BOMBEROS DESCLASIFICAN SUS MEJORES ANECDOTAS
[IMGA]http://portada.diariosregionales.cl/prontus_sube/site/artic/20090309/imag/FOTO_0320090309105044.jpg[/IMGA]CALAMA.- Los hombres con más experiencia son los que tienen la mayor cantidad de historias, pero también los jóvenes. Como el sahumerio confundido por un incendio y otro siniestro ocurrido a un costado de una casa donde se ejercía el comercio sexual.
Como todo Cuerpo de Bomberos, el de nuestra ciudad tiene una historia de dulce y agraz. Los funcionarios de esta institución, han debido enfrentar momentos muy dolorosos y que golpean a toda la ciudad. Por ejemplo, la muerte de una familia completa el año pasado en la población Vista Hermosa que causó dolor en toda la comunidad loína.
También otro hecho que no olvida el comandante de los bomberos, Patricio Sandoval. En especial, todos aquellos donde las víctimas son menores de edad. "Un hecho que me marcó fue un incendio en calle Vivar, pasado Pedro León Gallo. Se estaba quemando una casa, yo era capitán. Eran como las 5 ó 6 de la tarde. Cuando salimos del cuartel ya había una hoguera grande y cuando llegamos nos avisaron que había unos niños adentro. Llegamos y nos metimos rápido a la casa, pero no pudimos hacer nada. Los niños estaban en un rinconcito ya sin vida. En ese tiempo mis hijos estaban chicos y eso me impactó", relata el comandante.
Pero también han vivido instantes agradables o más bien curiosos y simpáticos. Sobre todo anécdotas por las que han pasado cuando alguna situación requiere de ellos. Como esa vez cuando recibieron un llamado en que una casa del sector poniente supuestamente ardía en llamas. Desde una vivienda salía humo a más no poder. Se pensaba en un incendio de grandes proporciones, pero no era más que una casa donde prestaba sus servicios una tarotista o parasicóloga y estaba realizando un sahumerio. Eso hizo que los vecinos se alarmaran, pero llevó a los bomberos que llegaron al lugar, a reírse a carcajadas de tal situación.
Otra historia que es relatada por un joven voluntario, cuenta que junto a un compañero llegan primeros a una casa donde una mujer se había llevado la sorpresa de su vida. Estaba a punto de entrar en crisis una señora de edad que se había enterado que su hija menor de 18 años iba a ser madre.
Los gatos también son parte del anecdotario de los bomberos, porque según cuentan, la mayoría de las veces que han acudido a rescatar alguno, los felinos con ágiles movimientos se escabullen de las manos de los voluntarios.
También algunos recuerdan bastante a un cuartelero al cual prefieren no nombrar, que era bastante "cuidadoso" al momento de dar las señales para que estacionaran las máquinas. Cuentan que "una vez, estaba avisando al conductor del carro para que siguiera retrocediendo. Cuando el conductor estaba viendo por el espejo retrovisor al ayudante, éste desapareció de un momento a otro", claro, se había caído a un pozo. Y a pesar de las lesiones leves con las que quedó, igual fue objeto de las inevitables risas.
Son definitivamente los cuarteleros los que viven más situaciones llamativas y así como estas historias, existen decenas que son difíciles de olvidar y que en las siguientes líneas repasan.
La historia de la carne
Los inicios de Bomberos de Calama, se remontan al año 1907 cuando un grupo de vecinos se reúnen para determinar y acordar los lineamientos generales orientados a la formación de una Brigada de Bomberos, denominándola "Bomba Calama", estructurando de esta manera el origen de la Primera Compañía de Bomberos de nuestra ciudad.
Desde ese entonces que en las diversas compañías de nuestra ciudad han ocurrido hechos inolvidables para los voluntarios que combaten casos de emergencia como los incendios.
