¿que hacer si se contamina con radiactividad?

marcofire

Chupe
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¿Realmente estamos preparados para esto?.
es una pregunta no muy dificil de explicar. ya que solo con ver las condiciones en que trabajan muchas instituciones de emergencia en chile no es dificil cuantificar como fallarían los protocolos por la poca coordinación y la sobredimension de una emergencia así.
ahora lo bueno es que chile esta lejos de tener esa condición de riesgo. considerando que chile solo cuenta con un centro experimental en la comuna de La Reina.

ahora es bueno recordar la historia. sobretodo del desastre mas grande en temas radiológicos. que fue lo que ocurrió el 26 de abril de 1986 en la Ciudad de Pripyat (Ucrania). después de la explosión del reactor de la Planta de Chernobyl, donde solo contando a los respondedores de la emergencia o para la emergencia conocidos como "Liquidadores" se contaron a unos casi 800.000mil personas en los cuales se cuentan los bomberos que actuaron para extinguir el fuego de la emergencia.

Breve reseña de lo ocurrido minutos después de la explosión.
Minutos después del accidente, todos los bomberos militares asignados a la central ya estaban en camino y preparados para controlar el desastre. Las llamas afectaban a varios pisos del reactor 4 y se acercaban peligrosamente al edificio donde se encontraba el reactor 3. El comportamiento heroico de los bomberos durante las tres primeras horas del accidente evitó que el fuego se extendiera al resto de la central. Aún así, pidieron ayuda a los bomberos de Kiev debido a la magnitud de la catástrofe. Los operadores de la planta pusieron los otros tres reactores en refrigeración de emergencia. Dos días después, había 18 heridos muy graves y 156 heridos con lesiones de consideración producidas por la radiación. Todavía no había una cifra del número de muertos, pero un accidente nuclear aumenta día tras día la lista de víctimas, hasta pasados muchos años después.
El primer acercamiento en helicóptero evidenció la magnitud de lo ocurrido. En el núcleo, expuesto a la atmósfera, el grafito del mismo ardía al rojo vivo, mientras que el material del combustible y otros metales se había convertido en una masa líquida incandescente. La temperatura alcanzaba los 2.500 °C y en un efecto chimenea, impulsaba el humo radiactivo a una altura considerable.
Al mismo tiempo, los responsables de la región comenzaron a preparar la evacuación de la ciudad de Prípiat y de un radio de 10 km alrededor de la planta. Esta primera evacuación comenzó al día siguiente de forma masiva y se concluyó 36 horas después. La evacuación de Chernóbil y de un radio de 36 km no se llevó a cabo hasta pasados seis días del accidente. Para entonces ya había más de mil afectados por lesiones agudas producidas por la radiación.
La mañana del sábado, varios helicópteros del ejército se preparaban para arrojar sobre el núcleo una mezcla de materiales que consistía en arena, arcilla, plomo, dolomita y boro absorbente de neutrones. El boro absorbente de neutrones evitaría que se produjera una reacción en cadena. El plomo estaba destinado a contener la radiación gamma y el resto de materiales mantenían la mezcla unida y homogénea. Cuando el 13 de mayo terminaron las emisiones, se habían arrojado al núcleo unas 5.000 t de materiales.
Comenzó entonces la construcción de un túnel por debajo del reactor accidentado con el objetivo inicial de implantar un sistema de refrigeración para enfriar el reactor. Este túnel, así como gran parte de las tareas de limpieza de material altamente radiactivo, fue desarrollado por reservistas del ejército ruso, jóvenes de entre 20 y 30 años. Finalmente, jamás se implantó el sistema de refrigeración y el túnel fue rellenado con hormigón para afianzar el terreno y evitar que el núcleo se hundiera debido al peso de los materiales arrojados. En un mes y 4 días se terminó el túnel y se inició el levantamiento de una estructura denominada sarcófago, que envolvería al reactor aislándolo del exterior. Las obras duraron 206 días.


si nos vamos a los hechos es muy difícil reaccionar a un evento de esta magnitud. pero en chile y como nombran algunos foristas los riesgos de emergencias radiológicas no están lejos, pero seremos capaces de realizar un trabajo para minimizar los daños que pueda causar este tipo de elementos peligrosos.

es bueno revisar la historia para aprender de los Errores.

