No tienen plata para la bencina de su carro, sus uniformes son de segunda mano, la luz y el agua se las regala una escuela vecina. Así y todo los bomberos de Calera de Tango a puro esfuerzo y corazón se las arreglan para atender las emergencias de su comuna. En Dichato el panorama es similar: aquí ni siquiera tienen cuartel.
Apenas suena la alarma de emergencia, comienza el ritual para que el carro parta. Sí, porque es un ritual lograr encender el motor del camión del año 64. La máquina, digna de un museo recorre Calera de Tango a 70 kilómetros por hora. Cada maniobra es un desafío para el conductor. Muchas veces los voluntarios sacan dinero de su propio bolsillo para echarle bencina.
Es la dura realidad de la primera compañía de Calera de Tango, que se vive incluso en el cuartel. Para ellos los carretes casi no existen: todas las noches se turnan para estar atentos a una emergencia.
Así y todo el compromiso de estos jóvenes voluntarios es más fuerte. Casi una vez por semana salen a las calles a pedir colaboración. Orgullosos de su trabajo. Cada moneda es como caída del cielo, una ayuda que puede marcar la diferencia a la hora de un incendio.
Una carro moderno de mayor velocidad y potencia junto con vestimentas seguras son el sueño de los voluntarios de la compañía. Además de su precariedad en equipamiento tienen otras dificultades. Todas las compañías del país reciben un presupuesto que es un aporte del Gobierno. En Calera de Tango hace años que no lo obtienen. Dineros que están retenidos por algunos reparos en rendiciones de cuentas. Al año, por operaciones deberían recibir cerca de seis millones de pesos y dos por inversiones.
Es tanta la precariedad que hace seis meses los bomberos de San Bernando cubren algunos de sus llamados. Para ellos el miedo no existe están dispuestos a arriesgar sus propias vidas para salvar las de otros. La falta de equipos no es un impedimento. Los bomberos están contando los días para que llegue octubre. En este mes recibirán un carro nuevo. Lo esperan hace cuatro años.
A más de 400 kilómetros al sur de Calera de Tango, los bomberos de Dichato viven una situación similar e incluso peor. Aquí un contenedor es el cuartel, una mediagua la oficina y esta improvisada construcción el estacionamiento.
Cuentan con el apoyo para construir un cuartel modular, pero no tienen dónde. Los vecinos del balneario ven estas condiciones con preocupación. A pesar de todo, su voluntad de servicio no tiene fin. Sólo esperan que les den una mano para extenderla y así ayudar a otros.
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