La Fiscalía imputa a los dos acusados de provocar el fuego de Horta de Sant Joan cinco homicidios imprudentes por los agentes fallecidos, y también una multa de casi ocho millones de euros y la inhabilitación durante la condena
En julio de 2009 se produjo el más grave incendio de los últimos años en Cataluña. Ocurrió en Horta de Sant Joan (Tarragona), y en el suceso murieron cinco bomberos. Todo apuntó a que el fuego fue provocado, y hubieron más de 1.000 hectáreas arrasadas. El proceso judicial ha sido lento, y ahora la Fiscalía pide 19 años de cárcel para los dos presuntos pirómanos.
La Fiscalía de Tortosa imputa a Juan Antonio Paz y a Lorenzo Ferrer cinco delitos de homicidio imprudente, un delito de lesiones por imprudencia y otro por incendio forestal. Además de estas peticiones de cárcel, el Ministerio Público también reclama indemnizaciones millonarias para restituir los daños a los familiares de las víctimas, a más de 30 propietarios afectados y a las administraciones. La multa puede ascender hasta los ocho millones de euros.
Conclusiones
El Ministerio Público de Tortosa presentó su escrito de conclusiones del procedimiento sumario en la Audiencia de Tarragona. Los cinco agentes del cuerpo de los Bomberos de la Generalitat, que concretamente pertenecían a la demarcación de Lleida, perdieron la vida en el segundo día del incendio. También se pide la completa inhabilitación por cada uno de los dos acusados mientras dure la condena, siempre a la espera del juicio.
A los dos acusados también se les reclama las citadas indemnizaciones, que son importantes. Tras la investigación del incendio, se comprobó que hay 29 propietarios particulares que reclaman ser compensados por las pérdidas sufridas, con algunas peticiones de hasta 60.000 euros.
Por su parte, la Generalitat reclama más de 7,5 millones de euros, desde diferentes departamentos. Además, el Ministerio de Medio Ambiente pide 700.000 euros por los daños medioamabientales causados. A falta del correspondiente juicio, estas son las peticiones de las administraciones. Las defensas aún tienen que presentar sus escritos antes de que pueda ponerse fecha al juicio una vez hayan pasado las pertinentes cualificaciones. En sus conclusiones, la Fiscalía considera probada la autoría del fuego por parte de los dos acusados, así como el dolo en su acción, es decir, la intención de hacer daño.
El fuego empezó el 20 de julio de 2009, cuando uno de los acusados, según el fiscal, apiló ramas en una explanada al lado del barranco de Covars, mientras el otro le tomaba fotografías, y sin hacer un círculo de seguridad, «prendieron fuego a la pila de madera plenamente conscientes de las consecuencias que comportaba», tal y como expone el escrito del fiscal.
Enseguida el fuego tomó grandes proporciones. Al día siguiente, el 21 de julio, se desmadró con un cambio de viento que registró ráfagas de 40 kilómetros por hora, lo que acabó por complicar todas las tareas de extinción.
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