Accidente de Chernobyl
 
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Carros de Bomberos abandonados en las afueras de Chernobyl
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Me impacto la primera frase...

Los bomberos fueron los primeros en llegar, y pensaron que era un fuego “corriente”. Nadie les dijo con qué estaban tratando. Ninguno volvió a casa.

No es muy lejano a nuestra diaria realidad cuando acudimos a incendios industriales.

REINALDO VALLEJOS CACERES

 

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recordaba tiempo atrás de una emergencia de un densimetro nuclear que se había expuesto durante el incendio de la bodega de almacenamiento de una constructora. ahora encontré la nota de esa noticia la cual comparto con ustedes.

los llamados con elementos nuclear son mas comunes de lo que se creen


03-02-2009
Informe de Salud: no hubo riesgo de contaminación radioactiva para bomberos de Dalcahue



El informe técnico emitido este martes 3 de febrero por el Departamento de Salud Ocupacional de la Seremi de Salud concluyó que en la emergencia radiactiva acontecida en la comuna de Dalcahue no hubo riesgo de contaminación para las personas que trabajaron en la emergencia (Bomberos y Carabineros) y tampoco para la comunidad, ya que la actividad radiactiva detectada en el densímetro nuclear, perteneciente a la constructora San Felipe S.A, exhibió valores bajos, indicando además que la fuente del equipo no había sido dañada.

Cabe recordar que el domingo 1 de febrero en el sector rural de Quiquel, alrededor de las 06:00 horas, se originó un voraz incendio que arrasó con un inmueble utilizado como laboratorio por una empresa constructora, destruyendo a su paso un densímetro nuclear. En el lugar de la emergencia trabajaron 25 voluntarios del Cuerpo de Bomberos de la localidad, los cuales fueron trasladados al hospital de Castro para ser sometidos a exámenes que descartaran algún tipo de contaminación.

Según se explica en el detalle técnico emitido por la institución de salud, un equipo de profesionales acudió al lugar de la emergencia con una moderna cámara de ionización (equipo que mide la exposición a radiación) revelando que “donde se encontraba el densímetro nuclear se detectó actividad radiactiva, con valores muy bajos, pero tres veces superiores a la radiación de fondo (radiación frecuente de ese lugar), lo que indica que la fuente no sufrió daño alguno”, dice el informe.

La encargada del Departamento de Salud Ocupacional, Marcela Coyán, quien dirigió el operativo explicó que, de acuerdo a los protocolos establecidos, “trasladamos los restos del densímetro nuclear hasta un bunker debidamente autorizado y sellado, aislando por completo la fuente, para luego hacer una evaluación de todo el perímetro donde se encontraba el densímetro, no encontrándose actividad radiactiva”.

Un Densímetro nuclear es un equipo portátil que emite radiación ionizante y que se utiliza para medir la humedad y densidad de suelos bases, hormigón y asfalto. Una mala manipulación puede generar daños celulares y alterar material genético de los huesos en las personas expuestas a gran cantidad de radiación con fuente de cesio y americio, utilizadas por este densímetro.
 

Nacho

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Japón: lo cierto y lo falso de las "píldoras antirradiación"


BBC Ciencia






Ante la crisis nuclear que se vive en Japón, en varios países se han desatado compras de pánico de tabletas de yoduro de potasio por los temores de sufrir un envenenamiento por radiación.
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El KI protege a la glándula tiroides del yodo radiactivo.


El yoduro de potasio (KI) es una sal que se utiliza como tratamiento para la radiación porque actúa evitando que la glándula tiroides absorba el yodo radiactivo que se libera en la contaminación.
Las farmacias, por lo general, no tienen KI disponible en sus almacenes porque las empresas farmacéuticas lo producen por encargo.
Pero ahora varios fabricantes han informado que sus reservas están agotadas, principalmente en Estados Unidos, China y otros vecinos de Japón.
"Es una locura", le dijo a la BBC Debby Fleming Wurdack, copropietaria de Fleming Pharmaceuticals, que produce la solución de KI por encargo. Esta empresa agotó sus reservas del fármaco en un día.
Varios gobiernos, como el de Estados Unidos, tienen reservas disponibles de yoduro de potasio para utilizar en casos de emergencia
Las recomendaciones de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) de ese país indican que los estados que cuentan con plantas nucleares tengan suficiente cantidad de KI disponible para repartir a los residentes que viven en un radio de 16 kilómetros de estas instalaciones.
En Japón, tras la primera alerta de una posible contaminación nuclear el gobierno repartió unas 230.000 tabletas de yoduro de potasio a los residentes de las inmediaciones de la planta de Fukushima.
Pero para quienes no están bajo un riesgo directo de radiación, la utilidad del KI no sólo es muy limitada sino el fármaco también puede ser peligroso.
Lo que es el KI y lo que no es

