A corto andar de la fundación del Cuerpo de Valparaíso se vio la necesidad de contar con el concurso de personal habituado al trabajo duro, pues las bombas a palanca, únicas existentes en esa época, necesitaban para su funcionamiento del esfuerzo corporal de numerosos individuos, acostumbrados a desempeñar labores de esta especie, por ello fue preciso aceptar la ayuda de esa gente, formando con ella una segunda categoría completamente aparte del resto del personal, a la que no se le reconoció ningún derecho a participar en la administración de las Compañías, ni en la elección de los oficiales. Sus uniformes eran diferentes del usado por los voluntarios, y formaban en las filas a continuación de éstos.
Del “Álbum Histórico del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso” extraigo lo siguiente:
“No bien fue lanzada la idea de formar el Cuerpo de Bomberos, el día 19 de Diciembre de 1850, cuatro días después del gran incendio que destruyó todo un barrio, más de 100 ciudadanos se inscribieron para formar una Asociación de Trabajadores contra incendio.
Estos trabajadores se propusieron realizar un gran mitin, a fin de dar a conocer sus propósitos y entusiasmar a otros a inscribirse en su número; repartíanse las tareas en diversos puntos de la ciudad.
Urgente y necesaria se consideró la fundación del cuerpo de artesanos, a quienes estaría encomendada la tarea de despejar el camino, es decir, aquella labor pesada, que más requiere el esfuerzo físico.
El Directorio, a poco de constituírse el Cuerpo de Bomberos se ocupó de la creación de compañías de jornaleros y en la reunión que el Directorio celebró el día 1° de Septiembre de 1851 en la Bolsa de Comercial después de la primera reunión pública de la 2ª Compañía y con la asistencia de los Comandantes de los Cuerpos cívicos, el Superintendente pidió a estos prestasen los auxilios que estuvieran en sus manos al Cuerpo de Bomberos.
A este requerimiento el Comandante señor Gatica se comprometió a formar del número 2, una compañía de cargadores, lo que podría conseguirse también del Comandante Santa María, del número 1, a quien hablaría con ese fin.
La Compañía Guardia de Propiedad en la reunión que celebró el 5 de Septiembre de 1851 consideró la necesidad de organizar una o dos compañías de jornaleros, estimando no solo útiles sino necesarios su auxilio y servicios. Más tarde en la reunión del 17 de Abril de 1852 solicitó del Directorio la formación del cuerpo de jornaleros: al efecto se le dirigió una nota, transcribiéndole el acta.
Como casi todas las compañías solicitaren la formación de este cuerpo de jornaleros, el Directorio creyó de su deber incorporar a cada Compañía un número suficiente de auxiliares bomberos. Para mejor llevar a efecto este propósito el 27 de Abril de 1853 el Superintendente dirigió un oficio al Intendente de la Provincia solicitando que el Gremio de Jornaleros que en aquel entonces existía fuese agregado al Cuerpo de Bomberos, al cual prestaría los mismos servicios que, ya antes, había prestado, por lo que fue eximido del servicio de las milicias.
No fue posible al Intendente acceder a lo solicitado, pero indicó que con la organización de los cuerpos cívicos podía llenarse ese vacío, “permitiendo enrolarse en las compañías de bomberos a los individuos que quisieran hacerlo con preferencia a la Guardia Nacional”. Pero como esto no se hubo realizado, el Directorio con fecha 16 de Diciembre de 1853 volvió ante el Sr. Intendente suplicándole concediera algunas franquicias para todos aquellos jornaleros que voluntariamente quisieran afiliarse al Cuerpo de Bomberos.
El entonces Intendente Don Julián Riesco decretó: “Accediendo a lo solicitado por el Superintendente de la Asociación contra – incendios, se declara que todo jornalero y artesano que quiera voluntariamente enrolarse en las compañías de bomberos pueden hacerlo hasta el número de 300 hombres, quedando los que se alisten exentos del servicio en los cuerpos cívicos y con el goce del fuero militar”.
Esta franquicia convirtió en realidad los propósitos de la Asociación. Las Compañías abrieron un registro para incorporar auxiliares, inscribiéndose el siguiente personal:
En la 1ª Compañía 60 auxiliares
“ “ 2ª “ 97 “
“ “ 4ª “ 77 “
Total 234
El Cuerpo de Bomberos se preocupaba de formarles, a las mencionadas Compañías de jornaleros, fondos con que remunerar sus labores, llegándose hasta constituir una Caja de Ahorros para socorrer a los jornaleros y bomberos necesitados (en 1858).”
El trabajo oscuro y penoso que desarrollaban los auxiliares, y la ninguna expectativa que tenían de mejorar su situación dentro de la organización bomberil, obligó a las Compañías a proporcionarles el aliciente de aspirar a algunos grados, reservándose solo para ellos los cargos de Cabos y Sargentos; jerarquías que eran proveídas no por medio de elecciones dentro de sus respectivas secciones, sino a voluntad del oficial a cuyas órdenes actuaban, y quien los designaba entre los más disciplinados y de mejor comportamiento.
Cuando las bombas a vapor desplazaron a las de palanca, disminuyeron los auxiliares considerablemente. Años después se dejó de aceptar nuevos ingresos y así hasta su total extinción.