Consciente de la necesidad de otorgar a los Voluntarios la protección que exige un servicio como el de Bomberos, la Junta Nacional dispone -desde el año 2007- de Equipos de Protección Personal (también reconocidos como EPP o EPI) manufacturados bajo una de las normas de seguridad de mayor uso en el mundo (NFPA). Eso sí, los expertos internacionales han hecho hincapié sobre lo desfavorable que podría resultar el uso de prendas de seguridad "estructural" -independiente de la norma que los regule- en escenarios que no requieren tal nivel de resguardo, situación que atañe tanto al usuario -que podría verse afectado por el estrés térmico o ver limitada su movilidad- como también, al propio desgaste innecesario de la ropa de trabajo.
El siguiente artículo publicado por la revista Emergencia 112 (número 72, de abril de 2008), presenta una interesante propuesta –basado en los requerimientos de la norma europea- que plantea como debiera conformarse el uniforme de protección, según la emergencia que se vaya a enfrentar.
PROTECCIÓN TÉRMICA PARA BOMBEROS ¿INTEGRAL O MODULAR?
Escrito por Miguel Lanuza*
Esta situación conduce, en muchas ocasiones, a comentarios de los propios bomberos quejándose del incomodidad que la “sobre-protección” provoca, especialmente en zonas con climas cálidos, pero quizá lo más importante no sea esta primera sensación de falta de comodidad, sino que esta situación puede generar, y de hecho lo hace, situaciones de estrés térmico en el bombero, las cuáles pueden acarrear graves consecuencias e incluso llegar a ser fatales.
También se debe tener en cuenta que la norma UNE –EN 469 contempla, como requisitos básicos, parámetros de niveles de protección térmica, y en el paralelo el número de intervenciones de incendio es cada vez menor.
LA NORMA UNE-EN 469
Como es conocido, la norma UNE-EN 469 original del año 1996, ha sido revisada y definitivamente modificada con la publicación el año 2006 de la nueva norma UNE-EN 469. Esta nueva versión de la norma recoge exigencias para los siguientes requisitos:
• Propagación llama.
• Transferencia de calor.
• Ídem color radiante.
• Resistencia residual.
• Resistencia al calor.
• Resistencia a la tracción.
• Resistencia costuras.
• Resistencia al desgarro.
• Repelencia superficial.
• Cambio dimensional.
• Penetración líquidos químicos.
Entre otras, existen dos diferencias básicas entre la actual norma y la anterior:
• Requisitos de protección térmica:
-Se crean dos distintos niveles de protección (ver tabla 1).
• Requisitos de comodidad:
-Se incluyen, como exigencia a cumplir de forma preceptiva, parámetros de “impermeabilidad” y “transpirabilidad” (ver tabla 2).
Toda esta situación (sobre protección percibida, estrés térmico, nueva normativa), hace que nos podamos plantear varias cuestiones:
• ¿Cuántas intervenciones de fuego atienden hoy en día los bomberos?
• ¿Es lógico que la protección térmica, innecesaria en múltiples intervenciones, condicione toda la operativa?
• ¿Es correcto que la protección térmica incida negativamente en otros factores?
-Comodidad.
-Estrés Térmico.
-Movilidad.
-Agotamiento.
LA PROTECCIÓN MÁS ADECUADA
Evidentemente, quién tiene la responsabilidad de proteger adecuadamente a sus “trabajadores”, debe decidir, entre otros parámetros, qué tipo de protección es la más adecuada, pero debe tenerse en cuenta que la protección, como muchos otros factores de nuestra vida, es un conjunto de prioridades.
Lógicamente la “adecuada protección” del trabajador, en caso del bombero, debe ser la primera de las prioridades, pero cuando el desarrollo normativo y tecnológico lo permite, es recomendable ajustar el nivel de protección a cada momento, especialmente si esto va claramente alineado con la comodidad, y por lo tanto interferirá mínimamente en las capacidades físicas y mentales del usuario de la protección. En este, como en otros casos, lo mejor es que el nivel protección de los EPI sea el adecuado para el riesgo a cubrir.
La aparición de dos niveles de protección térmica en la nueva versión de la norma (UNE-EN 469:06), facilita que la protección de los bomberos pueda alcanzarse no con una sola prenda, que deberá vestirse en todo tipo de intervenciones, sino con un conjunto de prendas adecuadamente solapadas, que en función del tipo de intervención, con más o menos riesgo de fuego, alcanzarán el apropiado nivel de protección.
