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Pablo
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Damas de fuego: mezcla de servicio y adrenalina
Las 27 jóvenes voluntarias que hoy en día pertenecen al Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt se asemejan a la protagonista de la serie animada "La pequeña Lulú", quien lucha cada capítulo por ser aceptada por los miembros del "Club de Tobi".
Gracias a su esfuerzo personal, estas "bomberas" han logrado ingresar a una institución que por muchas décadas estuvo reservada solamente para hombres.
El dominio masculino quedaba en claro en sus reglamentos internos que, hasta el año 1998, se referían a hombres o varones en todos sus artículos, echando por el suelo la posibilidad de que alguna mujer pudiera ingresar.
Pero el 13 de octubre de 1999 todo cambió, cuando Romina Saldivia Olavarría, de -en ese entonces- 19 años, se convirtió en la primera mujer en ser voluntaria del Cuerpo de Bomberos puertomontino.
Según el superintendente, Martín Ercoreca, fue algo extraño para los voluntarios más antiguos ver a una mujer en sus cuarteles. "Todos estábamos acostumbrados a que sólo había hombres en Bomberos, y por eso no sabíamos cómo iba a funcionar la institución en forma mixta, fue algo complicado. Pero al poco tiempo, nos dimos cuenta de que nos hace bien tenerlas, ya que se ha logrado mejorar la convivencia en los cuarteles y en las emergencias, las jóvenes han destacado por su apoyo en las compañías de rescate y agua", dijo el superintendente.
La primera voluntaria, Romina Saldivia, quien a pesar de que se encuentra estudiando Biología Marina en Valdivia, continúa participando en la Séptima Compañía de Puerto Montt. Explicó que apenas surgió la posibilidad de ingresar a Bomberos, no lo pensó dos veces y sólo lo hizo.
"Yo desde siempre quise ser voluntaria y cuando abrieron los cupos para mujeres me inscribí. Desde un principio pedí que se me tratara de la misma forma que a todos, y de hecho así fue. Tuve el mismo entrenamiento y las mismas responsabilidades, una vez que me hice voluntaria. Todos los hombres me acogieron de muy buena forma y se transformaron en grandes amigos, pero es verdad que al principio pensaban que no iba a poder rendir de igual forma en un incendio o que me aburriría y me iría. Desde ese entonces ya han pasado seis años y me da gusto ver que ya no soy la única", explicó.
Motivaciones
Para la mayoría de las 27 voluntarias, las razones que las motivaron a ingresar a Bomberos consistían en poder ayudar a las personas de alguna manera, aunque una vez dentro de la institución se percataron que la emoción que sentían cuando sonaba la sirena les provocaría una especie de adicción.
"Desde pequeña vi cómo mi familia participaba en Bomberos y ayudaban a la gente. Eso me motivó a ingresar y ahora que estoy dentro me encanta la sensación que uno siente cuando va a una emergencia, sencillamente no la puedo controlar, es adrenalina", dijo Camila Bastidas, voluntaria de la Primera Compañía.
Dificultades
La única voluntaria de la Tercera Compañía de Bomberos de Puerto Montt, Rocío Soto, de 18 años, explicó -al igual que la mayoría de sus compañeras- que lo más difícil es tener que demostrarle a los varones que ellas pueden hacer las mismas cosas que ellos.
"Al principio cuesta demostrarle a los hombres que uno de verdad quiere ser bombera y que ingresaste a la Compañía no por pinturita ni por hacer amigos, sino porque de verdad quieres ayudar a la comunidad", dijo.
VOLUNTARIADO
Las voluntarias que participan en el Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt son: Romina Saldivia, Liliana Burgos, Lucy Villarroel, Elisa Asencio, Marcela Vega, Mariette Márquez, Gabriela Asenjo, Tamara Solís, Mariela Ralil, Cecilia Beltrán, Rocío Soto, Macarena Hernández, Carolina Jeréz, Yanira Sandoval, Camila Bastidas, Cristina Soto, Alejandra Balkenhold, Natalia Delgado, Fernanda Ampuero, Ignacia Poblete, Pamela Gómez, Patricia Valdebenito, Cristina Rivas, Karen Yagode, Yessica Echeverría, Priscila Mardones y Solange Agurto.
Bomberas lacustres: la vocación la llevan en la sangre
Cinco son las bomberas que forman parte de la institución en Puerto Varas, conformada por alrededor de 250 voluntarios.
Aunque están conformes con su labor, son coincidentes en que un factor problemático fue el inicio en sus diferentes compañías, por un tema de convivencia entre mujeres y hombres. Al final lograron ser aceptadas y esperan que más mujeres se sumen a esta atractiva actividad de “servicio a la comunidad”.
