En un lugar Olvidado a las 14:00 del 9 de Julio de 1882

Nacho

Comandante de Guardia
Miembro
Miembro Regular
Parte de Estanislao Del Canto sobre La Concepción


Tarma, julio 16 de 1882.


Señor:


Bajo la impresión del más doloroso sentimiento, acompaño a V.S. el parte original que me ha pasado el comandante del Batallón Chacabuco 6º de Línea don Marcial Pinto Agüero, referente al combate sostenido en Concepción por la 4ª compañía de dicho cuerpo, contra 300 hombres armados de rifles y 1.500 indios con hondas y lanzas.


El combate principió a las 2.30 P.M. del día 9 del presente mes y fue sostenido por nuestra tropa hasta las 9.30 A.M. del siguiente, hora en que, habiéndose agotado las municiones y después de 19 horas de pelea, los enemigos incendiaron el cuartel, perforaron su recinto y se introdujeron por varias partes.



La lucha fue entonces el arma blanca por parte de los nuestros, lucha enteramente desigual, pues sólo quedaba un pequeño número de chacabucanos para combatir contra una multitud de indios y de gente armada de rifles y bien amunicionada. Algunos gritaban rendición; pero los nuestros no aceptaron, y prefirieron morir todos en defensa del puesto que se les había confiado.


El número de tropas que se perdió fueron 72 hombres del Batallón Chacabuco y uno del Batallón Lautaro, y estaban mandados por el capitán don Ignacio Carrera Pinto y subtenientes don Arturo Pérez Canto, don Julio Montt S., y don Luis Cruz M.


Mi escasa inteligencia, señor General, divaga para comprender si es mayor el profundo y justo sentimiento que debemos experimentar por la pérdida de tantos buenos, o bien, si lo es la gloria alcanzada por esos héroes a costa del sacrificio de sus vidas.


El mejor comentario que puedo hacer de tan grandioso hecho en este parte, es la proclama que di al ejército en la orden general, y cuyo tenor es como sigue:


"Soldados del ejército del Centro:
"Al pasar por el pueblo de Concepción habéis presenciado ese lúgubre cuadro de escombros humeantes y cuyo combustible fue los restos queridos de cuatro oficiales y 73 individuos de tropa del Batallón Chacabuco 6º de Línea. Millares de manos salvajes fueron autores de tamaño crimen; pero es necesario que tengais entendido que los que defendieron el puesto que se les había confiado eran chilenos, y que, fieles al cariño de su patria y animados por el entusiasmo de defender su bandera, prefirieron sucumbir todos antes que rendirse a turbas desenfrenadas.


"Los que perecieron en Concepción en defensa de nuestra querida patria y de la tranquilidad de ese pueblo ingrato, han obtenido la palma del martirio; pero una y mil veces benditos sean, puesto que su valor y sacrificio les ha dado el derecho a la corona de los héroes.


"Amigos chilenos:
"Si os encontrais en igual situación a los 77 héroes de Concepción, sed sus imitadores y entonces agregareis una brillante página a la historia nacional y hareis que la esfinge de la patria se presente una vez más con el semblante risueño en símbolo de gratitud por los hechos de sus hijos. Si llegais a combatir con los hombres de la nación peruana, acordaos en todo caso de los hermanos que tan valientemente se sacrificaron en Concepción; pero no olvideis los rasgos generosos de que siempre habeis hecho uso para con esos prójimos de la humanidad degradada.


"Soldados:
"Seguid siempre en el sendero de vuestro entusiasmo y abnegación; conservad la sangre fría y arrojo de los Caupolicanes y Lautaros; sed siempre dignos de esos mismos, y habreis conseguido la felicidad de la patria. Chilenos todos: un hurra a la eterna memoria de los héroes de Concepción".


El mutismo de soldado invade mis facultades y me priva del derecho de poderme explayar más sobre tan grandioso hecho, que habla muy alto en pro de la patria chilena y de los defensores de su honor. Pero me asiste la confianza de que el ilustrado criterio del señor general, Jefe de Estado Mayor, dilucidará con ventaja al transmitir este parte al señor General en Jefe.


Dios guarde a V.S.


E. DEL CANTO


Al señor General, Jefe de Estado Mayor General.




Tomado del blog de Jonatan Saona http://gdp1879.blogspot.com
 

Nacho

Comandante de Guardia
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Concepción y sus contornos.



La Concepción i sus contornos.


De Huancayo a Concepción se cuentan cinco leguas mas que menos, entre ambas localidades está situada la aldea de San Jerónimo, que dista unas cuarenta cuadras de buen camino de carruaje de La Concepción.


Éste pueblo, que tiene unos tres mil habitantes i que guarnece la 4.ª compañía del Chacabuco con 77 hombres, de capitán a tambor, cuenta con una plaza i cuatro manzanas mas.