Este planteamiento, concepto modular, permite la utilización de una prenda base, cómoda, resistente y práctica, que ya teniendo su propio nivel de protección frente al calor y/o las llamas (nivel 1 según UNE-EN 469:06), podrá utilizarse en todo tipo de intervenciones, donde el riesgo térmico no sea el más importante, por ejemplo asistencia en accidentes en carretera, y que adecuadamente complementada alcance sobradamente el nivel máximo (nivel 2), similar, incluso superior, a la protección que actualmente se alcanza con las prendas de intervención tipo “integral”.
Este nuevo concepto, tiene en cuenta las siguientes premisas básicas:
• El bombero requiere una elevada protección térmica en sus intervenciones de extinción de incendios.
• Este tipo de intervenciones son cada vez más escasas frente a otros tipos de actuaciones, por ejemplo accidentes en carretera.
• No obstante el riesgo de incendio puede aparecer, como incidente colateral, en prácticamente cualquier intervención.
• La actual norma UNE-EN 469 permite contemplar que la elevada protección que el bombero precisa para sus intervenciones contra-incendios esté basada en una prenda cómoda, que pueda vestirse sin ser estorbo en otros tipos de intervenciones, certificada como prenda para bomberos de nivel 1 en protección térmica y que con el adecuado complemento externo se convierta en un conjunto de protección térmica con prestaciones muy superiores a las necesarias para alcanzar el nivel 2 definido en la normativa.
• El avance tecnológico ha permitido desarrollar soluciones textiles capaces de cubrir las necesidades que este nuevo concepto de protección requiere, por ejemplo:
-Tejido trilaminado, a base de un tejido altamente resistente de fibra Nomex, con membrana transpirable a prueba de agua y viento, y una base tipo “tejido polar”, también de fibra Nomex, adecuado para la confección de la prenda, por ejemplo tipo chaqueta , que podría utilizarse para todo tipo de intervenciones, con el Nivel 1 de protección térmica.
-Para la confección de la prenda complementaria para alcanzar el nivel 2 de protección térmica, podría emplearse un conjunto de dos capas, tejido exterior y membrana, a base de fibra Nomex Outershell.
*Miguel Lanuza, Applied Technologies Director TAG Innovación, S.A. Grupo Estambril
www.bomberos.cl
El siguiente artículo publicado por la revista Emergencia 112 (número 72, de abril de 2008), presenta una interesante propuesta –basado en los requerimientos de la norma europea- que plantea como debiera conformarse el uniforme de protección, según la emergencia que se vaya a enfrentar.

PROTECCIÓN TÉRMICA PARA BOMBEROS ¿INTEGRAL O MODULAR?
Escrito por Miguel Lanuza*
Esta situación conduce, en muchas ocasiones, a comentarios de los propios bomberos quejándose del incomodidad que la “sobre-protección” provoca, especialmente en zonas con climas cálidos, pero quizá lo más importante no sea esta primera sensación de falta de comodidad, sino que esta situación puede generar, y de hecho lo hace, situaciones de estrés térmico en el bombero, las cuáles pueden acarrear graves consecuencias e incluso llegar a ser fatales.
También se debe tener en cuenta que la norma UNE –EN 469 contempla, como requisitos básicos, parámetros de niveles de protección térmica, y en el paralelo el número de intervenciones de incendio es cada vez menor.
LA NORMA UNE-EN 469
Como es conocido, la norma UNE-EN 469 original del año 1996, ha sido revisada y definitivamente modificada con la publicación el año 2006 de la nueva norma UNE-EN 469. Esta nueva versión de la norma recoge exigencias para los siguientes requisitos:
• Propagación llama.
• Transferencia de calor.
• Ídem color radiante.
• Resistencia residual.
• Resistencia al calor.
• Resistencia a la tracción.
• Resistencia costuras.
• Resistencia al desgarro.
• Repelencia superficial.
• Cambio dimensional.
• Penetración líquidos químicos.
• Penetración de agua.
• Resistencia al vapor de agua.Entre otras, existen dos diferencias básicas entre la actual norma y la anterior:
• Requisitos de protección térmica:
-Se crean dos distintos niveles de protección (ver tabla 1).
