En 1873, en la edición de Julio de “North American Review”, un experimentado bombero decía:

[Nacho]

Para los viejos nos recordara muchas vivencias

En el curso ANB Tácticas I era llamativa y motivadora esta cita que nos invitaba a estudiar y capacitarse.

En 1873, en la edición de Julio de “North American Review”, un experimentado bombero decía:

“Ninguno de los jefes que conocí intento siquiera aparentar la clase de conocimiento profesional que yo considero tan esencial. Lo que es mas, uno llego al extremo de decir que la única manera de aprender el negocio era ‘ir a los incendios’. Una frase casi tan monstruosa y tan contraria a la razón como si hubiese dicho que la única manera de convertirse en cirujano fuese comenzar cortando miembros sin ningún conocimiento del cuerpo humano o de los implementos requeridos”

El experimentado bombero a quien se refiere fue Eyre Massey Shaw, Primer Capitan de la London Fire Brigade. respecto de sus impresiones tras vistar distintos Fire dept de los EU. la publicación es un poco mas larga

"Cuando yo estaba en Estados Unidos me llamó la atención la fuerza que, si bien la mayoría de los jefes eran inteligentes y celosos en su trabajo, no uno que conocí incluso hizo la pretensión de la clase de conocimiento profesional, que considero tan esencial. De hecho, uno se fue tan lejos como para decir que la única manera de aprender el negocio de un bombero era ir a los incendios. . . una declaración acerca de lo monstruoso y tan contrario a la razón como si dijera que la única manera de convertirse en un cirujano sería comenzar amputación de miembros, sin ningún conocimiento de la anatomía o de los implementos necesarios.

No hay atajo tal llegó a ser competente en cualquier profesión, y el día en que sus compatriotas se verán obligados a abrir los ojos ante el hecho de que si un hombre aprende el negocio de un bombero sólo por los incendios que asisten, que debe necesariamente aprender a mal, y que aun lo que tiene recogida y puede parecer saber, él sabrá de manera imperfecta, y ser incapaz de impartir a los demás.

Considero que el negocio de un bombero una profesión normal que requiere estudio previo y la formación como otras profesiones hacen; y estoy convencido de que en el estudio y la formación se omiten, y los hombres están de paso en forma de horquilla en el trabajo práctico y sin preparación, el cuerpo de bomberos nunca será capaz de hacer frente de manera satisfactoria con las grandes emergencias. "

Reseña de la LFB sobre Capitán Sir Eyre Massey Shaw se convirtió en el primer oficial del MFB y lo cambió significativamente. Se estableció un nuevo sistema de rangos; introducido un nuevo uniforme que consistía en un casco de bronce o plata y túnica de lana; construido nuevas estaciones de bomberos e introducido tecnología avanzada para mejorar el servicio.

Trajo a los camiones de bomberos de vapor que podría bombear, en promedio, 300 galones de agua por minuto. Estaban bien equipados para la extinción de incendios - siempre y cuando las calderas se mantuvieron lo suficientemente caliente para elevar el vapor.

Los caballos fueron utilizados para tirar de los motores y se alojaron en la estación con los bomberos. Suelos inclinados en las estaciones de bomberos permitieron motores para mover más fácilmente - esto se llama 'a la carrera', un término todavía se utiliza hoy en día.

Atte. Yo.

 

[BOMBERO C.B.L.S]

“Ninguno de los jefes que conocí intento siquiera aparentar la clase de conocimiento profesional que yo considero tan esencial. Lo que es mas, uno llego al extremo de decir que la única manera de aprender el negocio era ‘ir a los incendios’. Una frase casi tan monstruosa y tan contraria a la razón como si hubiese dicho que la única manera de convertirse en cirujano fuese comenzar cortando miembros sin ningún conocimiento del cuerpo humano o de los implementos requeridos”

Cuanto dice éste hombron en cuatro lineas. Lo cierto es que muchos fueron los visionarios que vieron en estas realidades la necesidad de reformar un sistema, que si bien difería en lo tecnológico de los materiales continuaba ocupando las técnicas obsoletas que ocupaban los cuerpos de bomberos de todo el mundo, por cientos de años. En cierta medida la evolución tecnológica de bomberos y la modernización de nuevas técnicas de edificación comenzaran a tomar relevancia en los primeros años del siglo XX las cuales desde ya llevaron a bomberos de todo el orbe, a replantearse y prepararse para aquello que con el tiempo denominaríamos "La Historia de la lucha contra incendios"



