El día en que CHILE "correteo" de Sud América a los EEUU .

Nacho

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Caballeros Ya que estamos en el mes del mar les trigo un momento desconocido de nuestra historia, aunque me tilden de patriotero o militarista, Chile estaba Ad portas de ser potencia no solo regional si no Mundial hasta que llego la Guerra Civil de 1891 y los Vencedores (vendedores) vendieron o mejor dicho Regalaron CHILE y nos mandaron de paso al tercer mundo

Nota: Irónicamente el documento me lo proporcionaron gentilmente de un sitio Argentino


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Capitán de Fragata Juan Esteban López

http://biblioteca.clacso.edu.ar/subida/Panama/cela/20120717103953/crucero.pdf.ori

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Crucero Esmeralda(3) (1884)


http://www.armada.cl/prontus_armada/site/artic/20090720/pags/20090720024206.html


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Nacho

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Lo que hace el trago.

Bueno los gringos quedaron con la bala pasada y tuvieron su revancha gracias a una pelea de curados que parte en un bar de nombre medio raro el nombre de "True Blue" algo asi como verdad azul, otros dicen bar “True Love” que estaba ubicado a los pies del cerro El Arrayán.en la subida carampangue, una vez que termino la Guerra civil chilena de 1891 corría el mes de octubre era el 16 , con el derrocamiento del presidente Balmaceda, asumieron el Gobierno los congresistas, en un clima muy poco propicio para las buenas relaciones ciento diez y siete hombres. Éstos luego turistear concurrir a las bibliotecas e ir a la iglesias deciden conocer la gastronomia y enologia nacional encamindadose a barios tiopicos cantando " In the navy" y otros temas entre religiosos country . Hacia las seis de la tarde estalló una pelea de borrachos, entre un chileno y dos yanquis en El Arrayán, uno de los barrios de la ciudad. Los americanos las emprendieron a pedradas contra el chileno, y luego de dejarlo en el suelo, huyeron en un carro, que fue alcanzado por un grupo de hombres que salieron de los tugurios cercanos. Bajaron a la fuerza a los dos marineros, uno de los cuales cayó herido. Llegó la policía y cuando se llevaban al lesionado a una farmacia, éste recibió una bala que le atravesó la garganta, matándolo. La pelea se generalizó, y la policía optó por detener a todos los marineros que encontraba, fueran chilenos o norteamericanos. Cinco de estos últimos resultaron con heridas graves, y dos muertos.
Así dicen que informaba la prensa de la época.

"El 16 de Octubre del año 1891, el comandante Schley autorizó el desembarco de ciento diecisiete tripulantes del crucero norteamericano, con el fin de que recorrieran la ciudad y se divirtieran en la misma. Algunos de ellos se dirigieron al bar “True Love” ubicado a los pies del cerro El Arrayán, al Oriente de la actual subida Carampangue. Hacia las seis de la tarde se inició una gresca entre un civil chileno y dos tripulantes del crucero visitante. Estos dos tripulantes, al dejar herido al chileno, tomaron un carro con el fin de huir de la escena de la lucha y así evitar la acción policial y judicial; sin embargo, ambos fueron alcanzados por un grupo de boteros y obreros que salieron desde las viviendas cercanas, quienes bajaron a la fuerza a los dos marineros y uno de ellos, el contramaestre Charles W. Riggin cayó herido. Llegó la policía del puerto y cuando trasladaban al lesionado a una botica (farmacia) para recibir auxilio, éste recibió un disparo en el cuello, matándolo. La gresca se generalizó y se detuvo a todos los marineros norteamericanos y civiles que se encontraban en la vía pública. Cinco marineros resultaron gravemente heridos, otros tantos contusos y dos muertos: el contramaestre Riggin y el armero J.J. Johnson"

El 18 de octubre se celebraban las elecciones presidenciales del país, en las que resultó ganador Jorge Montt. Dos días más tarde salían en libertad todos los marineros detenidos. Mientras la Justicia chilena investigaba los hechos, el comandante Schley, del Baltimore, preparaba su propio informe, que despachó al Departamento de Marina, en Washington. Señalaba que una multitud de civiles, militares y marinos había insultado y agredido a pedradas a dos o tres norteamericanos. Luego, la muchedumbre fue creciendo y atacaban a golpes o cuchilladas a los marinos del Baltimore, en cualquier lugar donde los encontraran. El contramaestre Charles W. Riggin fue hallado con heridas, en el suelo, por el armero J.M Johnson. Cuando éste trataba de auxiliarlo apareció la policía que le disparó a Johnson y remató a Riggin.