• Requisitos de comodidad:
-Se incluyen, como exigencia a cumplir de forma preceptiva, parámetros de “impermeabilidad” y “transpirabilidad” (ver tabla 2).
Toda esta situación (sobre protección percibida, estrés térmico, nueva normativa), hace que nos podamos plantear varias cuestiones:
• ¿Cuántas intervenciones de fuego atienden hoy en día los bomberos?
• ¿Es lógico que la protección térmica, innecesaria en múltiples intervenciones, condicione toda la operativa?
• ¿Es correcto que la protección térmica incida negativamente en otros factores?
-Comodidad.
-Estrés Térmico.
-Movilidad.
-Agotamiento.
LA PROTECCIÓN MÁS ADECUADA
Evidentemente, quién tiene la responsabilidad de proteger adecuadamente a sus “trabajadores”, debe decidir, entre otros parámetros, qué tipo de protección es la más adecuada, pero debe tenerse en cuenta que la protección, como muchos otros factores de nuestra vida, es un conjunto de prioridades.
Lógicamente la “adecuada protección” del trabajador, en caso del bombero, debe ser la primera de las prioridades, pero cuando el desarrollo normativo y tecnológico lo permite, es recomendable ajustar el nivel de protección a cada momento, especialmente si esto va claramente alineado con la comodidad, y por lo tanto interferirá mínimamente en las capacidades físicas y mentales del usuario de la protección. En este, como en otros casos, lo mejor es que el nivel protección de los EPI sea el adecuado para el riesgo a cubrir.
La aparición de dos niveles de protección térmica en la nueva versión de la norma (UNE-EN 469:06), facilita que la protección de los bomberos pueda alcanzarse no con una sola prenda, que deberá vestirse en todo tipo de intervenciones, sino con un conjunto de prendas adecuadamente solapadas, que en función del tipo de intervención, con más o menos riesgo de fuego, alcanzarán el apropiado nivel de protección.
Este planteamiento, concepto modular, permite la utilización de una prenda base, cómoda, resistente y práctica, que ya teniendo su propio nivel de protección frente al calor y/o las llamas (nivel 1 según UNE-EN 469:06), podrá utilizarse en todo tipo de intervenciones, donde el riesgo térmico no sea el más importante, por ejemplo asistencia en accidentes en carretera, y que adecuadamente complementada alcance sobradamente el nivel máximo (nivel 2), similar, incluso superior, a la protección que actualmente se alcanza con las prendas de intervención tipo “integral”.
Este nuevo concepto, tiene en cuenta las siguientes premisas básicas:
• El bombero requiere una elevada protección térmica en sus intervenciones de extinción de incendios.
• Este tipo de intervenciones son cada vez más escasas frente a otros tipos de actuaciones, por ejemplo accidentes en carretera.
• No obstante el riesgo de incendio puede aparecer, como incidente colateral, en prácticamente cualquier intervención.
• La actual norma UNE-EN 469 permite contemplar que la elevada protección que el bombero precisa para sus intervenciones contra-incendios esté basada en una prenda cómoda, que pueda vestirse sin ser estorbo en otros tipos de intervenciones, certificada como prenda para bomberos de nivel 1 en protección térmica y que con el adecuado complemento externo se convierta en un conjunto de protección térmica con prestaciones muy superiores a las necesarias para alcanzar el nivel 2 definido en la normativa.
• El avance tecnológico ha permitido desarrollar soluciones textiles capaces de cubrir las necesidades que este nuevo concepto de protección requiere, por ejemplo:
-Tejido trilaminado, a base de un tejido altamente resistente de fibra Nomex, con membrana transpirable a prueba de agua y viento, y una base tipo “tejido polar”, también de fibra Nomex, adecuado para la confección de la prenda, por ejemplo tipo chaqueta , que podría utilizarse para todo tipo de intervenciones, con el Nivel 1 de protección térmica.
-Para la confección de la prenda complementaria para alcanzar el nivel 2 de protección térmica, podría emplearse un conjunto de dos capas, tejido exterior y membrana, a base de fibra Nomex Outershell.
*Miguel Lanuza, Applied Technologies Director TAG Innovación, S.A. Grupo Estambril


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