Está asentada la villa al norte de una suave lomada, no mui alta, que la cubre de los vientos del sur; los cerros del oriente la dominan por ese flanco; por el norte se abre el valle; i hácia el poniente rumorea a cosa de unas veinte cuadras el Oroya que lo separa del pueblo de Sincos, divisándose sus torres al otro lado del río.


Un puente de cimbra, que viene quedando frente al cerro que deslinda al sur de La Concepción, sirve para la comunicación í tránsito de los numerosos habitantes que pueblan las dos villas, los caseríos i haciendas de ambas riberas.


Fértiles i bien cultivados terrenos rodean a La Concepcion, divididos por bajas pircas de piedra bordeadas de cactus i de pitas; el maiz, la cebada i el trigo i otros cereales se cosechan en sus campiñas.


El cerro que por el oriente domina al pueblo es mui apropiado para mantener en él una descubierta, porque desde su cumbre se divisa hasta mui lejos.


El capitán Latapiat, miéntras gobernó en La Concepción, mantuvo siempre un piquete un ese punto, fuerza que, por desgracia, retiró don Ignacio Carrera Pinto.


La Concepción tiene una plaza grande; su costado norte lo ocupan casas de vecinos, algunas tiendas se abren en ellas; el sur estaba en construcción en Julio de 1882; se edificaba un portal cuyos arcos en parte se veían ya en pié.


La iglesia, de antigua data, con sus dos torres i una gran puerta al frente ocupaba el lado oriente, es decir, colocándola en la Plaza de Armas nuestra, vendria a quedar en la esquina de Merced, i a continuacion, al norte, se encontraba el cuartel que tenia dos puertas a la plaza; estas entradas se abrían unos cuantos pasos al norte de la iglesia, i siguiendo siempre hácia el septentrión tres ventanas con rejas de hierro de Vizcaya daban luz a otras tantas habitaciones que servían de cuadra a los veteranos del Chacabuco.


La iglesia estaba situada un poco hácia adentro, dejando a su frente un pequeño espacio, una insignificante plazoleta, algo así como la ubicacion que presenta el templo de nuestras Capuchinas, pero sin la reja que tienen esas santas i buenas madres afuera de su iglesia.


El cuartel era ni mas ni menos la casa parroquial del señor cura i quedaba al al centro del flanco oriente de la plaza; en la esquina de Monjitas, digamos así, con plaza, se levantaba una buena casa de altos, propiedad de don Antonio Salazar, personaje a quien luego veremos jugar importantísimo rol.


Tanto la iglesia, el cuartel i la casa de Salazar, tenían techos de tejas i eran edificios antiguos pero bien construidos.


Donde aquí se levanta nuestra hermosa Catedral, Sagrario i Palacio Arzobispal, habian allá casas‑habitaciones; i mas o menos en el lugar en que vemos el Sagrario, estaba la casa de altos de los Valladares, la del coronel don Luis Milón Duarte, ardiente patriota peruano i decidido partidario de don Miguel Iglesias, que fué asesinado en ella el año de 1884, se dice que por instigaciones de Cáceres.


En la esquina de la Compañía, tomando siempre por modelo a nuestra plaza, la del norte, la del Palacio Arzobispal, se abria una botica, i en la otra esquina con Catedral un modesto hotel.


La carretera incásica que parte de Ayacucho i pasa por Huancayo, vía a Lima, entraba por la calle de Ahumada, para después de salvar la plaza por el costado poniente, continua su ruta hácia el norte hasta Jauja, recorriendo dentro del pueblo las cuatro cuadras que éste tiene de norte a sur.


En la primera puerta del cuartel, en la que queda mas al sur, flamea el tricolor chileno en alto mástil, que corona el mojinete del pasadizo principal de la parroquial morada, ahora cómodo cuartel de aquella tropa invicta que muere i no se rinde!
(tomado del libro de Nicanor Molinare, El Combate de La Concepción)
 

Nacho

Comandante de Guardia
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Parte de Pinto Aguero sobre Concepción



BATALLÓN CHACABUCO 6º DE LÍNEA


Jauja, julio 12 de 1882.


Señor:


Como V.S. sabe, la guarnición de la Concepción se componía de cuatro oficiales y 73 individuos de tropa de la 4ª compañía del cuerpo de mi mando, al mando del capitán don Ignacio Carrera Pinto.


Según los datos que se han tomado de algunas personas que se han encontrado en la ciudad, están contestes en asegurar que el día 9 del presente, de 2 a 2.30 P.M., se presentaron en las alturas que rodean al pueblo tropas enemigas que, uniformadas de blanco y armadas de rifle, hacían fuego sobre la plaza.



En este mismo momento aparecieron por las diversas entradas de la plaza gran número de indios armados de lanzas. El enemigo encontró lista a la compañía para ponerse en defensa, por tener el capitán de antemano orden mantenerla acuartelada.