Las versiones de la justicia chilena no coincidían con la norteamericana, especialmente en cuanto a la actuación de la policía de Valparaíso.

El Departamento de Estado envió instrucciones a su embajador Egan de pedir las explicaciones o reparaciones del caso al Gobierno de Chile. La situación empeoró por el reclamo de Egan ante la Cancillería chilena por la vigilancia que mantenía día y noche la policía secreta de este país sobre la Legación americana, a causa de los asilados balmacedistas que había allí. Egan se quejó de que el personal de su embajada y quienes la visitaban, eran constantemente hostilizados y hasta detenidos.

"En las últimas horas de la pasada noche, varios de estos hombres ( los policías ) dieron motivos a excesos que perturbaron la tranquilidad del vecindario y, en aparente estado de embriaguez, golpearon las ventanas de la Legación y pronunciaron groseros insultos contra los refugiados..." - decía la nota de Egan.

Para deteriorar aún más las cosas, el marinero Patrick Shields, de un barco mercante, concurrió la Consulado norteamericano en Valparaíso para pedir protección contra la policía chilena que lo había detenido en dos ocasiones, sometiéndolo a castigos brutales que certificaron los médicos de su embarcación, advirtiendo que podían dejarlo inhabilitado para el trabajo por el resto de su vida.

Así las cosas, el 9 de diciembre de 1891, el Presidente Harrison en su Mensaje, que leyó ante el Congreso, se refirió largamente a las relaciones con Chile. Al hablar de los incidentes del Baltimore dijo que no había "otra explicación de esta obra sangrienta, que la de haberse originado en una hostilidad contra estos hombres por ser marineros de los Estados Unidos, que cargan el uniforme de su Gobierno..." Lamentaba Harrison, que la petición de explicaciones hubiera sido contestada por el Canciller chileno "en tono ofensivo".

Al enterarse del Mensaje de Harrison, el Canciller Manuel Antonio Matta envió un enérgico telegrama al ministro plenipotenciario chileno en Washington, Pedro Montt, en que le daba instrucciones de desautorizar las versiones que manejaba el gobierno norteamericano sobre los sucesos del Baltimore, en las que no había "exactitud ni lealtad". Calificaba las comunicaciones del embajador Egan como "agresivas de propósito y virulentas de lenguaje". Agregaba estar seguro del derecho, el decoro y el éxito final de Chile" a pesar de las intrigas que van de tan abajo y de las amenazas que vienen de tan alto en la actualidad."

El telegrama fue publicado en los diarios. El Embajador Egan lo calificó "no solamente de injurioso para los oficiales de la marina norteamericana y para la Legación, sino ofensivo para el secretario de Marina y para el Presidente mismo". Egan decidió suspender toda comunicación con el gobierno chileno hasta que éste retirara las ofensas que contenía el telegrama.


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Ultimátum y preparativos bélicos
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Entretanto, asumió la presidencia de Chile Jorge Montt. En el Ministerio de Relaciones Exteriores puso a Luis Pereira, a quien Blaine le pidió una vez más que retirara los términos injuriosos del telegrama de su antecesor, Manuel A. Matta. La tensión aumentó. Se había acordado ya recurrir a un arbitraje, pero intempestivamente, el 21 de enero de 1892, el presidente Harrison envió a Chile un ultimátum, amenazando con la ruptura de relaciones con nuestro país, si éste no satisfacía todas las exigencias de los Estados Unidos.