El comandante de Bomberos de Calama, Patricio Sandoval y quien está por cumplir 40 años en la institución, recuerda esos años en que se inició en esta labor que hasta el día de hoy sigue con tanto aprecio. Nos cuenta una "talla" de la década del 70`, tiempo de conflicto en el país. "Por febrero del 73` se cayó un avión boliviano al interior de Sierra Gorda. Nos llamó la Gobernación para hacer el trabajo y este lugar estaba rodeado de carabineros. Nos tocó ir a buscar ese avión que venía cargado de carne. Res boliviana y como había una escasez terrible, era para abastecer al país. Nos fuimos a buscar el avión en un camión del regimiento. Un arriero nos explicaba la manera de llegar y no nos dio referencias muy claras y por eso estuvimos varias horas dando vueltas en el mismo sentido. No nos estábamos dando cuenta que pasamos una y otra vez por las piedras que nos había dicho el arriero. Cuando encontramos a los dos pilotos bolivianos que estaban vivos, no tenían agua y nosotros llevábamos bidones con agua y naranjas y los pilotos nos decían un cuartito de carne por una naranjita". El comandante relata que el carro en el que volvieron a Calama lo llenaron con carne y en Sierra Gorda, en la Subcomisaría, dejaron algunos kilos de este alimento. Lo más anecdótico de la historia, es que la carne se repartió entre varios voluntarios y en la antigua casa de Sandoval, donde tenían un perro ovejero alemán, la dejaron en un refrigerador grande. En un momento de descuido, el perro abrió el refrigerador y se comió toda la carne. Ya el esfuerzo y el trueque, no había valido el esfuerzo.
Larga espera y vehículo sin motor
Y otra historia, que no tiene mucho de anécdota y que se ha repetido en más de una ocasión, ocurre cuando bomberos acompañados por sus parejas, asistieron a una cena en Chuquicamata por alguna celebración. Cuando estaban en medio de la comida, fueron alertados por una emergencia. Las esposas y pololas de los bomberos, estuvieron en el local de la cena hasta las 5 de la madrugada, esperando por los combatientes de las llamas.
Ahora bien, ¿se imagina tratar de echar a correr un vehículo del cual no se dio cuenta que no tiene motor? Bueno, esto es lo que le pasó también a Abel Rojas en su época de juventud cuando estudiaba en Arica. Relata que los llamaron a una emergencia y que al conductor de una antigua Mercedes Benz le decían "el nervio" y apuraba a todos para abordar la máquina (que a propósito le habían sacado un aviso que tenía en la parte frontal y que decía que estaba fuera de servicio). Intentaba una y otra vez echar a andar el motor y no funcionaba, así que tuvieron que empujar la pesada máquina. Fueron dos, tres y cuatro calles que llevaban arrastrando la "meche" y mientras pasaban algunos conductores los alentaban para llegar al incendio. Hasta que un taxista se detiene y se motiva para revisar este antiguo carro bombas. La sorpresa les llega a todos cuando abre la capota para ver el motor y grande fue la sorpresa cuando recién a esa altura se dieron cuenta que la Mercedes Benz no llevaba motor. Además de las risas, tuvieron que volver a la compañía con el carro arrastrándolo nuevamente.
Recuerdos en Arica
También en la ciudad de la "Eterna Primavera", el timonel de los bomberos de nuestra ciudad, recapitula una historia que suele repetirse una y otra vez con personas que intentan quitarse la vida y con otras que lo logran desde el "Morro de Arica". "Nos llamaron para un rescate en altura en ese lugar. Era un hombre que estaba que se tiraba y que no lo hacía. Acudieron todas las unidades. Estábamos con todos los equipos y logramos apañarlo. Eran como 30 metros los que había alcanzado a bajar el sujeto y cuando lo subíamos empezó a gritar paren, paren. Le preguntamos qué quería ahora y dijo que quería salir bonito en la foto". Claro, el tipo no tenía dientes y para lucirse en los diarios y salir mejor, sacó un papel de una cajetilla de cigarros, lo dobló como pudo y lo acomodó en sus dientes. Al otro día, salió en los diarios y con una dentadura espectacular.
