líder de Compañiá, el teniente Friedrich Lengfeld ha encontrado el descanso eterno en la fosa No. 38 del cementerio de la comunidad en Düren-Rölsdorf. Era unl íder que nunca podría olvidar; un verdadero soldado, incluso en sus tratos con el enemigo. Es una tragedia que tuvo que morir en la mañana del 12/11/44. Él estaba tratando de ayudar a un soldado estadounidense gravemente herido, que estaba llorando por ayuda después de haber sido golpeado entre líneas, cuando él mismo pisó una mina terrestre.
El 7 de octubre 1994 Los Miembros de la 22ª Regimiento de Infantería Sociedad dedicó un monumento a un soldado alemán de la Segunda Guerra Mundial. El monumento se encuentra cerca de la entrada al cementerio militar en Hürtgen, Alemania, el lugar de descanso final de más de 2.900 soldados alemanes.Honra teniente Friedrich Lengfeld, un comandante de la compañía en el ejército alemán, que perdió la vida tratando de salvar a un soldado estadounidense herido.
Posiblemente puede ser el único monumento erigido en cualquier lugar, por ex soldados de Estados Unidos, en honor a un acto de valentía por un soldado alemán, que en el momento del acto, era un enemigo en la guerra con los Estados Unidos.
Un soldado que consiguió salir con vida se retiró Mayor General John F. Ruggles de Phoenix, 86. Él era entonces un teniente coronel de servir con el Regimiento de Infantería 22. Para conmemorar el 50 aniversario de la batalla en 1994, Ruggles organizó un esfuerzo entre los veteranos del Regimiento de colocar un monumento en el bosque. Es un monumento muy diferente. A diferencia de otros tributos de la Segunda Guerra Mundial, éste no honra a nuestros propios soldados. Éste honra a un acto no anunciado de la humanidad por un joven de 23 años de edad, el teniente de infantería alemana.
Ruggles no estaba interesado en atención de los medios, y la dedicación del monumento no recibió cobertura de prensa en los EE.UU.. Pero un amigo le convenció de que a otros les gustaría escuchar la historia.
La placa en el monumento erigido por LT Friedrich Lengfeld.The inscripción (en Inglés y alemán) se lee:
Nadie tiene mayor amor que el que
su vida da por su enemigo.
EN MEMORIA
DE
TENIENTE FRIEDRICH Lengfeld
Aquí en Huertgen Bosque el 12 de noviembre de 1944,
el teniente Lengfeld, un oficial alemán, dio su vida
al tratar de salvar la vida de un americano
soldado yacía gravemente herido en la "Wilde
Sau campo de minas "y apelando a la ayuda médica.
COLOCADA EN ESTE SITIO EN 07 de octubre 1994
El 12 de noviembre de 1944, el teniente Friedrich Lengfeld estaba al mando de una compañía de fusileros alemán. Como la mayoría de las unidades de ambos bandos, que había sufrido muchas bajas. Temprano por la mañana, un estadounidense herido podía oírse llamar desde el medio de un campo de minas alemán en una tierra de nadie que separa a los combatientes.
"Ayúdame", gritó el hombre. Su unidad había retirado, sin embargo, y no hay soldados estadounidenses fueron lo suficientemente cerca como para escuchar. Lengfeld ordenó a sus hombres que no disparen si los estadounidenses llegaron a rescatar al hombre. Pero ninguno llegó. Voz debilitamiento del soldado se escuchó durante horas. "Ayúdame", gritó una y otra vez. A eso de las 10:30 de la mañana, Lengfeld soportaba los gritos ya no. Formó un equipo de rescate, con chalecos y banderas de la Cruz Roja, y condujo a sus hombres hacia el herido.
Nunca llegó. Al acercarse al soldado, pisó una mina terrestre, y los fragmentos de metal en explosión desgarró profundamente en su cuerpo.
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Ocho horas más tarde Lengfeld estaba muerto. El destino de la estadounidense sigue siendo desconocido.Gran parte de esta historia, no publicado en ningún libro de América en la guerra, se basa en el relato de un testigo de Hubert Gees, quien se desempeñó como corredor de comunicaciones de Lengfeld.
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En su intervención en la dedicación del monumento en Alemania en octubre pasado, Gees dijo: "Teniente Lengfeld fue uno de los mejores soldados del Bosque Hürtgen. Él era un comandante de la compañía ejemplar, que nunca nos pidió que hacer algo más que él mismo estaba dispuesto a dar. Poseía la plena confianza de sus soldados ".
Ruggles dijo sentido del deber de Lengfeld iba mucho más allá de la llamada. "No se puede ir a cualquier extremo mayor que el que da su vida tratando de rescatar a alguien que está luchando como su enemigo en la guerra", dijo. "Compare esto con la indiferencia mayoría de las personas sienten el uno del otro en la actualidad." El monumento de bronce y hormigón se cree que es el único puesto por los estadounidenses en un cementerio militar alemán.
Para el joven teniente, la voz que clama ese día no vino de un enemigo. Tampoco de un americano, ni un extraño. Venía de un ser humano que necesita. Algo dentro Lengfeld le obligó a actuar - un sentimiento tan fuerte y no soportando incluso la locura de la guerra podría bloquearlo. En el pesado silencio del bosque alemán, donde miles y miles de personas encontraron la muerte, ese impulso glorioso para la vida es ahora honrado.