Según los relatos que todos hemos oido, el ataque principió con gran ímpetu por parte del enemigo, el que era contenido en las entradas de la plaza por nuestros soldados con bizarría; pero como sufrieran muchas bajas, al anochecer se replegaron al cuartel situado en la misma plaza, y ahí combatieron toda la noche, rechazando muchas veces las masas de indios y gente armada que se abalanzaban a la puerta del cuartel, a sus ventanas y a las paredes que lo circundan.


El ataque duró toda la noche del 9 y la mañana del 10; pero ya, como a las 9.30 A.M. de este día, el enemigo se persuadió claramente de que la municiones se habían concluido y los que habían peleado como buenos 19 horas, tuvieron que resistir sólo al arma blanca, rechazando nuevamente con las puntas de sus bayonetas a los asaltantes que, ya ensorberbecidos, cargaban con furia a tomarse el cuartel.


El enemigo, fastidiado de la tenaz resistencia de los nuestros y convencido de que el temple de los hombres que encerraba el cuartel era de aquellos que no proporcionan un fácil triunfo, resolvió incendiar el edificio, lo que efectuó arrojando petróleo a los techos y haciendo forados en las paredes que rodean al cuartel; de esta manera consiguieron penetrar al recinto donde se encontraban los que hicieron la defensa de la plaza de la Concepción.


Se dice que cuando el enemigo en grueso número entró al cuartel, la porfía y encarnizamiento de la defensa fue horrible; dando por resultado la muerte de toda la guarnición, incluso sus oficiales sin que quisiesen rendirse por nada, a pesar de que se les gritaba que lo hicieran y que nada se les haría.


El comandante de Carabineros me ha asegurado que el alférez de su regimiento, señor Sierralta, recorrió con 20 hombres, el día 11 por la mañana, la ribera del río frente a la Concepción, y encontró un gran número de heridos de bayoneta, y es de presumir que el número de éstos y el de los muertos sea muy numeroso.


El número de fusileros enemigos que atacaron a la guarnición de la Concepción era de 300, al mando del coronel Gastón, y como 1.500 indios armados de lanzas.


Excusado me parece, señor coronel, recomendar a la consideración de V.S. la conducta brillante y más que distinguida observada en el hecho de armas de la Concepción el 9 y 10 del presente, por los señores oficiales y tropa que formaban parte de esa guarnición; hechos de armas de esa naturaleza, llevan consigo su recomendación.


La memoria del capitán don Ignacio Carrera Pinto, subtenientes don Julio Montt, don Arturo Pérez Canto y don Luis Cruz M., sacrificados con sus 73 soldados en el puesto del deber, es algo que el que suscribe, como el personal del cuerpo de mi mando, recordaremos siempre con respeto y nos esforzaremos en imitar, en algo siquiera, el camino que con su abnegación y sus vidas nos ha trazado ese puñado de valientes.


El armamento y vestuario fue llevado por el enemigo, dejando los cadáveres en completa desnudez, con el objeto quizás de que pudiéramos ver las horrorosas mutilaciones con que la saña del salvaje se había cebado en los cuerpos ya sin vida de esos mártires de su abnegación y patriotismo.


Adjunto a V.S. una relación nominal de los señores oficiales e individuos de tropa muertos en el hecho de armas de que doy cuenta, ascendentes a cuatro oficiales y 72 individuos de tropa del Batallón Chacabuco 6º de Línea.


También murió en el mismo hecho de armas el soldado de la 1ª compañía del Batallón movilizado Lautaro Pedro González, que había quedado por enfermo en esa plaza.


Dios guarde a V.S.


MARCIAL PINTO AGÜERO


Al señor Coronel, Comandante en Jefe de la División del Centro.



Tomado del blog de Jonatan Saona http://gdp1879.blogspot.com/2011/07/parte-de-pinto-aguero-sobre-concepcion.html#ixzz1RcgNdVrc
 

Nacho

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Parte de Salazar sobre Concepción VERSION PERUANA



Comandancia de la "Columna Cazadores de Comas"


Ingenio, julio 10 de 1882- 1p.m.


Señor coronel don Juan Gastó, Comandante General de la División Vanguardia del Ejército del Centro.


S.C.C.G.


Ayer á las diez a.m. dejamos el caserío de San Antonio, á donde arribamos en una sola jornada, habiendo salido de Comas el 8 del que rige, con objeto de atacar la fuerza chilena que guarnecía la ciudad de Concepción. A las 4 p. m. Llegamos á otro caserío nombrado Lastay, que está sobre la expresada ciudad á distancia de tres kilómetros; aquí hicimos alto para distribuir á la fuerza de mi mando, que constaba de 170 hombres con rifles desiguales, las municiones que á costa de muchas fatigas me arbitré en Comas, después del primer combate que libré en dicho pueblo contra una fracción del escuadrón chileno "Yungay", que fué destrozado también por las fuerzas que me obedecían el dos de marzo del año en curso.