Otra de las historias simpáticas que se han relatado en los pasillos de las compañías de bomberos, es una que recuerda el actual superintendente Abel Rojas. Cuenta que cuando era joven y estudiaba en Arica, era voluntario junto a varios de sus compañeros. Una noche cuando reciben un llamado de emergencia, concurren a una conocida avenida de la ciudad de la "eterna primavera". "Era tarde y nos llamaron a una emergencia. Eran casas antiguas, donde el fuego prendía fácilmente. Comenzamos a combatir las llamas que recién comenzaban", cuenta el experimentado mandamás de los bomberos. La historia hasta ahí es como cualquier otra emergencia. Sin embargo lo llamativo viene después, porque cuando las llamas comenzaban a expandirse hacia las casas colindantes, desde una de ellas, comienzan a salir chiquillas desnudas, cubriéndose la parte superior de sus cuerpos. Tras ellas, hombres a medio vestir. Sí, era una casa donde se ejercía el comercio sexual. Claro, mientras los jóvenes bomberos intentaban combatir el siniestro, eran desconcentrados por las mujeres que nerviosas todas, no dejaban concentrarse en su trabajo. Después de eso -cuenta Abel Rojas- las mismas chiquillas los molestaban cuando se encontraban en las calles.
Los vehículos
Varias de las historias anecdóticas que relataron algunos voluntarios, se relacionan a algunos malos ratos que han pasado con las máquinas. Es por eso que si bien se han modernizado y han adquirido mejores equipos con el paso de los años, también se recuerda por ejemplo la compra de un chasis automóvil marca Chevrolet para hacer mas expedita la labor de los voluntarios y prestar un mejor servicio a la comunidad. El carro llega a nuestra ciudad el año 1926, fecha que marca un hito en la historia de la compañía ya que prestó valiosos servicios hasta el año 1958.
Debido al crecimiento de la ciudad, fue necesaria la compra de un nuevo carro bomba más moderno y para eso se organiza un comité formado por voluntarios de la compañía y destacados vecinos de la ciudad. Así las cosas, el carro llega a Calama el año 1952 y prestó servicios hasta el año 1980.
Fuente: mercuriocalama.cl
[IMGA]http://portada.diariosregionales.cl/prontus_sube/site/artic/20090309/imag/FOTO_0320090309105044.jpg[/IMGA]CALAMA.- Los hombres con más experiencia son los que tienen la mayor cantidad de historias, pero también los jóvenes. Como el sahumerio confundido por un incendio y otro siniestro ocurrido a un costado de una casa donde se ejercía el comercio sexual.
Como todo Cuerpo de Bomberos, el de nuestra ciudad tiene una historia de dulce y agraz. Los funcionarios de esta institución, han debido enfrentar momentos muy dolorosos y que golpean a toda la ciudad. Por ejemplo, la muerte de una familia completa el año pasado en la población Vista Hermosa que causó dolor en toda la comunidad loína.
También otro hecho que no olvida el comandante de los bomberos, Patricio Sandoval. En especial, todos aquellos donde las víctimas son menores de edad. "Un hecho que me marcó fue un incendio en calle Vivar, pasado Pedro León Gallo. Se estaba quemando una casa, yo era capitán. Eran como las 5 ó 6 de la tarde. Cuando salimos del cuartel ya había una hoguera grande y cuando llegamos nos avisaron que había unos niños adentro. Llegamos y nos metimos rápido a la casa, pero no pudimos hacer nada. Los niños estaban en un rinconcito ya sin vida. En ese tiempo mis hijos estaban chicos y eso me impactó", relata el comandante.
Pero también han vivido instantes agradables o más bien curiosos y simpáticos. Sobre todo anécdotas por las que han pasado cuando alguna situación requiere de ellos. Como esa vez cuando recibieron un llamado en que una casa del sector poniente supuestamente ardía en llamas. Desde una vivienda salía humo a más no poder. Se pensaba en un incendio de grandes proporciones, pero no era más que una casa donde prestaba sus servicios una tarotista o parasicóloga y estaba realizando un sahumerio. Eso hizo que los vecinos se alarmaran, pero llevó a los bomberos que llegaron al lugar, a reírse a carcajadas de tal situación.
