Voraz incendio arrasó comercio de cacharrerías
Sobre la una de la mañana se presentó la conflagración. Perdidas millonarias dejó el incendio que consumió locales comerciales ubicados sobre la Calle Octava entre Carreras 5 y 6.
La conflagración se inició de acuerdo con información preliminar de los Bomberos de Neiva, en uno de los locales comerciales que en tiempo atrás era conocido como El Molino y que hoy era una gran bodega de toda clase de mercancias.
Testigos presenciales indicaron a DIARIO DEL HUILA, que las llamas comenzaron a ser visibles sobre la 1 de la mañana y rápidamente se extendió por otros locales y de paso se trasladó al costado sur de almacenes YEP en el ala de la cocina.
Lo incontrolable del incendio, sumado a al material combustible de las mercancías hizo que las llamas extendieran su paso a los locales comerciales que están ubicados sobre la Calle Octava entre Carreras 5 y 6.
Lucha sin cuartel
Tres máquinas con sus respectivos equipos de bomberos voluntarios sostuvieron una lucha sin cuartel con las llamas que se extendieron de local en local y que con el paso de los minutos lograban más aumentar su poderío destructivo y arrasador. Explosiones de vidrios y de la mercancía de las cacharrerías se escuchaban cada vez con más fuerza y servían de alimento combustible para el voraz incendio.
Ni siquiera los curiosos que en masa se acercaron a ver en primera instancia el incendio y que ayudaron a sacar pertenencias de los locales comerciales pudieron detener el voraz paso de las llamas que lograron más de 20 metros de altura.
La conflagración se extendió por todo la manzana de lo que rodea a almacenes YEP; por la Carrera Quinta, los coemrciantes llegaron a sacar sus pertenencias antes de que el incendio llegará a sus locales; esa suerte no la corrieron cacharrerías, almacenes de ropa, calzado y demás que dan sobre la Calle 8 entre Carreras Quinta y Sexta.
Desespero total
La Policía Nacional llegó tan pronto se dio aviso de la conflagración y con ella también los curiosos y comerciantes que veían con desespero como lo construido en años de trabajo lo consumían las llamas.
“Esto no puede ser Dios mío que vaina tan hijue…” exclamó uno de los comerciantes conocido en la zona como Barbas, mientras veía con impotencia como las llamas cogían más fuerza.
Otros ante la impotencia, lloraban por la tragedia que los deja literalmente en la calle y porque las llamas y el humo en esta ocasión ganó la batalla.
Luego de dos horas y media por fin los bomberos lograron controlar el incendio. Ahora viene lo de siempre para los afectados por esta tragedia…Renacer de nuevo de las cenizas…
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