US. opinó que la hora era inoportuna para emprender el ataque y que además era necesario saber con fijeza sobre el paradero del señor General Cáceres y su ejército, o de algún movimiento que éste haga contra el grueso del ejército enemigo, que en la actualidad ocupa Huancayo; y que, en consecuencia, era más conveniente en concepto de US. ocupar las alturas de este pueblo, para estar atento á las evoluciones que lleve á cabo dicho señor general y operar en seguida de concierto con ellas .


Yo no quise cejar ni un punto de la resolución que traía desde que salí de Comas, de atacar al enemigo sin pérdida de instante. Viendo el sargento mayor don Luis Lazo, 2° jefe de la columna Ayacucho, que mi propósito era inquebrantable, se asoció á mi dictamen y dijo en voz alta, como á US. le consta, que él me acompañaría en mi empresa aunque sea solo.


Entonces US. me dio el alto y honroso de dirigir el ataque, alegando que no conocía la topografía de la ciudad que, media hora después, fué el teatro de la lucha sangrienta; acepté desde luego tan honrosa comisión inmediatamente me adelanté á tomar el camino que conduce sobre el Morro que sobre sale de la colina que domina Concepción por el este, distante mil metros de la plaza de la ciudad, con la columna de mi mando, el 2° jefe de ella sargento Mayo Uladislao Masías y don Crisanto Meza, quien espontáneamente, me ofreció sus servicios del día anterior en San Antonio.


Una vez que hube llegado al expresado Morro, abrí los fuegos contra los chilenos, que desplegaron en guerrillas en la plaza y en el patio del convento que hacía de cuartel, nos esperaban, á consecuencia sin duda de algún aviso que en ese instante tuvieron de nuestra aproximación por ese lado. Por espacio de una hora sostuve un nutrido fuego de fusilería en esa posición hasta que US., según convenimos de antemano, se introdujese á la ciudad sin ser visto por el enemigo, siguiendo el camino de Quichuay, para llevar á cabo un movimiento envolvente, es decir, para desembocar á retaguardia de los combatientes de la plaza, por la equina de la casa la Sra. Valladares; tomada la retaguardia por US. descendí de frente para tomar el flanco derecho de los adversarios, apareciendo por los portales.


El movimiento se ejecutó sin tropiezo ninguno, los chilenos de la plaza, luego que se apercibieron de ello, se replegaron al cuartel incontinenti; hasta esa hora mis fuerzas no sufrieron más bajas que dos caballos, uno de ellos de mi ayudante, capitán Cipriani Camacachi. Eran las 6 p.m.


Pocos minutos después, el ayudante de US, capitán Revilla, me comunicó que US. en su propósito de conservar intactas sus fuerzas, en obediencia á instrucciones superiores, se retiraba á las alturas á pernoctar y procurarle rancho á sus soldados. También me participó que el teniente coronel don Francisco Carvajal había sido herido.


A las 6 y 30 p.m. ordené á mis ayudantes Bellido y Camacachi que trajesen kerosene de la tienda de don Daniel Peña, quien minutos antes me dio dos rifles con 50 cápsulas de dotación cada uno, y ofrecióme el aludido combustible si necesario fuera. Los ayudantes no se hicieron esperar mucho, trajeron de 12 á 15 latas de petróleo y procedimos á incendiar el convento, arrojándolo sobre sus techos; opté por esta medida para obligarlos á rendirse o salir de allí para batirse á cuerpo libre; no conseguí mi objeto: los enemigos no cesaron de dirigirnos sus proyectiles por las numerosas ventanas del edificio; Camacachi, que fué uno de los que con más intrepidez cebaba el fuego, perdióla mano derecha de un tiro que los enemigos le asestaron desde su encierro.


Algunos de Concepción, no arriba de once, se pusieron á mis inmediatas órdenes, con sus respectivos rifles, y tomaron parte activa en el combate, fueron los siguientes; Daniel Peña, don Ricardo Cadenas, doctor Santiago Manrique Tello, don Sántos Moreno, don Dámaso Peña, Esteban Alzamora; Marcos Chamorro, Adolfo Coca, subteniente Juan A. Castillo, Ismael Carpio y Mariano Villavisante; de todos éstos murieron en la acción Chamorro y Alzamora. Los enemigos abandonaron el cuartel reducido á cenizas á las 12 de la noche y se refugiaron en el local contiguo, situado al costado izquierdo de la iglesia matriz, dejando en aquel más de 15 cadáveres.