Otra historia que es relatada por un joven voluntario, cuenta que junto a un compañero llegan primeros a una casa donde una mujer se había llevado la sorpresa de su vida. Estaba a punto de entrar en crisis una señora de edad que se había enterado que su hija menor de 18 años iba a ser madre.
Los gatos también son parte del anecdotario de los bomberos, porque según cuentan, la mayoría de las veces que han acudido a rescatar alguno, los felinos con ágiles movimientos se escabullen de las manos de los voluntarios.
También algunos recuerdan bastante a un cuartelero al cual prefieren no nombrar, que era bastante "cuidadoso" al momento de dar las señales para que estacionaran las máquinas. Cuentan que "una vez, estaba avisando al conductor del carro para que siguiera retrocediendo. Cuando el conductor estaba viendo por el espejo retrovisor al ayudante, éste desapareció de un momento a otro", claro, se había caído a un pozo. Y a pesar de las lesiones leves con las que quedó, igual fue objeto de las inevitables risas.
Son definitivamente los cuarteleros los que viven más situaciones llamativas y así como estas historias, existen decenas que son difíciles de olvidar y que en las siguientes líneas repasan.
La historia de la carne
Los inicios de Bomberos de Calama, se remontan al año 1907 cuando un grupo de vecinos se reúnen para determinar y acordar los lineamientos generales orientados a la formación de una Brigada de Bomberos, denominándola "Bomba Calama", estructurando de esta manera el origen de la Primera Compañía de Bomberos de nuestra ciudad.
Desde ese entonces que en las diversas compañías de nuestra ciudad han ocurrido hechos inolvidables para los voluntarios que combaten casos de emergencia como los incendios.
El comandante de Bomberos de Calama, Patricio Sandoval y quien está por cumplir 40 años en la institución, recuerda esos años en que se inició en esta labor que hasta el día de hoy sigue con tanto aprecio. Nos cuenta una "talla" de la década del 70`, tiempo de conflicto en el país. "Por febrero del 73` se cayó un avión boliviano al interior de Sierra Gorda. Nos llamó la Gobernación para hacer el trabajo y este lugar estaba rodeado de carabineros. Nos tocó ir a buscar ese avión que venía cargado de carne. Res boliviana y como había una escasez terrible, era para abastecer al país. Nos fuimos a buscar el avión en un camión del regimiento. Un arriero nos explicaba la manera de llegar y no nos dio referencias muy claras y por eso estuvimos varias horas dando vueltas en el mismo sentido. No nos estábamos dando cuenta que pasamos una y otra vez por las piedras que nos había dicho el arriero. Cuando encontramos a los dos pilotos bolivianos que estaban vivos, no tenían agua y nosotros llevábamos bidones con agua y naranjas y los pilotos nos decían un cuartito de carne por una naranjita". El comandante relata que el carro en el que volvieron a Calama lo llenaron con carne y en Sierra Gorda, en la Subcomisaría, dejaron algunos kilos de este alimento. Lo más anecdótico de la historia, es que la carne se repartió entre varios voluntarios y en la antigua casa de Sandoval, donde tenían un perro ovejero alemán, la dejaron en un refrigerador grande. En un momento de descuido, el perro abrió el refrigerador y se comió toda la carne. Ya el esfuerzo y el trueque, no había valido el esfuerzo.
Larga espera y vehículo sin motor
Y otra historia, que no tiene mucho de anécdota y que se ha repetido en más de una ocasión, ocurre cuando bomberos acompañados por sus parejas, asistieron a una cena en Chuquicamata por alguna celebración. Cuando estaban en medio de la comida, fueron alertados por una emergencia. Las esposas y pololas de los bomberos, estuvieron en el local de la cena hasta las 5 de la madrugada, esperando por los combatientes de las llamas.
