El injusto rito de Bomberos

Firestorm

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16 Abr 2011
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Recientemente se implementaron dos novedosas campañas para apoyar el trabajo de Bomberos de Chillán. En diciembre se puso en marcha la iniciativa “Prende con Agua”, que busca recolectar agua embotellada y barras energéticas de cereal para alimentar a los voluntarios que se ven enfrentados a los incendios forestales, emergencias que suelen demandar mucho más tiempo y trabajo que los siniestros en sectores urbanos. Por otra parte, en los próximos días se reimpulsará el sistema de donaciones a través de la cuenta del suministro de agua, donde quienes se inscriban podrán entregar desde mil pesos a la institución. Bajo el eslogan “Invierte en tu seguridad” y con el respaldo de Essbio que presta su plataforma comercial para la recaudación, la institución espera reunir del orden de 12 millones cada mes, cifra que corresponde a una estimación sobre la base del aporte mínimo del 15% de los 65 mil clientes que la sanitaria tiene en Chillán y Chillán Viejo.

Ambas iniciativas apelan a la positiva consideración que Bomberos tiene entre empresas y ciudadanos de Chillán, pero también revela las dificultades económicas que parecen ser el sino de este voluntariado, pese a las mejoras de financiamiento registradas en los últimos años, principalmente después de la entrada en vigencia, en 2012, de la Ley Marco de Bomberos de Chile.

Según este cuerpo legal, es obligación del Estado entregar a este organismo recursos públicos de manera estable. En su artículo sexto establece que los distintos organismos de la institución “serán beneficiados de los fondos que se les asignen anualmente en la Ley de Presupuesto del Sector Público”.
Hasta antes de esta normativa, la incorporación de esta contribución dependía de la voluntad del Gobierno de turno. A partir de ella se estableció el aporte a Bomberos como un ítem fijo de la Ley de Presupuestos, dentro de la partida del Ministerio del Interior, que se suma a los de otros conceptos, como aportes de los gobiernos regionales y municipalidades, ingresos que obtienen por la prestación de servicios y donaciones de personas naturales o jurídicas, públicas o privadas.

Sin embargo, los recursos no son suficientes. De hecho, el financiamiento público, en promedio, cubre cerca del 40% del presupuesto total de la institución y el diferencial debe ser cubierto por las vías antes mencionadas.

El problema, más allá de lo contradictoria que puede resultar la levedad del presupuesto garantizado por la ley marco, es la inestabilidad que suponen esas otras vías y que en el caso de Chillán tienen a este organismo en una crisis permanente, que se agudiza cada verano, cuando las arcas bomberiles quedan literalmente secas. De hecho, es conocido que en los primeros tres meses del año la institución apenas alcanza a cubrir el combustible y gastos generales, no para reparaciones de carros y menos para mejorar la implementación de los voluntarios.

El relevante papel que desempeña Bomberos, principalmente en el manejo de emergencias, la convierte en una institución estratégica y su buen funcionamiento debería estar garantizado completamente por el Estado, terminando con las colectas públicas y el peregrinaje por empresas y agencias públicas para obtener recursos.

Es menester, en consecuencia, que desde las diferentes áreas de competencia específica se adopten las medidas correspondientes para terminar con la precariedad financiera que injustamente asfixia a aquellos que, sin percibir remuneración alguna, se encomiendan voluntariamente a la peligrosa misión de combatir el fuego.

Fuente: http://www.ladiscusion.cl/detalle/9505/El-injusto-rito-de-Bomberos-