Entonces los nuestros, con ese brío irresistible que desde el principio del ataque desplegaron, los estrecharon en un círculo más reducido; se apoderaron de las paredes de los flancos, de las torres de la Iglesia y de los techos de ésta.


A esta hora se hizo la lucha por de más encarnizada; los oficiales chilenos dentro del salón principal del último local, destacaban fracciones de 6 u 8 soldados, se batían con desesperación y de seguro después de 15 o 20 minutos de sostener con los nuestros nutrida fusilería en total fuera de combate, gravemente heridos o muertos. Los que ocupaban la torre próxima al á última trinchera del enemigo, son los que bajas han ocasionado á éste. Cesaban los fuegos de una y otra parte por intervalos más o menos cortos de tiempo; en esta situación nos mantuvimos toda la noche hasta las 7 á.m. de hoy; á esta hora anhelamos llegar al epílogo del sangriento drama, ideamos hacer forados en las paredes que circundan al cuartel y dar el último asalto.


Concluída la operación de los forados por varias partes y viendo los enemigos que el peligro era inminente, izaron un pañuelo blanco, símbolo de paz; creyendo los nuestros que ya se redirían, avanzaron sin hacer fuego, hasta medio patio, donde fueron recibidos con una lluvia de balas, no sin causarnos numerosas bajas. Esta innoble acción produjo en la fila asaltante la más viva indignación, que arrancó juramentos de un modo unísono para no dar cuartel al resto de los que aún se resistían dentro de los espesos muros de su trinchera. En el acto se abalanzaron 50 hombres al recinto de los enemigos, como una jauría de tigres, y ultimaron á éstos después de una resistencia verdaderamente horrible. El capitán Carrera Pinto, subteniente Cruz y 9 soldados sacados de trinchera, fueron fusilados en la plaza; los subtenientes Pérez Canto y Montt sucumbieron en el fragor de la lucha dentro de aquella.


A las 9 á.m. de hoy, la función de armas tocó á su término, cuando ya no hubo enemigos con quienes combatir.


En resumen: toda la guarnición chilena de Concepción, de capitán á tambor, constaba de 79 hombres ha sido totalmente exterminada, después de 17 horas de combate casi incesante; además, fueron muertas también dos mujeres de los soldados, de tanto coraje, que en lo más recio del combate, animaban á los suyos en alta voz que continuasen peleando. Ha sido encontrada muerta entre los montones de cadáveres una criatura recién nacida y otra fué salvada viva por don Dámaso Peña; una de las mujeres había dado á luz días antes del combate dos criaturas gemelas. No necesitó recomendar la conducta de los que asaltaran Concepción, ella se recomienda por si misma; fué su divisa vencer y vencieron. Cuentan con más de 40 bajas, entre muertos y heridos, siendo mayor el número de éstos; serán llevados para su curación al convento de Ocopa, donde los padres franciscanos, según carta que tengo á la vista, han improvisado un hospital de sangre.


Los caballos de los vencidos fueron tomados por algunos individuos del pueblo, muy al principio del combate, quedan en poder de mis fuerzas todos los despojos de éste: rifles, vestuario y peroles.


Pocos momentos antes de ingresó US. á la, plaza con la fuerzas de su mando y contuvo con energía los desbordes de los guerrilleros, que, procedentes de los pueblos vecinos, acudieron á última hora en masas considerables. Como US. ha visto personalmente, la mayor parte de los cadáveres están hacinados en el local que ocuparon á las 12 de la noche, en el que se refugiaron al principio del combate, esto es, el convento, hay más o menos 15: en la plaza quedan 13 inclusive lo de los oficiales y dos mujeres.


Elevo á US. este parte con los detalles que escribo, á fin de que por su órgano llegue á conocimiento del general Cáceres, jefe superior para que se entere sobre el espléndido triunfo alcanzado por la columna de mi mando contra una fracción del ejército de Chile que guarnecía Concepción: que aunque tenemos noticia segura sobre su paradero, hasta el momento, pero á juzgar por los dias que lleva de camino desde su salida de Ayacucho, debe estar ya cerca del cuartel general del grueso del ejército enemigo (Huancayo) aprontándose para el ataque. Dios güe á US.