Ahora bien, ¿se imagina tratar de echar a correr un vehículo del cual no se dio cuenta que no tiene motor? Bueno, esto es lo que le pasó también a Abel Rojas en su época de juventud cuando estudiaba en Arica. Relata que los llamaron a una emergencia y que al conductor de una antigua Mercedes Benz le decían "el nervio" y apuraba a todos para abordar la máquina (que a propósito le habían sacado un aviso que tenía en la parte frontal y que decía que estaba fuera de servicio). Intentaba una y otra vez echar a andar el motor y no funcionaba, así que tuvieron que empujar la pesada máquina. Fueron dos, tres y cuatro calles que llevaban arrastrando la "meche" y mientras pasaban algunos conductores los alentaban para llegar al incendio. Hasta que un taxista se detiene y se motiva para revisar este antiguo carro bombas. La sorpresa les llega a todos cuando abre la capota para ver el motor y grande fue la sorpresa cuando recién a esa altura se dieron cuenta que la Mercedes Benz no llevaba motor. Además de las risas, tuvieron que volver a la compañía con el carro arrastrándolo nuevamente.
Recuerdos en Arica
También en la ciudad de la "Eterna Primavera", el timonel de los bomberos de nuestra ciudad, recapitula una historia que suele repetirse una y otra vez con personas que intentan quitarse la vida y con otras que lo logran desde el "Morro de Arica". "Nos llamaron para un rescate en altura en ese lugar. Era un hombre que estaba que se tiraba y que no lo hacía. Acudieron todas las unidades. Estábamos con todos los equipos y logramos apañarlo. Eran como 30 metros los que había alcanzado a bajar el sujeto y cuando lo subíamos empezó a gritar paren, paren. Le preguntamos qué quería ahora y dijo que quería salir bonito en la foto". Claro, el tipo no tenía dientes y para lucirse en los diarios y salir mejor, sacó un papel de una cajetilla de cigarros, lo dobló como pudo y lo acomodó en sus dientes. Al otro día, salió en los diarios y con una dentadura espectacular.
Otra de las historias simpáticas que se han relatado en los pasillos de las compañías de bomberos, es una que recuerda el actual superintendente Abel Rojas. Cuenta que cuando era joven y estudiaba en Arica, era voluntario junto a varios de sus compañeros. Una noche cuando reciben un llamado de emergencia, concurren a una conocida avenida de la ciudad de la "eterna primavera". "Era tarde y nos llamaron a una emergencia. Eran casas antiguas, donde el fuego prendía fácilmente. Comenzamos a combatir las llamas que recién comenzaban", cuenta el experimentado mandamás de los bomberos. La historia hasta ahí es como cualquier otra emergencia. Sin embargo lo llamativo viene después, porque cuando las llamas comenzaban a expandirse hacia las casas colindantes, desde una de ellas, comienzan a salir chiquillas desnudas, cubriéndose la parte superior de sus cuerpos. Tras ellas, hombres a medio vestir. Sí, era una casa donde se ejercía el comercio sexual. Claro, mientras los jóvenes bomberos intentaban combatir el siniestro, eran desconcentrados por las mujeres que nerviosas todas, no dejaban concentrarse en su trabajo. Después de eso -cuenta Abel Rojas- las mismas chiquillas los molestaban cuando se encontraban en las calles.
Los vehículos
Varias de las historias anecdóticas que relataron algunos voluntarios, se relacionan a algunos malos ratos que han pasado con las máquinas. Es por eso que si bien se han modernizado y han adquirido mejores equipos con el paso de los años, también se recuerda por ejemplo la compra de un chasis automóvil marca Chevrolet para hacer mas expedita la labor de los voluntarios y prestar un mejor servicio a la comunidad. El carro llega a nuestra ciudad el año 1926, fecha que marca un hito en la historia de la compañía ya que prestó valiosos servicios hasta el año 1958.
Debido al crecimiento de la ciudad, fue necesaria la compra de un nuevo carro bomba más moderno y para eso se organiza un comité formado por voluntarios de la compañía y destacados vecinos de la ciudad. Así las cosas, el carro llega a Calama el año 1952 y prestó servicios hasta el año 1980.
Fuente: mercuriocalama.cl
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