Fabiola Mondaca (21), soltera, dijo que “esta vocación de servir a la comunidad nació desde muy chica, estoy hace 5 años en la Tercera Compañía y debo confesar que las dificultades en un comienzo fueron por el tema machista. Al final me aceptaron y aquí estoy”.
Para Vanessa Miranda (23) “el ingresar a la Tercera Compañía no fue tan traumático. Llevó 4 años en la institución y me siento feliz de entregar un granito de arena. Confieso que la principal dificultad la viví con mis padres, ya que no me permitieron ingresar a Bomberos cuando era menor de edad, por lo que debí esperar la mayoría de edad”, relató.
María Teresa Fuentes (33), con tres años en la Segunda Compañía, casada y una hija, expresó sentirse “muy conforme por lo que ha podido desarrollar hasta el momento en Puerto Varas. Es bueno colaborar con una institución sin fines de lucro y que no hace diferencias”.
Javiera Vilaboa (17), estudiante, con seis meses en la Segunda Compañía, manifestó que siempre le llamó la atención el trabajo del Cuerpo de Bomberos, “y lo que me marcó fue un incendio a sólo metros de mi casa. Allí pude observar lo valioso que resulta para la gente ser bombera, porque uno se debe especializar para poder trabajar en buena forma y no cometer errores”.
También confesó que a sus padres no les gustaba mucho la idea de que fuera voluntaria, “pero al final me permitieron ingresar a la Segunda Compañía”. Alejandra Azócar (31) lleva cuatro años en la Quinta Compañía de Nueva Braunau y viene de familia de bomberos. Su esposo lleva 22 años en la institución. Tiene 3 hijos y el mayor -de 11 años- ya quiere ser aspirante a cadete.
“Esta es una vocación que nace desde la familia y me siento muy conforme de poder servir a las personas cuando más lo necesitan. Contrario a lo que les ocurrió a las otras voluntarias, dijo, “nunca ha tenido problemas por ser mujer; al contrario, existe un trato muy positivo”, dice. Cabe hacer mención que en las localidades pequeñas de la provincia son varias las compañías de bomberos y brigadas que funcionan con mujeres.
Ello se debe a la labor que cumplen los voluntarios trabajando en la actividad agrícola, es decir, en el campo o en fundos de la zona. Este tipo de situaciones ocurre por ejemplo en Río Frío, comuna de Los Muermos, y Tegualda, en la comuna de Fresia.
FUENTE: Diario LLanquihue
Las 27 jóvenes voluntarias que hoy en día pertenecen al Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt se asemejan a la protagonista de la serie animada "La pequeña Lulú", quien lucha cada capítulo por ser aceptada por los miembros del "Club de Tobi".
Gracias a su esfuerzo personal, estas "bomberas" han logrado ingresar a una institución que por muchas décadas estuvo reservada solamente para hombres.
El dominio masculino quedaba en claro en sus reglamentos internos que, hasta el año 1998, se referían a hombres o varones en todos sus artículos, echando por el suelo la posibilidad de que alguna mujer pudiera ingresar.
Pero el 13 de octubre de 1999 todo cambió, cuando Romina Saldivia Olavarría, de -en ese entonces- 19 años, se convirtió en la primera mujer en ser voluntaria del Cuerpo de Bomberos puertomontino.
Según el superintendente, Martín Ercoreca, fue algo extraño para los voluntarios más antiguos ver a una mujer en sus cuarteles. "Todos estábamos acostumbrados a que sólo había hombres en Bomberos, y por eso no sabíamos cómo iba a funcionar la institución en forma mixta, fue algo complicado. Pero al poco tiempo, nos dimos cuenta de que nos hace bien tenerlas, ya que se ha logrado mejorar la convivencia en los cuarteles y en las emergencias, las jóvenes han destacado por su apoyo en las compañías de rescate y agua", dijo el superintendente.
La primera voluntaria, Romina Saldivia, quien a pesar de que se encuentra estudiando Biología Marina en Valdivia, continúa participando en la Séptima Compañía de Puerto Montt. Explicó que apenas surgió la posibilidad de ingresar a Bomberos, no lo pensó dos veces y sólo lo hizo.
"Yo desde siempre quise ser voluntaria y cuando abrieron los cupos para mujeres me inscribí. Desde un principio pedí que se me tratara de la misma forma que a todos, y de hecho así fue. Tuve el mismo entrenamiento y las mismas responsabilidades, una vez que me hice voluntaria. Todos los hombres me acogieron de muy buena forma y se transformaron en grandes amigos, pero es verdad que al principio pensaban que no iba a poder rendir de igual forma en un incendio o que me aburriría y me iría. Desde ese entonces ya han pasado seis años y me da gusto ver que ya no soy la única", explicó.