El yodo es un elemento químico indispensable para el ser humano, necesario para que el organismo, en este caso la glándula tiroides, produzca hormonas esenciales para el metabolismo.
Este tipo de yodo estable proviene en su mayoría de los alimentos que consumimos y cuando hay una deficiencia de este compuesto se receta el yoduro de potasio, que es el yodo estable en su forma sintética.
Estas tabletas de yoduro de potasio no son píldoras mágicas. Protegen contra el cáncer de tiroides, pero no ,contra otras posibles formas de cáncer
Prof. John Boice, Instituto Internacional de Epidemiología


En un evento nuclear o radiológico como el que vive Japón se libera en el aire yodo radiactivo, uno de los isótopos que resultan de los procesos de fisión nuclear.
Estos isótopos pueden ser aspirados por el ser humano hacia los pulmones y el compuesto también puede contaminar los abastecimientos locales de alimentos o entrar al organismo con la comida o las bebidas.
Cuando este yodo radiactivo entra al organismo humano la glándula tiroides comienza a absorberlo, igual que absorbe el yodo estable. Y si esto ocurre pueden ocurrir lesiones en la tiroides que pueden resultar en cáncer.
Sin embargo, tal como explica en la revista Scientific American el profesor John Boice, experto en epidemiología del cáncer del Instituto Internacional de Epidemiología, en Estados Unidos, el yoduro de potasio puede bloquear al yodo radiactivo para evitar que la glándula lo absorba, pero esto ocurre cuando el material radiactivo ya ha entrado al organismo.
Es decir, el KI no evita la contaminación interna de yodo radiactivo.
"Una píldora es útil durante 24 horas, pero después se debe tomar otra píldora. Pero no deben tomarse dos píldoras a la vez porque consumir demasiado yoduro de potasio no es bueno".
"Como todo lo demás, el fármaco no es 100% efectivo. Pero sí puede bloquear la absorción de yodo radiactivo", agrega el experto.
Daños a la tiroides


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Las autoridades japonesas distribuyeron unas 230.000 tabletas de yoduro de potasio.


Otra creencia errónea es que el KI puede proteger a todo el organismo.
Según el profesor Boice, "el KI se concentra únicamente en "ayudar" a la glándula tiroides a los efectos del yodo radiactivo. Pero en un evento como Chernobyl, donde los reactores liberaron también otros elementos radiactivos, como el cesio y el estronio, el KI no puede hacer nada".
El yoduro de potasio tampoco protege contra otras lesiones que pueden resultar en otros órganos por la contaminación por radiación.
"Estas tabletas de yoduro de potasio no son píldoras mágicas", dice el profesor Boice.
"Protegen contra el cáncer de tiroides, pero no ,contra otras posibles formas de cáncer", agrega.
El experto dice, además, que la evidencia científica muestra que los más vulnerables a los efectos de la contaminación radiactiva -y al cáncer de tiroides- son los niños.
"Algo que aprendimos estudiando los efectos del desastre de Chernobyl, es que los niños que vivían en las áreas contaminadas por la radiación y que bebieron leche que seguía contaminada años después, mostraron un incremento enrome en cáncer de tiroides vinculado al yodo radiactivo".
"Por eso es que las autoridades en Japón están distribuyendo el KI. Sin embargo, los estudios demuestran que no se recomienda que los adultos mayores de 40 años tomen el yoduro de potasio", afirma el profesor Boice.
"Los beneficios entre este grupo son minúsculos porque con la edad nuestra glándula tiroides ya no es tan sensible", completa el experto.
 

Nacho

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Carros de Bomberos abandonados en las afueras de Chernobyl
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Me impacto la primera frase...

Los bomberos fueron los primeros en llegar, y pensaron que era un fuego “corriente”. Nadie les dijo con qué estaban tratando. Ninguno volvió a casa.

