Un incendio destruyó hoy 300 casas de un barrio pobre de esta ciudad como resultado de lo cual se registraron escenas calificadas de espectaculares por testigos.
Se vio a un hombre con el torso desnudo, un cigarrillo en la boca que cargaba una estatua de Jesuscristo y artículos de aseo y que corría por un estrecho callejón lleno de humo a pocos minutos a pie del distrito financiero de Manila.
Un vecino huyó con un salto desde un segundo piso y luego brincaba de techo en techo.
Niños lloraban separados de sus padres mientras éstos cargaban refrigeradores, televisores, ollas y mascotas.
"Estábamos en la cama cuando todos comenzaron a correr. Había humo por todas partes; el lugar estaba en llamas. Lo perdimos todo", declaró entre lágrimas Anna Anciller, de 27 años de edad, flanqueada por sus dos hijos al tiempo que amamantaba a su bebé de un mes de nacido.
El fuego duró dos horas hasta que los bomberos dominaron las llamaradas que habían encontrado pasto para su voracidad en bombonas de combustible utilizadas por los vecinos para cocinar.
Nadie murió en este infernal episodio, pero alrededor de un tercio de las mil viviendas en la barriada quedaron reducidas a cenizas, según el jefe local de bomberos Ricardo Perdigón.
Las casas construidas a base de madera recuperada y plástico constituyen medio idóneo a la espera de cualquier chispa surgida de improvisadas redes eléctricas, cigarrillos encendidos lanzados o explosiones de cocinas de gas.
De acuerdo con un estudio realizado en 2010 por la Organización Mundial de la Salud, viven en barrios pobres alrededor de 35 por ciento de los 14 millones de habitantes de Manila.
http://www.prensa-latina.cu/