(Firmado) Ambrosio Salazar



Tomado del blog de Jonatan Saona http://gdp1879.blogspot.com/2011/07/parte-de-salazar-sobre-concepcion.html#ixzz1Rcj4fLKe
 

Nacho

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Los 77 de La Concepción

Capitán Ignacio Carrera Pinto 4ª Compañía Regimiento Chacabuco
Subteniente Arturo Pérez Canto 4ª Compañía
Subteniente Julio Montt Salamanca 5ª Compañía Regimiento Chacabuco
Subteniente Luis Cruz Martínez 6ª Compañía Regimiento Chacabuco
Sargento 1º Manuel Jesús Silva 4ª Compañía
Sargento 2º Clodomiro Rosas 4ª Compañía
Cabo 1º Gabriel Silva 4ª Compañía
Cabo 1º Carlos Segundo Morales 4ª Compañía
Cabo 1º Juan Ignacio Bolívar 4ª Compañía
Cabo 2º Pedro Méndez 4ª Compañía
Cabo 2º Plácido Villarroel 4ª Compañía
Soldado Tiburcio Chandía 4ª Compañía
Soldado Amador Gutiérrez 4ª Compañía
Soldado Juan Ferra 4ª Compañía
Soldado Pedro N. Zúñiga 4ª Compañía
Soldado Pablo Ortega 4ª Compañía
Soldado Avelino Olguín 4ª Compañía
Soldado José Martín Espinoza 4ª Compañía
Soldado Pablo Trejos 4ª Compañía
Soldado José Félix Valenzuela 4ª Compañía
Soldado Agustín Molina 4ª Compañía
Soldado Rafael Otárola 4ª Compañía
Soldado Félix Contreras 4ª Compañía
Soldado Enrique Reyes 4ª Compañía
Soldado Federico Sepúlveda 4ª Compañía
Soldado Francisco Escalona 4ª Compañía
Soldado José Argomedo 4ª Compañía
Soldado Juan Bautista Muñoz 4ª Compañía
Soldado Abelardo Silva 4ª Compañía
Soldado Efraín Encina 4ª Compañía
Soldado Vicente Muñoz 4ª Compañía
Soldado Emilio Correa 4ª Compañía
Soldado Mariano González 4ª Compañía
Soldado Pedro Moncada 4ª Compañía
Soldado Ángel Agustín Muñoz 4ª Compañía
Soldado Juan Hinojosa 4ª Compañía
Soldado Eduardo Aranís 4ª Compañía
Soldado Manuel Antonio Martínez 4ª Compañía
Soldado José Arias 4ª Compañía
Soldado Emilio Rubilar 4ª Compañía
Soldado Máximo Reyes 4ª Compañía
Soldado Pedro Lira 4ª Compañía
Soldado Erasmo Carrasco 4ª Compañía
Soldado Estanislao Rosales 4ª Compañía
Soldado Emigdio Sandoval 4ª Compañía
Soldado Estanislao Jiménez 4ª Compañía
Soldado Juan Bautista Campos 4ª Compañía
Soldado Florencio Astudillo 4ª Compañía
Soldado Pablo Guajardo 4ª Compañía
Soldado José Saldoval 4ª Compañía
Soldado Juan Bautista Jofré 4ª Compañía
Soldado Manuel Contreras 4ª Compañía
Soldado Rudencio Zúñiga 4ª Compañía
Soldado Hipólito Utreras 4ª Compañía
Soldado Manuel Rivera 4ª Compañía
Soldado Agustín Segundo Sánchez 4ª Compañía
Soldado Lorenzo Aceitón 4ª Compañía
Soldado Gregorio Maldonado 4ª Compañía
Soldado Bonifacio Lagos 4ª Compañía
Soldado Manuel Jesús Muñoz 4ª Compañía
Soldado Bernardo Jaque 4ª Compañía
Soldado Lindor González 4ª Compañía
Soldado Toribio Morán 4ª Compañía
Soldado Lorenzo Serrano 4ª Compañía
Soldado Luis González 4ª Compañía
Soldado Lorenzo Torres 4ª Compañía
Soldado José del Carmen Sepúlveda 4ª Compañía
Soldado Lorenzo Jofré 1ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado Juan D. Rojas Trigo 2ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado José Jerónimo Jiménez 2ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado Francisco Contreras 3ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado Pablo González 5ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado Zenón Ortiz 6ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado José Miguel Pardo 6ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado Juan Montenegro 6ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado Casimiro Olmos 6ª Compañía Regimiento Chacabuco
Soldado Pedro González 1ª Compañía del Batallón Lautaro (Falta su nombre en la Cripta de la catedral metropolitana)
 

bluebird3

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1 Dic 2010
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8
Chile
Grande Nacho:
Una Patria sin historia, no es nada. Tu en innumerables hechos olvidados te encargas de recordarlos y por lo menos a mi me emociona y de manera profunda.
Son 77 los que murieron y hoy pasa sin pena ni gloria.
Con tu publicación aprendí y me llamo la atención lo siguiente.

“En resumen: toda la guarnición chilena de Concepción, de capitán á tambor, constaba de 79 hombres ha sido totalmente exterminada, después de 17 horas de combate casi incesante; además, fueron muertas también dos mujeres de los soldados, de tanto coraje, que en lo más recio del combate, animaban á los suyos en alta voz que continuasen peleando. Ha sido encontrada muerta entre los montones de cadáveres una criatura recién nacida y otra fué salvada viva por don Dámaso Peña; una de las mujeres había dado á luz días antes del combate dos criaturas gemelas.”.