No es muy lejano a nuestra diaria realidad cuando acudimos a incendios industriales.

REINALDO VALLEJOS CACERES

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Si no se ubiesen robado las Baterias del sistema de respaldo..............
 

Nacho

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Más
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600.000 trabajadores murieron o quedaron incapacitados de por vida al enfrentarse a la radiación en las labores de limpieza del accidente.Ucranianos encienden velas en memoria de las personas que murieron durante las labores de limpieza del desastre en Slavutich, ciudad que nació cerca de la central para acoger a los trabajadores de limpieza tras la explosión. Ante el accidente, de unas dimensiones desconocidas hasta entonces, las autoridades soviéticas intentaron controlar la situación enviando a miles de hombres mal equipados. Los hombres fallecieron en pocas semanas, de forma lenta y dolorosa

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Un hombre llora ante el monumento a los bomberos y personal de limpieza que fallecieron por sus servicios en Slavutich
 

Nacho

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Sacrificio, valor abnegacion.

Sacrificio, valor, abnegacion.

Es una de las historias más conocidas de nuestro tiempo: el día 26 de abril de 1986, el reactor nº 4 de la central nuclear de Chernóbyl estalló durante el transcurso de una prueba de seguridad mal ejecutada, a consecuencia de 24 horas de manipulaciones insensatas y más de doscientas violaciones del Reglamento de Seguridad Nuclear de la Unión Soviética. Estas acciones condujeron al envenenamiento por xenón del núcleo, llevándolo a un embalamiento neutrónico seguido por una excursión de energía que culminó en una gran explosión a las 01:24 de la madrugada.

Sobre Chernóbyl se han contado muchas mentiras. Y las han contado todos, desde las autoridades soviéticas de su tiempo hasta la industria nuclear occidental, pasando por los propagandistas de todos los signos y la colección de conspiranoicos habituales. Hay una de ellas que me molesta de modo particular, y es esa de que los liquidadores –el casi millón de personas que acudieron a encargarse del problema– eran una horda de pobres ignorantes llevados allí sin saber la clase de monstruo que tenían delante. Y me molesta porque constituye un desprecio a su heroísmo.

Y porque es radicalmente falso. Una turba ignorante no sirve para nada en un accidente tecnológico tan complejo. Los equipos de liquidadores estaban compuestos, sobre todo, por bomberos, científicos y especialistas de la industria nuclear; tropas terrestres y aéreas preparadas para la guerra atómica; e ingenieros de minas, geólogos y mineros del uranio, debido a su amplia experiencia en la manipulación de estas sustancias. Es necio suponer que esta clase de personas ignoraban los peligros de un reactor nuclear destripado cuyos contenidos ves brillar ante tus ojos en un enorme agujero.

Los liquidadores acudieron, sabían lo que tenían ante sí, y a pesar de ello realizaron su trabajo con enorme valor y responsabilidad. Cientos, miles de ellos, de manera heroica hasta el escalofrío. Los bomberos que se turnaban entre vómitos y diarreas radiológicas para subir al mítico tejado de Chernóbyl, donde había más de 40.000 roentgens/hora, para apagar desde allí los incendios (la radiación ambiental normal son unos 20 microrroentgens/hora). Los pilotos que detenían sus helicópteros justo encima del reactor abierto y refulgente para vaciar sobre él los buckets de arena y arcilla con plomo y boro. Los técnicos y soldados que corrían a toda velocidad por las galerías devastadas cantándose a gritos las lecturas de los contadores Geiger y los cronómetros para romper paredes, restablecer conexiones y bloquear canalizaciones en turnos de cuarenta o sesenta segundos alrededor de la sala de turbinas (20.000 roentgens/hora). Los mineros e ingenieros que trabajaban en túneles subterráneos, inundándose constantemente con agua de siniestro brillo azul, para instalar las tuberías de un cambiador de calor que le robase algo de temperatura al núcleo fundido y radiante a escasos metros de distancia. Los miles de trabajadores y arquitectos que levantaban el sarcófago a su alrededor, retiraban del entorno los escombros furiosamente radioactivos y evacuaban a la población. Salvo a los soldados, sometidos a disciplina militar, a nadie se le prohibía coger el petate e irse si no quería seguir allí; casi nadie lo hizo. Es más: muchos de ellos llegaron como voluntarios desde toda la URSS, especialmente muchos estudiantes y posgraduados de las facultades de física e ingeniería nuclear. Esta fue la clase de hombres y no pocas mujeres que algunos creen o quieren creer una turba ignorante y patética. Esto fueron los liquidadores.