Saludos

 

[Nacho]

Capitán Eyre Massey Shaw.​

davidpike Sin categoría 29 de marzo de 2020 11 minutos

Capitán Massey Shaw por Herbert Rose Barraud publicado en 1890.
CADA HISTORIA TIENE UN comienzo: este resulta ser el nuestro. Muchos consideran que el capitán Eyre Massey Shaw es el tatarabuelo del cuerpo de bomberos de Londres. Shaw fue nombrado primer oficial en jefe de la Brigada Metropolitana de Bomberos, fundada en 1866. Por lo tanto, sería negligente no incluir algunas palabras e imágenes† de esta figura icónica en esta colección de historias de la brigada de bomberos y brindar una idea de este hombre eminente de la sociedad londinense y sus prodigiosos logros en los primeros años de la lucha contra incendios y posteriormente en la prevención de incendios.
Eyre Massey Shaw nació en Irlanda en 1828 en el seno de una familia escocesa-irlandesa que se había establecido en Irlanda en el siglo XVII. George Bernard Shaw, el dramaturgo, era otro miembro de la familia Shaw en general. Después de asistir a la escuela del Dr. Coghlan en Dublín, Shaw estudió en el Trinity College y obtuvo allí su maestría en 1854. Su familia tenía la intención de que ingresara a la Iglesia. Sin embargo, cuando llegó el momento de tomar las Sagradas Órdenes, no pudo afrontarlo y huyó a América del Norte.
Esto es tan poco representativo de Shaw (huir de algo) que merece un examen. ¿Por qué un hombre intelectual y de mentalidad seria como Shaw debería negarse a ejercer una profesión que parecía resultarle agradable y en la que su familia podía asegurarle un ascenso? La respuesta podría estar en las cartas familiares, pero, que yo sepa, no existen. Sólo puedo especular sobre la verdadera explicación.
Aunque los años de infancia y madurez de Shaw pueden haber sido bastante felices para él personalmente (como tercer hijo de Bernard Robert Shaw del castillo de Monkstown, es poco probable que haya sufrido dificultades materiales), estuvieron lejos de ser amables con Irlanda en su conjunto. . Los años comprendidos entre 1840 y 1850 fueron los años de hambruna. Se cree que hasta ocho millones de personas murieron de hambre en Irlanda o emigraron para evitarla; aproximadamente la mitad de la población. Se vaciaron pueblos y ciudades y los cadáveres se alineaban a los lados de las carreteras. El efecto en un niño sensible –tal vez cuando volvía a casa desde la escuela a través de pueblos donde la muerte y las enfermedades se habían llevado a la mitad de sus habitantes, donde las mujeres hambrientas amenazaban con el puño a cualquiera que estuviera a caballo, o incluso eran demasiado apáticas para protestar– debe haber sido inquietante. . Incluso podría haber dudado de la benevolencia de su Hacedor y del valor de la Iglesia Protestante a la que estaba destinado.
De todos modos, Shaw tomó un barco hacia América del Norte y permaneció allí durante varios meses. Durante este tiempo ocurrió un incidente que es digno de comentar. Mientras estaba en Nueva York, el hotel en el que se hospedaba se incendió y los invitados tuvieron que evacuar el edificio. No hay duda de que el incidente dejó una impresión imborrable en Shaw. Regresó a casa sabiendo que podría elegir otra carrera.
En 1855 se le consiguió un encargo en el North Cork Rifles, un regimiento de la milicia, y se casó con una dama portuguesa de Lisboa. En 1859 había ascendido al rango de Capitán y era padre de dos hijos, pero aún tenía que encontrar una profesión que le conviniera. En 1860 dejó el ejército para convertirse en jefe de policía y superintendente de los servicios de bomberos en Belfast y fue inmediatamente un éxito. Sofocó los disturbios entre católicos y protestantes sin perder el respeto de ninguno de los partidos y reorganizó la Brigada de Belfast que se encontraba en muy mal estado. Fue este último logro el que le llevó a ser nombrado sucesor de James Braidwood, quien, como primer superintendente del establecimiento de bomberos de Londres, murió al caer un muro mientras dirigía su fuerza de bomberos en un desastroso incendio en un almacén en Tooley Street en 1861.
Los años de 1862 a 1865 fueron los años de aprendizaje de Shaw cuando adquirió un conocimiento detallado de todos los aspectos de la extinción de incendios. El London Fire Engine Establishment era una fuerza pequeña y muy sobrecargada de trabajo pagada por las compañías de seguros. Nunca contó con más de 130 hombres o 19 estaciones, pero estaba bien entrenado y era completamente profesional. Bajo su primer superintendente había ganado considerable popularidad y gozaba de una notable reputación de eficiencia.

