flores como manzanilla, amapola y soldaditos, con la ayuda de mochilas especiales que utilizan las tres perritas, quienes están muy bien entrenadas y si pillan a algún animal silvestre no lo atacan.
La historia de Das y sus hijas Olivia y Summer
Fue hace cinco años, durante un viaje a Europa, que Francisca Torres conoció a Das, una border collie que tenía sólo días de vida. Ella lo califica como “un amor a primera vista”. No se la pudo traer de inmediato, porque era muy pequeña para sacarla de allá, así que esperó los meses y fue a buscarla finalmente para comenzar su historia juntas.
“Ha sido increíblemente entretenido y desafiante debido a su gran inteligencia, ya que está siempre exigiendo un poco más a los humanos que la rodean”, así relata Francisca Torres su relación Das.
Dos años después de llegar a Chile, Das quedó embarazada “tras una larga conquista de León”. En un comienzo esperaban seis o hasta ocho cachorros, pero finalmente fueron 12 los perritos que nacieron de esa relación. De toda esa camada ellos se quedaron con Olivia y Summer, aumentando la familia perruna a 5 sumando a Clementina y Baltazar, dos Terranovas.
A pesar de que Olivia y Summer -de un año y medio- son familia directa de Das, Francisca asegura que son muy distintas entre ellas, definiéndolas en un breve perfil a cada una:
Das: ama el pastoreo con ovejas y las pelotas. Es increíblemente cariñosa con los humanos y ¡siempre se roba algún beso!.
Olivia: es vivaz, pícara y le gusta jugar. Le encantan los paseos y es una experta ladrona de cariño humano.
Summer: le encanta ensuciarse, el agua y revolcarse en lo que pueda. Le encantan los niños y es buena para atrapar el frisbee.
Summer, Das y Olivia en orden de la foto.
Y esta última perrita es la más traviesa, ya que según cuenta Francisca tiene una de las anécdotas más graciosas de sus días repartiendo semillas. “Una vez Summer en su afán de ser feliz (y ensuciarse), se metió a una poza de agua y luego se fue a revolcar a la ceniza-tierra, botando todas las semillas mojadas y luego aplastándolas con su cuerpo, quedando llena de barro, semillas y felicidad”, asegura Torres.
Los primeros brotes y el futuro de Pewos
A seis meses de la tragedia del sur, la idea ya se estableció. “Hoy el proyecto está absolutamente germinado, viendo que han vuelto pequeños animales, insectos y aves.. aproximadamente al mes y medio volvimos a un lugar donde habíamos llevado semillas y encontramos brotes. Sentimos que estábamos generando un cambio”, comenta Francisca.
Ha vuelto la luz y se han llenando una vez más de vida los bosques que en un momento parecía que se quedarían grises y secos para siempre. Así Constanza y Francisca Torres demuestran que desde una iniciativa propia, que desde lejos puede parecer pequeña, están aportando con algo fundamental que es la reforestación.
Fotografía: Martín Bernetti – AFP.
Para más adeltante les gustaría unir más gente, pero para plantar árboles un poco más grande, logrando hacer una nueva que sea suficiente para crear un gran bosque a futuro, pero para eso necesitan mucho más trabajo y van por buen camino. Las proyecciones a futuro de Francisca son convertir a Pewos en una ONG ambientalista para poder realizar más campañas con un nuevo giro, teniendo “mucha entrega y planificación”.
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