Un helicóptero Mi-8 toca los cables de una grúa utilizada en la construcción del sarcófago y cae mientras intenta descargar arena con boro sobre el reactor abierto, el 2 de octubre. Las operaciones de liquidación se extendieron durante más de un año.

Les llamaban, y se llamaban a sí mismos, los bio-robots, que seguían funcionando cuando el acero cedía y las máquinas fallaban. No lo hicieron por el dinero, ni por la fama, de lo que tuvieron bien poco. Lo hicieron por responsabilidad, por humanidad y porque alguien tenía que hacer el maldito trabajo. Hoy quiero hablar de tres de ellos, que hicieron algo aún más extraordinario en un lugar donde el heroísmo era cosa corriente. Por eso, sólo se me ocurre denominarlos los tres superhéroes de Chernóbyl.

El monstruo del agua que brilla en azul.

Lo único que hay de cierto en estas suposiciones sobre la ignorancia de los liquidadores es que, en las primeras horas, no sabían que había estallado el reactor. Pero no lo sabían porque nadie lo sabía. La misma lógica errónea de los responsables de la instalación que provocó el accidente les hizo creer que había estallado el intercambiador de calor, no el reactor; y así lo informaron tanto al personal que acudía como a sus superiores. Hay una historia un tanto chusca sobre cómo los aviones que llevaban al lugar a destacados miembros de la Academia de Ciencias de la URSS se dieron la vuelta en el aire por órdenes del KGB cuando éste descubrió, a través de su equipo de protección de la central, que había explotado el reactor (además de sus atribuciones de espionaje por el que es tan conocido, el KGB "uniformado" desempeñaba en la Unión Soviética un papel muy parecido al de nuestra Guardia Civil, exceptuando tráfico pero incluyendo la seguridad de las instalaciones radiológicas).



En la mañana inmediatamente posterior al accidente, un helicóptero militar obtiene las primeras tomas de video donde se observa el reactor abierto y fundiéndose.

Debido a este motivo, en un primer momento se echaron sobre el agujero millones de litros de agua y nitrógeno líquido, con el propósito de mantener frío y proteger así el reactor que creían a salvo y sellado más allá de las llamas y el denso humo negro. Esto contribuyó a empeorar las consecuencias del siniestro, pues el agua se vaporizaba instantáneamente al tocar el núcleo fundido a más de 2.000 ºC; y salía disparada hacia la estratosfera en forma de grandes nubes de vapor que el viento arrastraría en todas direcciones.

De todos modos, tenía poco arreglo: era preciso apagar los enormes incendios. Cuando el fuego quedó extinguido por fin, no sólo había pasado la contaminación al aire, sino que ahora tenían una gran cantidad de agua acumulada en las piscinas de seguridad bajo el reactor. Estas piscinas de seguridad, conocidas como piscinas de burbujas, se hallaban en dos niveles inferiores y tenían por función contener agua por si fuese preciso enfriar de emergencia el reactor. También servían para condensar vapor y reducir la presión en caso de que se rompiera alguna tubería del circuito primario (de ahí su nombre), junto a un tercer nivel que actuaba de conducción, inmediatamente debajo del reactor. Así, en caso de ruptura de alguna canalización, el vapor se vería obligado a circular por este nivel de conducción y escapar a través de una capa de agua, lo que reduciría su peligrosidad.

Ahora, después de la aniquilación, estas piscinas inferiores estaban llenas a rebosar con agua procedente de las tuberías reventadas del circuito primario y de la utilizada por los bomberos para apagar el incendio y en el vano intento de mantener frío el reactor. Y sobre ellas se encontraba el reactor abierto, fundiéndose lentamente en forma de lava de corio a 1.660 ºC. En cualquier momento podían empezar a caer grandes goterones de esta lava poderosamente radioactiva, o incluso el conjunto completo, provocando así una o varias explosiones de vapor que proyectasen a la atmósfera cientos de toneladas de este corio. Eso habría multiplicado a gran escala la contaminación provocada por el accidente, destruyendo el lugar y afectando gravemente a toda Europa. Además, la mezcla de agua y corio radioactivos escaparían y se infiltrarían al subsuelo, contaminando las aguas subterráneas y poniendo en grave peligro el suministro a la cercana ciudad de Kiev, con dos millones y medio de habitantes, en una especie de síndrome de China.

