CASO DE BOMBERO MANSILLA, A 6 AÑOS DE SU DESAPARICIÓN SIGUE SIN RESOLVERSE

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Caso Mansilla sigue atormentando a familia chilota tras seis años de dolor

El domingo se recordó la desaparición del Voluntario Jorge Mansilla, una causa que duerme en busca de respuestas.

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“Sentimos mucha impotencia. Realmente, esto no tiene nombre, ya que los esfuerzos realizados no han tenido respuestas de las autoridades”. Así describía en su momento Noemí Miranda los nulos resultados por esclarecer lo que sucedió con su hijo, Jorge Mansilla (40), quien despareció misteriosamente el 20 de mayo del 2006 y cuyos restos aparecieron más de 29 meses después. Un hallazgo que no se ha traducido en claridad y avance para la causa.

Toda esta impotencia e incertidumbre cada día reflota entre los cercanos del bombero, que este domingo recordaron la fatídica jornada en que se extravío, luego de conducir su camión por el sector de Díaz Lira, en la comuna de Queilen. El camión a un costado de la vía y nulos rastros del transportista prendieron la alerta por este emblemático caso. Seis años de una imborrable pesadilla que ha marcado a esta esforzada familia del sur de la Isla.

“Hemos tratado de enfrentar esto con dolor, aunque tenemos la satisfacción de que encontramos sus restos –a partir de noviembre del 2008 en el sector Quemay, a más de 5 kilómetros del lugar donde se le perdió la pista- es complejo porque no se ha dado con los reales responsables de la desaparición y muerte de mi hermano”, afirmó Yuri Mansilla.

Con toda esta carga han debido lidiar los seres queridos del rescatista. Una tarea más que compleja y que con el tiempo aumenta de peso por las dudas y diligencias sin resultado. “Hay muchos casos en el país y Chiloé que como familia se hace mucho, se confía en las policías para aclarar esto, pero no se logra. Quedamos con esa incertidumbre y buscamos vivir con ello”, replicó el isleño.

El pesar natural por la pérdida también suma alcances personales. Los cientos de vecinos y voluntarios que participaron en el rastreo y que todavía se esfuerzan para saber qué pasó con el quellonino han sufrido los embates de los esfuerzos realizados.

Tal como enfatizó Mansilla, “como estas pérdidas son tan dolorosas hay que emprender todo para buscar a nuestro ser querido. Por eso, tuvimos que olvidar todo para emprender esto. Se olvida el trabajo, en la familia se pasan aprietos económicos y muchas otras cosas”.

El propio Yuri destacó que al otro día de la desaparición le comunicó la tragedia a su jefe y el camino que debía tomar. “Le dije que tenía que buscarlo. Trabajaba en una constructora y me tuve que alejar por la búsqueda. Patricio –otro hermano de la víctima- también dejó sus labores para dedicarse también totalmente al rastreo”, aclaró.

El poblador fue claro en manifestar que no teníamos otra opción. “Dejamos todo de lado o seguíamos nuestra vida normal”, siendo la primera alternativa la que asumió.

A pesar de todo el despliegue y lo que dejaron de lado para asumir como propio el extravío y las respuestas en el caso, los cercanos al transportista lamentan la poca resolutividad que han encontrado en los organismos dedicados a indagar las causas del hecho.

Patricio Mansilla no ha dudado en califica como un “fracaso” la investigación. A esta lapidaria conclusión, su hermano sumó que “queda el desconsuelo que con todo el esfuerzo emprendido por años para encontrar a Jorge, existiendo tantos antecedentes, la policía y entes encargados de la investigación han sido poco inteligentes en intentar resolver este caso”.

Los seres queridos del bombero han reiterado que para las pericias que se emprendieron desde el momento de su extravío, como luego que encontraran sus restos óseos, se ha aplicado una mala metodología indagatoria. Un escenario, como destacaron, “que nos hace caer en la ignorancia en confiar en ciertas personas que pueden resolver este caso pero que no dan la talla para esto”.

Para Yuri Mansilla el deterioro ante las escasas respuestas es innegable. “Realizamos un doble esfuerzo al intentar hacer entender a la Fiscalía que esto es un homicidio y no se hace nada. Uno cae en la desesperación, el desgaste mental y físico, al ver con no todos reman para el mismo lado”, agregó.

Son seis años de interrogantes y los parientes del rescatista perdido no ocultan que han vivido varios momentos de flaqueza, más al ver que existe evidencia que permitiría descifrar este verdadero puzzle policial.

“Cuando la fiscalía decía que sin antecedentes importantes la causa se termina, ahí bajamos por momentos los brazos, no encontramos nada y teníamos la certeza que a tu hermano lo habían matado, pero no tenías la cooperación del sistema para respaldar tu teoría”, apuntó el porteño.

Asimismo, resaltó que “muchas veces lloré de impotencia pero me las tragaba solo para no expresar el sufrimiento al resto de la familia e impedir que nos derrumbáramos”.

Esa constancia se ha mantenido por los años. Una predisposición que se ajusta a la titánica tarea de encontrar una verdad que yace en los aislados y frondosos bosques de Díaz Lira y Quemay; respuestas que pueden permanecer entre algunos vecinos que no han participado de la causa y que no sienten el dolor ajeno; antecedentes que permanecen ocultos y perdidos por la escasa prestancia y eficacia de las pericias que se han diseñado en esta causa.

La familia ha buscado la agilidad en la causa que duerme a la espera de posibles informes del Instituto Médico Legal de Santiago. Por ello, no extraña los acercamientos que procuraron en la Fiscalía Regional y Nacional por temas que no tenían solución acá.

En conclusión, los seres queridos del vecino de Quellón siguen batallando para saber qué pasó con Jorge. Un despliegue que continúa más allá de lo que consideran una investigación “poco inteligente”.

“Declaraciones se hicieron miles, pero nunca existieron pericias adecuadas. Las primeras 72 horas cuando se perdió Jorge y hasta se detuvo gente era el momento crucial, pero no se recogieron las pistas y los antecedentes de supuestos testigos. El fiscal nunca tomó en serio el caso. Era una persona más que se perdía en Chiloé”, acotó.

Fuente: SoyChile.cl
 

trauco

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Ya se cumplieron 6 años de la desaparición y muerte de nuestro compañero, cuyo cuerpo encontramos el 2 de noviembre de 2008.

Han pasado tres fiscales y se van a cumplir 4 años de haber encontrado los restos, que además se juntaron sin querer con osamentas de otra persona en el mismo lugar y que aún no identifican a quien pertenecen.

La verdad es que el caso no avanza y creo que ya a pasado tiempo suficiente para emitir un informe final que permita saber la forma en que fue asesinado. Los restos aún permanecen en Santiago y la familia y amigos continúan con la angustia de no tener a su ser querido en nuestra tierra para poder darle un funeral y una sepultura como se merece.

El temor de los más cercanos, es que se entregue el cuerpo sin ningún resultado concluyente de lo que realmente sucedió.

Continuamos esperando; no se sabe hasta cuando. Y menos hay justicia.
 

LAGUNINO

Comandante de Guardia
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23 Ene 2008
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No sabia de este caso. Lo considero tremendo para la familia y para sus compañeros Bomberos. Es de esperar que se solucione este caso.

Fraternales Saludos