Grande las chilenas, que no se rinden ante la adversidad.
Como bomberos somos pequeños ante estas epopeyas, pero algún bombero estuvo allí.
Tengo apellidos españoles, pero siento la sangre araucana, que aun que muerto de miedo cuando las circunstancias lo ameriten no arrancare.
Gracias Nacho por recordar y hacer aterrizar que los verdaderos valientes están cuando se les necesita y apechugan.
¿Moraleja? Sáquela Usted como bombero.
Si bien la cosa era en el norte, un homenaje a la gente del sur, por todos sus héroes olvidados.
De los valientes se cuentan historias y en Chile hay muchos. Olvídese de lo oscuro y resalte a los que sin esperar nada dieron la vida por su patria.
La Concepción. Ejemplo de valor, entrega y amor por la patria.
 

Nacho

Comandante de Guardia
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El lado desconocido y mas triste de laConcepcion

"Santiago, julio 7 de 1911.
Sr. Nicanor Molinare.
Presente.

Mi distinguido Don Nicanor:

Acabo de recibir su estimada de hoy, que tengo el gusto de contestar.

Por el contexto de su carta, veo que Ud desea saber, si es efectivo que fue, el hoy general Boonen Rivera, el que socorrió con su compañía a la plaza de la Concepción asaltada en los días 9 y 10 de julio de 1882 por las tropas del coronel Gastó; es decir, quiere Ud saber si fue don Marcial Pinto Agüero, don Luis Molina, don Arturo Salcedo, don Alejandro Villalobos, con don Rómulo Correa, con tropa del Lautaro, con del Chacabuco, los que entraron a la Concepción; o si esa acción la dirigió el capitán Boonen Rivera, como dice el corresponsal del Mercurio y el mismo Boonen Rivera en su artículo de hoy y en las líneas que Ud. inserta en la presente.

Don Estanislao del Canto, comandante en jefe del Ejército, recibió la noticia por transmisión que le hizo el comandante Pinto Agúero, que iba a vanguardia en el Chacabuco y una compañía del Lautaro, la de Rómulo Correa; un poco más a retaguardia caminaba el coronel don Estanislao del Canto, que tenía por ayudantes al capitán Mac Euchen, a los tenientes Srs. Víctor Bruna y Caupolicán Villouta y a su servidor; más a retaguardia de nosotros venían el 2º de Línea, Lautaro, el Santiago, el Parque y la artillería; cerrando la retaguardia los Carabineros de Yungay, como legua y media más atrás.

La noticia horrible de la Concepción la recibió Canto impasible; ordenó inmediatamente al 2º de Línea para que Enrique del Canto a la carrera tomase los cerros de la derecha y cortase la retirada de Gastó con dos compañías; y al resto de la columna, forzase la marcha sobre la Concepción y él, con todos sus ayudantes a galope tendido se dirigió al mismo punto.

Cuando el general Canto llegaba a la plaza del pueblo, acababan de llegar el comandante Pinto Agúero, Arturo Salcedo, Alejandro Villalobos, Luis Molina, Rómulo Correa y los oficiales del Lautaro, que sin combatir con nadie, porque no hubo un solo enemigo enfrente, habían penetrado al pueblo que estaba desierto y en el que encontramos horrorosamente hechos pedazos a todos los hombres del Chacabuco.

Ese combate que Ud copia y que se atribuye a Boonen, es una mentira, porque este no ha hecho tal papel; porque Pinto Agúero no cedió a nadie su puesto en esos momentos; Rómulo Correa si hubiera habido combate, habría sido quien lo hubiera mandado, porque era capitán mucho más antiguo y más valiente, y éste, en ausencia de Arturo Salcedo, capitán ayudante y de muy buena reputación como soldado.

Don Nicanor, hay muchos oficiales vivos todavía de esa época, que presenciaron y oyeron al comandante Pinto Agúero, en la plaza de Concepción, cuando dijo a Boonen Rivera con rabia reconcentrada estas palabras:

“Fusilarlo por la espalda capitán sería hacerle un honor”.

Esa frase corrió por todo el Ejército y de ella se acuerdan sin duda el general Canto, Arturo Salcedo, Alejandro Villalobos, Víctor Bruna, Arturo Echeverría, Miguel Ángel Reyes, Vicente del Solar, Enrique Sotomayor, Pedro Pablo Toledo, Maluenda, Santiago Hinojosa, Leclerc, Martín Orrego Ovalle, Enrique Sotomayor, Cuadra, Leonor Ávila, el teniente Sepúlveda, Alberto Herrera, del Chacabuco, Waldo Villarroel, Pedro Fierro Latorre, Eusebio Latham, Santos, José Antonio Montreal y tantos otros, que si no presenciaron esa escena la oyeron contar en esos dias en todo el Ejército chileno.