El 25 de enero, Harrison remitió al Congreso un extenso documento sobre el conflicto con Chile. El mismo día citó al secretario de Marina, Tracy para conferenciar sobre una posible guerra con este país. Ambos se reunieron con los presidentes de las comisiones de asuntos navales del Senado y de la Cámara, y con la aprobación de todos se iniciaron los preparativos secretos para una invasión. Se ordenó poner en servicio de inmediato a las unidades de la Armada. Todo el carbón disponible en la costa Pacífica, un total de 5.000 toneladas, fue comprado por el gobierno estadounidense y enviado a Montevideo. Se adquirieron también cuatro transportes y se arrendó un vapor para acondicionarlo como barco maestranza. La primera orden sería la de concentrar la flota que forzaría a los barcos chilenos a buscar refugio en el puerto fortificado de Valparaíso. La Armada norteamericana podría apoderarse entonces de toda la costa chilena, especialmente de sus minerales de carbón, para abastecer a las naves.

Entretanto, la prensa adicta al Partido Republicano azuzaba a la opnión pública a favor de la guerra. Así por ejemplo, el 27 de enero, el New York Recorder decía: "Se nos deben excusas y reparaciones, y éstas deben ser rápidamente ofrecidas o será demasiado tarde para que las recibamos en otra forma que como las exacciones de los triunfadores en un país conquistado".

Chile se encontraba en una situación internacional delicada. Mantenía por largo tiempo problemas de límites con Argentina, y no estaba completamente resuelta la situación con los vecinos del norte. Así es que se apresuró en aplacar a los norteamericanos. (mientras tanto al oriente de los andes
Estanislao Zeballos, ministro de relaciones exteriores de Argentina entre octubre de 1891 y octubre de 1892, durante el gobierno de Carlos Pellegrini aprovechó la oportunidad de presentar al gobierno chileno para su discusión, y por vez primera, las diferencias interpretativas del tratado de 1881 que conducirían posteriormente al Protocolo del Tratado de Límites 1983.La intervención argentina a favor de EE.UU. está corroborada en el libro "Historia General de las Relaciones Exteriores de la República Argentina". "De esta manera, al señalar el ministro Zeballos las ventajas de Antofagasta para las operaciones norteamericanas y ofrecer abastecimiento para dicha región desde territorio argentino, además de proporcionar la lista del armamento traído para el depuesto gobierno de Balmaceda, no puede negarse que estaba ofreciendo ayuda material".)

El presidente Jorge Montt viajó desde Cauquenes a la capital y se reunió con su gabinete para responder al ultimátum. Se hizo una nota conciliatoria, en la que se ofrecía renunciar a esperar los resultados del juicio que se seguía en Valparaíso y someter el caso a la Corte Suprema de Washington. Se retiraban las expresiones del telegrama de Manuel A. Matta, consideradas injuriosas. Se aceptó el pago de reparaciones a las familias de los dos marinos muertos, que posteriormente se fijaría en $ 75.000 en oro o su equivalente en libras esterlinas , En Febrero de 1892 una corte chilena condenó a prisión a los tres chilenos acusados y en Julio se pago al gobierno de los EEUU u$s 75.000 en reparaciones a las familias de el contramaestre Riggin y el armero J.J. Johnson que el gobierno de Harrison aceptó.

Un mito del Incidente El Saludo a la bandera

Al parecer, Harrison deseaba que además, se hiciera un saludo a la bandera norteamericana, pero no insistió en esta exigencia. Ella dio, sin embargo, motivo a una leyenda. Habría existido en la Escuela Naval, el busto de un héroe, el teniente de navío Carlos Peña, de quien nunca se hablaba. Según la historia secreta, como parte de las exigencias hechas por los Estados Unidos a Chile, este país tuvo que enviar al puerto de San Francisco a una de sus unidades de guerra, a arriar la bandera chilena, mientras la banda de a bordo interpretaba el himno nacional norteamericano. Cuando llegó el momento de hacerlo, el comandante de la nave pidió un voluntario para que bajara el pabellón. Nadie se ofreció, hasta que el teniente Peña dio un paso al frente. Luego de arriar la bandera chilena, ordenó a la banda que tocara la canción nacional chilena y besando el pabellón arriado, se disparó un tiro en la sien.

Como lo prueba José Miguel Barros, ésta es sólo una leyenda. Pero de alguna manera revela los sentimientos patrióticos heridos, que quedaron palpitando después de solucionado diplomáticamente el caso del Baltimore.