Superintendente Capitán Eyre Massey Shaw del
establecimiento de bomberos de Londres 1861-1866.
Sin embargo, el incendio de Tooley Street había persuadido a las compañías de seguros (que dirigían el London Fire Engine Establishment) y al público londinense de que la defensa contra los incendios no debería ser un asunto de la empresa privada. El Cuerpo de Bomberos Metropolitano se estableció el 1 de enero de 1866 y el Capitán Shaw fue la elección natural como su primer oficial en jefe. Los hombres del Establecimiento de Bomberos de Londres formaron el núcleo de la nueva Brigada, y a ellos y a sus estaciones y equipos se sumaron los escapes y conductores de la Real Sociedad para la Protección de la Vida contra el Fuego. Más tarde, Shaw convenció a sus empleadores, la Junta Metropolitana de Obras Públicas, para que compraran los camiones de bomberos de las parroquias de Londres que estuvieran en buen estado de funcionamiento.
La Brigada en ese momento estaba compuesta exclusivamente por marineros, tanto de la Marina Real como de la Mercante, hombres que estaban acostumbrados a horarios irregulares y a vivir en espacios reducidos. Shaw era un hombre severo pero justo, que se levantaba a las tres de la madrugada para entrenar y entrenar a sus hombres cuando las calles estaban vacías, pero no había duda de su popularidad personal. Cuando los hombres se refieren formalmente a un oficial superior por su nombre o rango, puede implicar una falta de aceptación, o incluso una aversión o falta de respeto activas; Shaw era universalmente conocido entre sus bomberos como el "Skipper" o "the Long 'Un".

 

[Nacho]

En un incendio en el sótano de un gran almacén en Upper Thames Street, un bombero luchaba por arrastrar una manguera hacia el centro del incendio cuando, a través del humo, vio a alguien detrás de él. El bombero sugirió rápida y groseramente que la persona "larga" detrás de él debería darle una mano útil con la pesada manguera en lugar de quedarse sin rumbo sin hacer absolutamente nada. La persona en cuestión, Shaw, simplemente le dijo a un bombero que lo acompañaba que tomara la manguera como le habían sugerido. No hubo más repercusiones después de este incidente. Esta historia contrasta muy bien con la de un oficial jefe de Londres posterior que, muy temprano en su carrera en la brigada, llegó a un incendio y preguntó enojado al oficial a cargo por qué los bomberos no estaban formados en desfile y esperando sus órdenes. No se sabe qué respondió el oficial, pero imagino que su expresión habría sido indicación suficiente de que los bomberos de Londres no esperan a que les digan qué hacer en caso de incendio.

Cuerpo de Bomberos Metropolitano de Shaw 1866-1904
Quizás otra pista de la personalidad de Shaw resida en el cuidado que mostró por la seguridad de sus hombres en los incendios. Los almacenes en aquella época presentaban un riesgo especial. Comúnmente se construían de ladrillo con vigas de acero o hierro sin protección para sostener los pisos y el techo. En un incendio feroz, las vigas se expandirían con el calor y empujarían las paredes del edificio. Los pisos, cargados con mercancías, muchas de las cuales podían absorber grandes cantidades del agua utilizada para combatir el incendio, aumentaron significativamente la carga del fuego, lo que a su vez provocó que los pisos colapsaran con frecuencia en un incendio. Un bombero que dirigía una manguera a través de una ventana inferior desde la calle estaba especialmente expuesto al peligro de caída de ladrillos. Shaw se esforzó al máximo para asegurarse de que sus hombres estuvieran apostados en posiciones donde estuvieran seguros.

La sede de la Brigada Metropolitana de Bomberos-Southwark Bridge Road. SE1.
inaugurado por Shaw en 1878.

Salida desde la estación central.
En una ocasión, en la década de 1880, en un gran incendio en King and Queen Granaries, Shaw estaba supervisando las operaciones de extinción de incendios cuando se produjo un choque de ladrillos. Los enormes muros, abultados bajo el peso del maíz hinchado y toneladas de agua, parecían a punto de derrumbarse. Uno de los bomberos que dirigía un chorro desde el centro de una escalera de emergencia dejó caer su manguera, se deslizó por la escalera y comenzó a correr. Shaw lo agarró del brazo mientras corría.
“No corras”, le dijo, “corres peligro. Ve, recoge tu manguera y continúa. Te diré cuándo correr”.