Recuerdo muy bien que después de esto, Boonen, que ya no pertenecía al Chacabuco, se fue a Lima, llegando primero que la División Canto.

Puede Ud., don Nicanor, hacer de esta carta el uso que quiera de ella, y preguntar a todos los oficiales de aquel tiempo si fue o no cierto que Boonen R. se condujo mal en la tarde del 10 de julio de 1882.

Lo felicito por sus verídicas relaciones y por el valor con que dice la verdad, cuando se trata de la historia del Ejército y de la Marina de Chile, en el Perú.

Dejo pues contestada su carta de hoy y queda a su disposición su afectísimo amigo.

Ismael S. Larenas.
(firmado)".


El entonces capitan Boonen Rivera, al mando de una de las compañias del Chacabuco 6º de Linea, salio con el batallon aludido de Huancayo el dia 9 de julio de 1882 (esta fecha es correcta, no es un error mio).

El batallon completo menos 3 compañias (la 4º en Concepcion y otras 2 en Jauja y Tarma). Transportaban enfermos y heridos desde Huancayo, por orden de Del Canto. El grupo va al mando de Quintavalla, su comandante queda en Huancayo, para partir al dia siguiente. Llevan orden de llegar a Concepcion.

Forma la vanguardia la compañia de Boonen Rivera, separada del grupo principal que se mueve muy lento por los enfermos y heridos.

Boonen pasa San Jeronimo con su compañia y prosigue a Concepcion. Quintavalla llega a San Jeronimo con el grupo principal y por la hora decide acampar en el pueblo. Da orden a Boonen de avanzar a Concepcion y dar aviso a Carrera Pinto que se preparen para recibir el grueso del Chacabuco al dia siguiente y al mediodia al resto de la division de Huancayo en retirada.

En esas fechas, Boonen ha sido notificado de su traspaso a la Escuela Militar en Santiago.

Inexplicablemente, Boonen se detiene a 20 cuadras de Concepcion con su compañia y hace campamento. A esa distancia escucha los disparos del Combate de Concepcion, pero no avanza ni un metro. El subteniente Alejandro Villalobos le pide por favor avanzar con la compañia completa a Concepcion, siendo apoyado por los demas oficiales y tropa (estamos hablando de una compañia completa similar a la que defendio Concepcion). Boonen Rivera no se inmuta y no avanza durante toda la noche y parte del dia siguiente.

Arriba la division de Del Canto con sus avanzadas el dia 10 de julio a San Jeronimo. Se envia un piquete a avizar a Concepcion del arribo de la division con sus enfermos y heridos a rastras. Se enteran de lo del combate. Dan aviso. Quintavalla probablemente se entera en este momento de lo que ocurria en Concepcion, ya que habia quedado en San Jeronimo y Boonen Rivera, probablemente no habia dado avizo de los acontecimientos.

El resto Uds lo conocen. La 4º compañia es encontrada muerta completamente en Concepcion. Pinto Aguero (el comandante del Chacabuco) dice la famosa frase de oro a Boonen Rivera, en la plaza de Concepcion "fusilarlo por la espalda seria hacerle un favor".

Boonen Rivera deja de estar al mando de la 2º compañia efectivamente desde Concepcion en adelante. Llega a Lima antes que la division Del Canto, deja mal puesto a Del Canto con Lynch y cierra con broche de oro relatando a un periodista de El Mercurio en Lima (esta en duda que sea Caviedes) su heroismo en Concepcion.

Saquen Uds las propias conclusiones...
 

lexman

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8 Abr 2008
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Es gratificante saber que aun habemos chilenos que recordamos con orgullo a aquellos hombres y mujeres que forjaron nuestra historia, que no es otra cosa que nueestra herencia y patrimonio. Es cierto que por mi caracter no puedo expresarme a favor de la guerra como una forma de resolver nuestras humanas diferencias, sin embargo creo a firme que el valor de los valientes muchachos, hombres y mujeres, que dieron sus vidas en la lejana sierra peruana y cumplieron leal y eficazmente las ordenes recibidas merece nuetro total respeto y admiracion, su sacrificio no puede morir en el olvido. Este combate, tan desigual, es solo comparable a la legendaria batalla de Termopilas, en la antigua Esparta. Uds. la recordaran por la pelicula "300".
Los Bomberos de hoy, de alguna forma representamos estos ideales de honor, disciplina y entrega, por supuesto en un contexto diferente pues somos guerreros en tiempos de paz, nuetra lucha es contra la adversidad y el sufrimiento humano y para esta guerra no hay cuartel. Entonces este es el homenaje humilde de un soldado de la paz a otro valiente que forjo mi historia regandola con su sangre. Feliz dia a mi bandera.