Barros entregó además en su estudio Apuntes para la historia diplomática de Chile. El caso del "Baltimore", (1949 ) algunos documentos que revelan la posición argentina frente a una posible guerra de Chile con los Estados Unidos. Transcribe Barros, una carta reservada, de 15 de diciembre de 1892, en la que Aníbal Cruzat, encargado de negocios de Chile en los Estados Unidos, le cuenta al canciller Isidoro Errázuriz, una conversación con Salvador de Mendonca, el embajador brasilero en USA. Según éste, el embajador argentino en Washington, el Sr. Quezada, le habría ofrecido a Mr. Blaine la ayuda de su gobierno, facilitando el tránsito de los soldados norteamericanos por su territorio, y abasteciendo a la escuadra de ese país, a cambio de ciertas concesiones territoriales en la parte austral del continente.

Barros concluye que el Gobierno de Chile no fue responsable de los sucesos del 16 de octubre de 1891; que el ultimátum del gobierno norteamericano fue inspirado por propósitos electorales - Harrison buscaba la reelección-, y que la respuesta de Chile fue digna, patriótica y consiguió detener los planes militares de Harrison, y dejar al Gobierno en mejor situación para resolver los difíciles momentos por los que pasaba en sus relaciones con los países vecinos.

Además del notable estudio de José Miguel Barros, que hemos citado, se han ocupado del caso del Baltimore, entre otros, Patricio Estellé, La controversia chileno - norteamericana 1891 - 1892, y Joyce S. Goldberg, en The Baltimore affaire.
 
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No vayan a andar tomando chiqueilloshttp://www.publimetro.cl/.../portavi.../xIQojm!Q8BbD3xPJFGk/

Lo que hace el trago.

Bueno los gringos quedaron con la bala pasada y tuvieron su revancha gracias a una pelea de curados que parte en un bar de nombre medio raro el nombre de "True Blue" algo asi como verdad azul, otros dicen bar “True Love” que estaba ubicado a los pies del cerro El Arrayán.en la subida carampangue, una vez que termino la Guerra civil chilena de 1891 corría el mes de octubre era el 16 , con el derrocamiento del presidente Balmaceda, asumieron el Gobierno los congresistas, en un clima muy poco propicio para las buenas relaciones ciento diez y siete hombres. Éstos luego turistear concurrir a las bibliotecas e ir a la iglesias deciden conocer la gastronomia y enologia nacional encamindadose a barios tiopicos cantando " In the navy" y otros temas entre religiosos country . Hacia las seis de la tarde estalló una pelea de borrachos, entre un chileno y dos yanquis en El Arrayán, uno de los barrios de la ciudad. Los americanos las emprendieron a pedradas contra el chileno, y luego de dejarlo en el suelo, huyeron en un carro, que fue alcanzado por un grupo de hombres que salieron de los tugurios cercanos. Bajaron a la fuerza a los dos marineros, uno de los cuales cayó herido. Llegó la policía y cuando se llevaban al lesionado a una farmacia, éste recibió una bala que le atravesó la garganta, matándolo. La pelea se generalizó, y la policía optó por detener a todos los marineros que encontraba, fueran chilenos o norteamericanos. Cinco de estos últimos resultaron con heridas graves, y dos muertos.
Así dicen que informaba la prensa de la época.

"El 16 de Octubre del año 1891, el comandante Schley autorizó el desembarco de ciento diecisiete tripulantes del crucero norteamericano, con el fin de que recorrieran la ciudad y se divirtieran en la misma. Algunos de ellos se dirigieron al bar “True Love” ubicado a los pies del cerro El Arrayán, al Oriente de la actual subida Carampangue. Hacia las seis de la tarde se inició una gresca entre un civil chileno y dos tripulantes del crucero visitante. Estos dos tripulantes, al dejar herido al chileno, tomaron un carro con el fin de huir de la escena de la lucha y así evitar la acción policial y judicial; sin embargo, ambos fueron alcanzados por un grupo de boteros y obreros que salieron desde las viviendas cercanas, quienes bajaron a la fuerza a los dos marineros y uno de ellos, el contramaestre Charles W. Riggin cayó herido. Llegó la policía del puerto y cuando trasladaban al lesionado a una botica (farmacia) para recibir auxilio, éste recibió un disparo en el cuello, matándolo. La gresca se generalizó y se detuvo a todos los marineros norteamericanos y civiles que se encontraban en la vía pública. Cinco marineros resultaron gravemente heridos, otros tantos contusos y dos muertos: el contramaestre Riggin y el armero J.J. Johnson"

