Inhaló humo que contenía una bacteria que se alojó en una cavidad del corazón. «Tenía asumido que mi trabajo era mi riesgo, pero tener una situación de esta crueldad, con coma y quitarte las piernas».
Tuvo el corazón partido, literalmente, y perdió las dos piernas. Le iban a quitar las dos manos pero pudo mantenerlas. Ahora, con confianza e ilusión es, posiblemente, el bombero más valiente de España. «Decidí luchar», apostilla.
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