
Hay una persona desaparecida por el fuego declarado este lunes. Las llamas siguen avanzando hacia el centro de Funchal y ya son 500 las hectáreas calcinadas.
Al menos tres personas de la misma familia han muerto cuando se encontraban en casas próximas a la población de Santa Luzia por el incendio que mantiene varios frentes abiertos en Funchal, la capital de la isla de Madeira. Hay cerca de un millar de desalojados y una persona desaparecida que continúa en paradero desconocido. Según el alcalde de la ciudad, Paulo Cafôfo, ya se cuentan 300 heridos hospitalizados.
La mayoría no revisten gravedad, solo se encuentran ingresados por inhalación de humo o por pequeñas heridas. Según Cafôfo, "los bomberos intentaron rescatar a uno de los fallecidos en el momento en el que se le estaba quemando la casa, pero ya no pudieron hacer nada". Los otros dos cuerpos fueron hallados carbonizados en el interior de sus viviendas.
"Hay más de un centenar de casas afectadas por las llamas, un hotel totalmente calcinado y otros cinco han sido desocupados".
En la comarca de Funchal hay diez poblaciones en las que se han registrado incendios forestales. "Por suerte están remitiendo. Ya ha bajado un poco el peligro", ha explicado el regidor. Eso sí, "la noche ha sido muy complicada por el viento y las altas temperaturas" que han reavivado algún foco de los fuegos de Funchal.
Hay más de un centenar de casas afectadas por las llamas, un hotel totalmente calcinado y otros cinco han sido desocupados para evitar riesgos. La mayoría de los turistas extranjeros evacuados son alemanes e ingleses y hay "muy pocos españoles".
De momento, en una primera estimación, habría alrededor de 500 hectáreas quemadas por los doce fuegos en la capital de la isla, que empezaron el lunes y han ido avanzando desde la pasada noche hacia el centro históricos de Funchal. De esa decena al menos ocho siguen activos, casi todos en el centro-norte del país, según ha informado la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC).
Funchal, con unos 120.000 habitantes, es una ciudad con una orografía muy escarpada que dificulta las labores de extinción y que en esta época del año acoge a miles de turistas. El aeropuerto de la ciudad, uno de los más transitados de Portugal, llegó a cancelar varios vuelos debido al fuerte viento que aviva las llamas y también se cortaron varias carreteras.
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