El 18 de octubre se celebraban las elecciones presidenciales del país, en las que resultó ganador Jorge Montt. Dos días más tarde salían en libertad todos los marineros detenidos. Mientras la Justicia chilena investigaba los hechos, el comandante Schley, del Baltimore, preparaba su propio informe, que despachó al Departamento de Marina, en Washington. Señalaba que una multitud de civiles, militares y marinos había insultado y agredido a pedradas a dos o tres norteamericanos. Luego, la muchedumbre fue creciendo y atacaban a golpes o cuchilladas a los marinos del Baltimore, en cualquier lugar donde los encontraran. El contramaestre Charles W. Riggin fue hallado con heridas, en el suelo, por el armero J.M Johnson. Cuando éste trataba de auxiliarlo apareció la policía que le disparó a Johnson y remató a Riggin.

Las versiones de la justicia chilena no coincidían con la norteamericana, especialmente en cuanto a la actuación de la policía de Valparaíso.

El Departamento de Estado envió instrucciones a su embajador Egan de pedir las explicaciones o reparaciones del caso al Gobierno de Chile. La situación empeoró por el reclamo de Egan ante la Cancillería chilena por la vigilancia que mantenía día y noche la policía secreta de este país sobre la Legación americana, a causa de los asilados balmacedistas que había allí. Egan se quejó de que el personal de su embajada y quienes la visitaban, eran constantemente hostilizados y hasta detenidos.

"En las últimas horas de la pasada noche, varios de estos hombres ( los policías ) dieron motivos a excesos que perturbaron la tranquilidad del vecindario y, en aparente estado de embriaguez, golpearon las ventanas de la Legación y pronunciaron groseros insultos contra los refugiados..." - decía la nota de Egan.

Para deteriorar aún más las cosas, el marinero Patrick Shields, de un barco mercante, concurrió la Consulado norteamericano en Valparaíso para pedir protección contra la policía chilena que lo había detenido en dos ocasiones, sometiéndolo a castigos brutales que certificaron los médicos de su embarcación, advirtiendo que podían dejarlo inhabilitado para el trabajo por el resto de su vida.

Así las cosas, el 9 de diciembre de 1891, el Presidente Harrison en su Mensaje, que leyó ante el Congreso, se refirió largamente a las relaciones con Chile. Al hablar de los incidentes del Baltimore dijo que no había "otra explicación de esta obra sangrienta, que la de haberse originado en una hostilidad contra estos hombres por ser marineros de los Estados Unidos, que cargan el uniforme de su Gobierno..." Lamentaba Harrison, que la petición de explicaciones hubiera sido contestada por el Canciller chileno "en tono ofensivo".

Al enterarse del Mensaje de Harrison, el Canciller Manuel Antonio Matta envió un enérgico telegrama al ministro plenipotenciario chileno en Washington, Pedro Montt, en que le daba instrucciones de desautorizar las versiones que manejaba el gobierno norteamericano sobre los sucesos del Baltimore, en las que no había "exactitud ni lealtad". Calificaba las comunicaciones del embajador Egan como "agresivas de propósito y virulentas de lenguaje". Agregaba estar seguro del derecho, el decoro y el éxito final de Chile" a pesar de las intrigas que van de tan abajo y de las amenazas que vienen de tan alto en la actualidad."

El telegrama fue publicado en los diarios. El Embajador Egan lo calificó "no solamente de injurioso para los oficiales de la marina norteamericana y para la Legación, sino ofensivo para el secretario de Marina y para el Presidente mismo". Egan decidió suspender toda comunicación con el gobierno chileno hasta que éste retirara las ofensas que contenía el telegrama.


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