Se tomó, pues, la decisión de vaciar estas piscinas de manera controlada. En condiciones normales, esto habría sido una tarea fácil: bastaba con abrir sus esclusas mediante una sencilla orden al ordenador SKALA que gestionaba la central, y el agua fluiría con seguridad a un reservorio exterior. Pero con los sistemas de control electrónico destruidos, esto no resultaba posible. De hecho, la única manera de hacerlo ahora era actuando manualmente las válvulas. El problema es que las válvulas estaban bajo el agua, dentro de la piscina, cerca del fondo lleno de escombros altamente radioactivos que la hacían brillar tenuemente en color azul por radiación de Cherenkov. Justo debajo del reactor que se fundía, emitiendo un siniestro brillo rojizo.

Así pues, como las máquinas ya no podían, era trabajo para los bio-robots.Alguien tendría que caminar, un paso detrás del otro, hacia el reactor reventado y ardiente a lo largo de un grisáceo campo de destrucción donde la radioactividad era tan intensa que provocaba un sabor metálico en la boca, confusión en la cabeza y como agujas en la piel. Viendo cómo tus manos se broncean por segundos, como después de semanas bajo el sol. Y luego sumergirse en el agua oleaginosa y de brillo tenuemente azul, con el inestable monstruo radioactivo encima de las cabezas, para abrir las válvulas a mano: una operación difícil y peligrosa incluso en circunstancias normales.

Ese era un viaje sólo de ida.

Al parecer, la decisión sobre quién lo haría se tomó de manera muy simple; con aquella vieja frase que, a lo largo de la historia de la humanidad, siempre bastó a los héroes:

–Yo iré.

Los tres hombres que fueron.

Los dos primeros en ofrecerse voluntarios fueron Alexei Ananenko y Valeriy Bezpalov. Alexei Ananenko era un prestigioso tecnólogo de la industria nuclear soviética, que había participado extensivamente en el desarrollo y construcción del complejo electronuclear de Chernóbyl: cooperó en el diseño de las esclusas y sabía dónde estaban ubicadas exactamente las válvulas. Casado, tenía un hijo. Valeriy Bezpalov era uno de los ingenieros que trabajaban en la central, ocupando un puesto de responsabilidad en el departamento de explotación. Estaba también casado, con una niña y dos niños de corta edad.

Los dos eran ingenieros nucleares. Los dos comprendían más allá de toda duda que se disponían a caminar de cara hacia la muerte.

Mientras se ponían sus trajes de submarinismo sentados en un banco, observaron que necesitarían un ayudante para sujetarles la lámpara subacuática desde el borde de la piscina mientras ellos trabajaban en las profundidades. Y miraron a los ojos a los hombres que tenían alrededor. Entonces uno de ellos, un joven trabajador de la central sin familia llamado Boris Baranov, se alzó de hombros y dijo aquella otra frase que casi siempre ha seguido a la anterior:

–Yo iré con vosotros.

Era media mañana cuando los héroes Alexei Ananenko, Valeriy Bezpalov y Boris Baranov se tomaron un chupito de vodka para darse valor, agarraron las cajas de herramientas y echaron a andar hacia la lava radioactiva en que se había convertido el reactor número 4 del complejo electronuclear de Chernóbyl. Así, sin más.

Ante los ojos encogidos de quienes quedaron atrás, los tres camaradas caminaron los mil doscientos metros que había hasta el nivel –0,5, dicen que conversando apaciblemente entre sí. Qué tal, cuánto tiempo sin verte, qué tal tus hijos, a ti no te conocía, chaval, yo es que no soy de por aquí. O parece que hoy vamos a trabajar un poco juntos, igual podemos acceder mejor por ahí, yo voy a la válvula de la derecha y tú a la de la izquierda, tú ilumínanos desde allá, parece que va a llover, ¿no?, E incluso está bien buena la secretaria del ingeniero Kornilov, ¿eh?, ya lo creo, menudo meneo le arrearía, pues me parece que este año el Dinamo de Moscú no gana la liga. Esas cosas de las que hablan los bio-robots mientras ven cómo su piel se oscurece lentamente, se les va un poquito la cabeza y la boca les sabe a uranio cada vez más, conteniendo la náusea, sacudiéndose incómodamente porque es como si un millón de duendes maléficos te estuvieran clavando agujas en la piel. Cinco mil roentgens/hora, llaman a eso.