Motivaciones
Para la mayoría de las 27 voluntarias, las razones que las motivaron a ingresar a Bomberos consistían en poder ayudar a las personas de alguna manera, aunque una vez dentro de la institución se percataron que la emoción que sentían cuando sonaba la sirena les provocaría una especie de adicción.
"Desde pequeña vi cómo mi familia participaba en Bomberos y ayudaban a la gente. Eso me motivó a ingresar y ahora que estoy dentro me encanta la sensación que uno siente cuando va a una emergencia, sencillamente no la puedo controlar, es adrenalina", dijo Camila Bastidas, voluntaria de la Primera Compañía.
Dificultades
La única voluntaria de la Tercera Compañía de Bomberos de Puerto Montt, Rocío Soto, de 18 años, explicó -al igual que la mayoría de sus compañeras- que lo más difícil es tener que demostrarle a los varones que ellas pueden hacer las mismas cosas que ellos.
"Al principio cuesta demostrarle a los hombres que uno de verdad quiere ser bombera y que ingresaste a la Compañía no por pinturita ni por hacer amigos, sino porque de verdad quieres ayudar a la comunidad", dijo.
VOLUNTARIADO
Las voluntarias que participan en el Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt son: Romina Saldivia, Liliana Burgos, Lucy Villarroel, Elisa Asencio, Marcela Vega, Mariette Márquez, Gabriela Asenjo, Tamara Solís, Mariela Ralil, Cecilia Beltrán, Rocío Soto, Macarena Hernández, Carolina Jeréz, Yanira Sandoval, Camila Bastidas, Cristina Soto, Alejandra Balkenhold, Natalia Delgado, Fernanda Ampuero, Ignacia Poblete, Pamela Gómez, Patricia Valdebenito, Cristina Rivas, Karen Yagode, Yessica Echeverría, Priscila Mardones y Solange Agurto.
Bomberas lacustres: la vocación la llevan en la sangre
Cinco son las bomberas que forman parte de la institución en Puerto Varas, conformada por alrededor de 250 voluntarios.
Aunque están conformes con su labor, son coincidentes en que un factor problemático fue el inicio en sus diferentes compañías, por un tema de convivencia entre mujeres y hombres. Al final lograron ser aceptadas y esperan que más mujeres se sumen a esta atractiva actividad de “servicio a la comunidad”.
Fabiola Mondaca (21), soltera, dijo que “esta vocación de servir a la comunidad nació desde muy chica, estoy hace 5 años en la Tercera Compañía y debo confesar que las dificultades en un comienzo fueron por el tema machista. Al final me aceptaron y aquí estoy”.
Para Vanessa Miranda (23) “el ingresar a la Tercera Compañía no fue tan traumático. Llevó 4 años en la institución y me siento feliz de entregar un granito de arena. Confieso que la principal dificultad la viví con mis padres, ya que no me permitieron ingresar a Bomberos cuando era menor de edad, por lo que debí esperar la mayoría de edad”, relató.
María Teresa Fuentes (33), con tres años en la Segunda Compañía, casada y una hija, expresó sentirse “muy conforme por lo que ha podido desarrollar hasta el momento en Puerto Varas. Es bueno colaborar con una institución sin fines de lucro y que no hace diferencias”.
Javiera Vilaboa (17), estudiante, con seis meses en la Segunda Compañía, manifestó que siempre le llamó la atención el trabajo del Cuerpo de Bomberos, “y lo que me marcó fue un incendio a sólo metros de mi casa. Allí pude observar lo valioso que resulta para la gente ser bombera, porque uno se debe especializar para poder trabajar en buena forma y no cometer errores”.
También confesó que a sus padres no les gustaba mucho la idea de que fuera voluntaria, “pero al final me permitieron ingresar a la Segunda Compañía”. Alejandra Azócar (31) lleva cuatro años en la Quinta Compañía de Nueva Braunau y viene de familia de bomberos. Su esposo lleva 22 años en la institución. Tiene 3 hijos y el mayor -de 11 años- ya quiere ser aspirante a cadete.
“Esta es una vocación que nace desde la familia y me siento muy conforme de poder servir a las personas cuando más lo necesitan. Contrario a lo que les ocurrió a las otras voluntarias, dijo, “nunca ha tenido problemas por ser mujer; al contrario, existe un trato muy positivo”, dice. Cabe hacer mención que en las localidades pequeñas de la provincia son varias las compañías de bomberos y brigadas que funcionan con mujeres.
Ello se debe a la labor que cumplen los voluntarios trabajando en la actividad agrícola, es decir, en el campo o en fundos de la zona. Este tipo de situaciones ocurre por ejemplo en Río Frío, comuna de Los Muermos, y Tegualda, en la comuna de Fresia.
FUENTE: Diario LLanquihue
