La imagen del año pasado que mostraba la capital rusa envuelta en una densa capa de humo que duró semanas quedó grabada en la memoria de todos los moscovitas. En estos días, la mayoría de la gente en la capital se hace una pregunta: ¿Volverá el cielo de Moscú a encapotarse por el humo de los incedios ?
La imagen del año pasado que mostraba la capital rusa envuelta en una densa capa de humo que duró semanas quedó grabada en la memoria de todos los moscovitas. En estos días, la mayoría de la gente en la capital se hace una pregunta: ¿Volverá el cielo de Moscú a encapotarse por el humo de los incendios?
A 300 kilómetros de la ciudad está la respuesta. En estas grandes extensiones de bosque se encuentra la raíz del problema. Aquí el fuego es indómito y no cede fácilmente ante las labores de los equipos de bomberos. Los habitantes de las regiones aledañas recuerdan con horror lo que ocurrió hace 12 meses.
Nina Molchanova, habitante de la provincia de Vladímir, confiesa: "No se veía nada, ni una sola casa. Estaba todo ardiendo y luego se empezaron a caer los árboles. Era horrible. Yo me decía, ¿dónde vamos a vivir?".
Los más críticos hablan de una política inadecuada del ejecutivo. Grigori Kovsin, el director del programa contra incendios de Greenpeace Rusia, explica su opinión: "El Ministerio de Emergencias ruso en vez de reaccionar rápido en las primeras fases de los incendios, hace la vista gorda. Realmente hay más incendios de los que informa. Además, prácticamente la mayoría de los territorios están abandonados, no tienen propietarios, por lo que existe una carencia de guardias forestales para luchar contra fuegos como éste."
No obstante, el gobierno ve mucho más claro el horizonte con respecto al verano del 2010. Alexánder Mirónov, general mayor del Ministerio de Emergencias, asegura: "La situación está bajo control y estamos reaccionando a tiempo. Todos los incendios se extinguen en el mismo día. Además, el fuego no pasa de una zona a otra. En estos momentos, hay suficientes medios".
Pero en el terreno, los bomberos explican que les faltan mejores equipos para extinguir los incendios. Ante la cuestión de si ha mejorado en los últimos años la capacidad de respuesta de estos equipos de rescate, la réplica es sutil. Las dimensiones del país más grande del mundo no ayudan tampoco a contener el fuego.
Para llegar a algunos focos de incendios en la profundidad del bosque hace falta andar 3 kilómetros, dejando atrás la carretera pavimentada. Los bomberos tardan en instalar la manguera todo un día. Los problemas técnicos son el gran quebradero de cabeza de los equipos de bomberos.
Viendo la fotografía general de Rusia, las cifras no son alentadoras. Los incendios forestales han asolado en esta temporada más de un millón de hectáreas en todo el país, dos veces más que hace un año.
Alexánder Mirónov reconoce: "Es cierto que la situación con los incendios en el territorio de Rusia sigue siendo muy grave, sobre todo, en el noroeste del país. Aquí se da el 80% de estos desastres naturales".
Un importante porcentaje de los incendios es provocado por el descuido, como por ejemplo apagar mal un cigarrillo. Valeri, miembro del equipo de bomberos, cuenta lo crucial que son este tipo de detalles. "Así empieza a arder la hierba. Se puede apagar el cigarro con las manos. Si puede ser mejor con agua o con algo fuerte, por ejemplo, con la planta del zapato. Pero de ningún modo apagarlo en el suelo"
De todas formas, la última palabra la tendrá el viento y las altas temperaturas que en esta ocasión harán de juez para dictaminar sentencia en la evolución de los incendios en todo el país.
El fantasma del fuego no abandona Rusia
La imagen del año pasado que mostraba la capital rusa envuelta en una densa capa de humo que duró semanas quedó grabada en la memoria de todos los moscovitas. En estos días, la mayoría de la gente en la capital se hace una pregunta: ¿Volverá el cielo de Moscú a encapotarse por el humo de los ince