Y bajo aquel cielo gris y los restos fulgurantes de un reactor nuclear, los héroes Alexei Ananenko y Valeriy Bezpalov se sumergieron en la piscina de burbujas del nivel –0,5, con una radioactividad tan sólida que se podía sentir, mientras su camarada Boris Baranov les sujetaba la lámpara subacuática. Ésta estaba dañada y falló poco después. Desde el exterior, ya nadie les oía ni les veía.

Pero, de pronto, las esclusas comenzaron a abrirse, y un millón de metros cúbicos de agua radioactiva escaparon en dirección al reservorio seguro preparado a tal efecto. Lo habían logrado. Alguien murmuró que los héroes Ananenko, Bezpalov y Baranov acababan de salvar a Europa. Resulta difícil determinar hasta qué punto tenía razón.

Hay versiones contradictorias sobre lo que sucedió después. La más tradicional dice que jamás regresaron, y siguen sepultados allí. La más probable asegura que llegaron a salir de la piscina y celebrar su victoria riendo y abrazándose a los mismísimos pies del monstruo, en el borde de la piscina; e incluso lograron regresar sus cuerpos, aunque no sus vidas. Murieron poco después, de síndrome radioactivo extremo, en hospitales de Kiev y Moscú. Aún otra más, que se me antoja casi imposible, sugiere que Ananenko y Bezpalov perecieron, pero el joven trabajador Baranov pudo sobrevivir y anda o anduvo un tiempo por ahí.

Esta es la historia de Alexei Ananenko, Valeriy Bezpalov y Boris Baranov, los tres superhéroes de Chernóbyl, de quienes se dice que salvaron a Europa o al menos a algún que otro millón de personas en miles de kilómetros a la redonda un frío día de abril. Fueron a la muerte conscientemente, deliberadamente, por responsabilidad y humanidad y sentido del honor, para que los demás pudiésemos vivir. Cuando alguien piense que este género humano nuestro no tiene salvación, siempre puede recordar a hombres como estos y otros cientos o miles por el estilo que también estuvieron por allí. No circulan fotos de ellos, ni han hecho superproducciones de Hollywood, y hasta sus nombres son difíciles de encontrar. Pero hoy, veinticuatro años después, yo brindo en su recuerdo, me cuadro ante su memoria y les doy mil veces las gracias.


FUENTE:http://www.facebook.com/profile.php?id=100002005151351&ref=ts VER foro de economia, Sr Lucas Guijarro
 

Nacho

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[video=youtube;Y8oVzYCBqNA]http://www.youtube.com/watch?v=Y8oVzYCBqNA"]http://www.youtube.com/watch?v=Y8oVzYCBqNA[/video]


VIDEO CLIP HOMENAJE A LOS LIQUIDADORES DE CHERNOBYL

Si has leído algo sobre la catástrofe nuclear mas grande de la Historia, sabrás que 23 bomberos de la Zona evitaron que los reactores restantes estallaran y que varios bomberos es un acto de arrojo atacaron directamente el fuego en el techo del reactor en llamas,para evitar a costa de sus vidas la muerte de miles de personas, mientras esperaban el refuerzo de los Bomberos de Kiev. Cuando el fuego estuvo controlado, el escape de radiación no lo estaba, entonces se llamo a los "liquidadores" gente que trabajo en la construcción del Sarcofago de hormigón para evitar que el mundo se contaminara en cantidades pavorosas de radiación. La mayoría de la gente que vas a ver en el vídeo, esta sin vida o muy enferma, incluso el que hace las primeras tomas en vídeo desde el Helicóptero, Y ahora que sabes lo que hicieron puedes mirar el vídeo clip musical con emoción y recuerdo a quienes lo dieron todo por los demás y con este el mas sincero Homenaje de Historia de Bomberos.


http://www.facebook.com/note.php?cr...303099741.4670.100002005151351&type=1&theater