El bombero miró las paredes abultadas, miró a su jefe, que permanecía en silencio en el mismo lugar donde las paredes se estrellarían si se derrumbaran, cogió la boquilla y reanudó su trabajo. Los muros se derrumbaron, pero no hasta tres días después. Finalmente, Shaw respaldó a sus hombres en cada ocasión en que hicieron gestiones para mejorar sus salarios y condiciones. Por tres chelines al día, cuando se unió, un hombre debía permanecer continuamente en servicio, completamente vestido con uniforme, botas, cinturón y hacha. Si se quitaba las botas, podía recibir una multa equivalente a la mayor parte del salario de un día. Se permitía salir durante algunas horas durante el día con el acuerdo del oficial de la estación, pero más allá de esto, o después de las 10 pm, era necesario el permiso personal de Shaw. Cuando el reclutamiento era deficiente y los hombres enfermaban, los bomberos podían estar de servicio durante seis días seguidos, sin quitarse nunca la ropa.
En 1884 la situación finalmente mejoró. Los funcionarios de la estación podrían conceder licencia por 24 horas; Los funcionarios del distrito podrían otorgar licencia por 48 horas. Sin embargo, esto era un privilegio especial, no un derecho, y los bomberos seguían empleados en servicio continuo. La presión sobre los bomberos fue enorme. Shaw pudo garantizar que pocos murieran en servicio activo (de hecho, solo hubo diez muertes en los 30 años que fue Director General), pero no pudo evitar el deterioro de la salud y la jubilación anticipada a la que muchos se vieron obligados.
Es difícil estimar en qué medida estas condiciones surgieron del tacaño público (la Junta Metropolitana de Obras Públicas dirigía la Brigada con muy poco dinero) y en qué medida de los defectos del propio carácter de Shaw. Hay una tendencia moderna de buscar pies de barro en cada ídolo y Shaw tenía sus defectos. Al menos tenía algunos de los defectos de sus muchas virtudes. Es casi seguro que sus poderes de liderazgo superaban los de cualquier otro bombero del mundo en aquella época, pero parece que no pudo conseguir el respaldo de ningún organismo o comité electo con el que tuviera tratos.

Era un aristócrata de nacimiento y un autócrata por naturaleza. Esperaba obediencia implícita de sus subordinados. Nunca olvidó ni por un momento que era un caballero y que tenía las más amistosas relaciones con la realeza. Cuando Shaw resultó herido en un incendio en 1883, que le dejó una cojera permanente (sufrió varias heridas a lo largo de su carrera como bombero), el Príncipe de Gales, un amigo personal cercano, junto con otros miembros de la familia real, condujo en carruajes abiertos hasta el cuartel general de la Brigada en Southwark, donde Shaw estaba convaleciente, a través de calles llenas de londinenses que lo vitoreaban. Pocas personas pueden haber pertenecido a tantos clubes londinenses como Shaw. Además de los Carlton y Pratt, había al menos otros cinco. Era en gran medida miembro de la Sociedad de Londres.
Shaw era un personaje más digno de admirar que de amar. A lo largo de su vida, aparte del único lapsus en el que prefirió huir a América a recibir las Sagradas Órdenes, parece dudoso que alguna vez se apartara del camino del deber, incluso en pleno resplandor de la publicidad. Escribió sobre el trabajo de un bombero: “Si quiere hacerlo bien, debe demostrar valor tanto moral como físico; en resumen, debe endurecer su corazón y actuar como si nadie estuviera mirando”.

