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* Este miércoles por la noche, unos doscientos voluntarios de diversas comunas de la región despidieron los restos mortales de Ramón León, voluntario de la tercera compañía "Bomba Arturo Prat" del Cuerpo de Bomberos de Rancagua. *León en sus 33 años de servicio cumplió diversas tareas como oficial de compañía y del Cuerpo de la capital regional, llegando a ser incluso comandante de la institución. * El funeral de un bombero chileno está lleno de simbolismos, siempre el último adiós se realiza de noche, tradición que hasta hoy se mantiene viva. La versión más extensamente difundida sobre el origen de este especial rito dice que en el siglo XIX, cuando en un periodo de cierta inestabilidad política, la autoridad de turno impuso el toque de queda y la prohibición de reuniones públicas, coincidió con el fallecimiento del joven voluntario de la Tercera Compañía de Valparaíso, Domingo Espiñeira. Sus compañeros tercerinos querían despedirse de su amigo como correspondía, sin embargo las medidas especiales no lo permitían. Por tal motivo, en forma oculta y teniendo a la oscuridad de la noche como cómplice, los tercerinos acompañaron a Espiñeira al cementerio, alumbrándose el camino con antorchas y faroles. * Actualmente, esta tradición se mantiene viva. Al caer la noche del miércoles, la totalidad del Cuerpo de Bomberos de Rancagua, además de delegaciones de otras comunas formaron en las cercanías del Cuartel General donde fue despedido el director honorario. Los voluntarios, así como en 1859, llevan antorchas como póstumo homenaje del fuego que tan fieramente fue combatido por León. * El féretro fue transportado en el carro reliquia de la institución en solemne desfile presidido por los bomberos, acompañado en todo momento por los miembros de la compañía doliente y por todos los estandartes del Cuerpo de Bomberos de Rancagua. Detrás del féretro en procesión iban los amigos, y familiares de este ex comandante. * Una vez en el cementerio N 1 de Rancagua, los voluntarios desfilaron rindiendo honores al que ya partió, agradeciendo todo el esfuerzo y dedicación prestados, en el momento en que rindieron homenaje y acompañan a la familia carnal de quien es despedido y a sus compañeros de bomba que esta vez no desfilan sino reciben los honores. * Y una vez dentro del cementerio, en el último trecho de este largo viaje. León fue acompañado por sus amigos, familiares y compañeros de su querida Tercera Compañía, y al momento exacto de que el cuerpo entra al mausoleo institucional suenan todas las sirenas de los carros de bomberos señalando el llamado de emergencia que al que Ramón León fue llamado en el cuartel celestial. * Por último, solemnemente en nombre de la institución un voluntario hizo entrega del uniforme de quien en vida fuese director honorario a la familia como una muestra de agradecimiento de permitir la entrega generosa que muchas veces sacrificando el tiempo familiar hizo Ramón León en aras de salvar "vidas y bienes" * fuente: elrancaguino.cl