Una imagen poco común del oficial en jefe, el capitán Eyre Massey Shaw, mientras espera saludar al Príncipe de Gales (el futuro Rey Eduardo VII) y a otros miembros del grupo real en la sede de la Brigada Metropolitana de Bomberos en Southwark, SE1. El Capitán Shaw está en compañía de sus oficiales y hombres del cuartel general. Renunció a la MFB el 1 de noviembre de 1891 después de tener un severo desacuerdo con el Consejo del Condado de Londres sobre cómo se debía administrar el cuerpo de bomberos. El capitán Shaw, favorito del Príncipe de Gales, fue nombrado caballero tras su retiro y se convirtió en KCB. 1891
Tengo la sospecha de que Shaw pudo haber disfrutado desdeñando la aprobación pública y ejerciendo sus músculos morales. Probablemente habría servido mejor a sus propios intereses y a los de los bomberos si en alguna ocasión hubiera demostrado que le importaba aunque fuera un poco lo que los demás pensaran y sintieran. Se habría pensado, por ejemplo, que cuando la Junta Metropolitana de Obras Públicas dio paso al Consejo del Condado de Londres en 1889, habría utilizado su inmensa influencia y autoridad personal, combinadas con su gran popularidad entre el público en general, para persuadir al Departamento de Bomberos. Comité de Brigada para ampliar la Brigada y mejorar las condiciones laborales de los bomberos. Las restricciones financieras que habían acosado a la Junta Metropolitana de Obras habían desaparecido; el dinero se podía encontrar con bastante facilidad. Más bien, las cosas fueron de mal en peor.

 

[Nacho]

Dos años después de que se formara el Consejo del Condado de Londres, Shaw se retiró abruptamente. Es difícil saber exactamente por qué. El secretario del comité fue notablemente discreto y no se permitió que nada de los hechos verdaderos se infiltrara en las actas. El Comité, en su conjunto, quedó genuinamente sorprendido y expresó su dolor por su partida. Es posible que también se hayan sentido aliviados en secreto. Se había convertido en una institución, y las instituciones pueden ser obstáculos para la evolución. Pero se fue con el agradecimiento del Comité, un reloj de mármol con inscripciones de la reina Victoria, un excelente servicio de té de plata de las compañías de seguros y un título de caballero.
Se convirtió en director general de Palatine Insurance Company y presidente de la Junta Metropolitana de Electricidad. Incluso fue nombrado teniente adjunto de Middlesex. Pero estos son periféricos a su logro real. Fue el creador en su época del mejor cuerpo de bomberos del mundo, y cuando murió en 1908, con las piernas amputadas y acercándose a los ochenta años, esto fue recordado por los miles que siguieron su cortejo fúnebre desde Pimlico hasta el cementerio de Highgate, donde yace enterrado con su esposa e hijos. Shaw siguió siendo una potente influencia en el Cuerpo de Bomberos de Londres hasta finales de los años 1990.

El cortejo fúnebre de Sir Eyre Massey Shaw en la casa de su hija en Pimlico.

Su memoria está perpetuada en el barco de bomberos que lleva su nombre. Massey Shaw mostró algo de su coraje indomable en 1940 frente a las playas de Dunkerque, pero suyo fue el fervor moral que hace que la lucha contra incendios en el Cuerpo de Bomberos de Londres sea más que una forma de ganarse la vida. Incluso hasta tiempos más recientes, la brigada traía consigo la membresía de uno de los grupos de hombres más unidos y moralmente motivados del mundo. No estoy muy seguro de qué pensaría el fantasma de Sir Eyre Massey Shaw de las políticas y prácticas del actual Cuerpo de Bomberos de Londres. El suyo era un Londres en crecimiento. Los incendios fueron mucho más frecuentes y suscitaron una auténtica preocupación pública. Trabajó durante un período de crecimiento en el que se contrataban más bomberos y se construían más estaciones de bomberos.

El barco de bomberos Massey Shaw acercándose a su atraque en Blackfriars en Victoria Embankment, Londres. 1938
La Brigada de hoy es una "caldera de pescado" muy diferente. Las recientes reducciones en el número de incendios han llevado a reducciones consiguientes tanto en personal como en estaciones de bomberos. (En 2014 se cerraron diez estaciones de Londres.) La nueva brigada tiene regímenes de capacitación "subcontratados" e incluso una filial con fines de lucro, LFB Enterprises Ltd. LFB Enterprises ofrece una gama de seguridad comunitaria, productos relacionados con incendios y capacitación adaptada a organizaciones. Es un hecho que a Shaw no le gustaba demasiado el incipiente Consejo del Condado de Londres. Era un hombre de su tiempo; hoy está en el ahora. Si bien muchos ex miembros del personal de la Brigada de Bomberos de Londres podrían encontrarse en el mismo barco que él (inseguros y ocasionalmente incómodos con este mundo que cambia rápidamente), es un mundo en el que la Brigada de Bomberos de Londres moderna debe luchar. A pesar de los desafíos fiscales, la Brigada continúa avanzando. Al igual que con Shaw, será necesario el paso de la historia para ver qué progreso se logra realmente.

Compartir este:​