
Javier Santos, Diego Gómez y Juan Carlos del Toro relatan cómo fue el rescate de una mujer que quería quitarse la vida en una de las traviesas del puente sobre la Ronda Norte
Javier Santos, Diego Gómez y Juan Carlos del Toro son los tres bomberosdel Ayuntamiento de Sevilla que el pasado sábado se jugaron la vida en una viga de la Ronda Urbana Norte para salvar a una mujer que quería suicidarse. Su intervención, el momento en que agarraban a la víctima y la bloqueaban para impedir que se lanzase al vacío, fue grabada en vídeo y minutos después ya estaba en miles de teléfonos móviles de toda España, y al día siguiente en los telediarios de todas las cadenas nacionales. No había arneses ni ningún otro elemento de protección. Ni se pudo acercar el camión con la escala. No daba tiempo. La mujer se había tomado dos blísters de Valium 10 y se tambaleaba sobre la viga. "Pensamos que se nos iba a caer cuando estuviéramos a un metro, afortunadamente no fue así y todo salió bien". Había que jugarse el tipo. "Para eso somos bomberos", dicen, orgullosos, después de que el alcalde, Juan Espadas, los felicitara este lunes en el Ayuntamiento.

"Era una situación muy crítica, un escenario muy feo", dice Javier Santos, el primero que la agarró. "Nos encontramos a una persona en medio de una de las vigas del puente, chillando que se quería suicidar, que se quería reunir con su madre. Estabaautolesionada, tenía sangre en las muñecas como de haberse intentado cortar las venas, e iba también medicada". Aquello obligó a una intervención muy rápida. "Pocas veces habrá trabajos nuestros en los que los segundos cuenten como tales. Es que no se podía mantener en pie. Hicimos un trabajo previo de comunicación, intentando ganarnos su confianza para que pudiéramos cogerla".
"TUVIMOS QUE SER MUY RÁPIDOS, LA MUJER SE PODÍA CAER EN CUALQUIER MOMENTO"
Cuentan que apenas podía manener una conversación y sólo insistía en su deseo de encontrarse con su madre muerta. "Al llegar quitamos las sirenas para que no nos viera como una amenaza". Diego Gómez se acercó a ella y le ofreció su teléfono móvil para que hablara con un familiar. Por el otro lado, Javier Santos se quitó el casco para transmitirle más tranquilidad y se colocó a su altura. "Yo sólo le decía que quería hablar con ella, le preguntaba si esa decisión era la mejor. Y poco a poco aprovechaba para ir acercándome".
Mientras Diego se guardaba el móvil porque "aquello no funcionó", a la mujer se le cayó uno de los blísters con sus pastillas. Eso le hizo perder por un momento el contacto visual con los Bomberos y buscar con la mirada el sitio en el que habían caído las pastillas. Javier aprovechó el momento y tomó una decisión crucial. Se levantó y avanzó un par de metros por la viga hasta llegar a la mujer y agarrarla. "Ese momento fue el más complicado. No sabíamos qué iba a hacer, si se iba a intentar tirar, iba a patalear o cuál iba a ser su reacción. Todo es muy rápido. Lo único que se puede hacer es asegurarla cuanto antes". Cuando Javier la tenía agarrada, Diego llegó por el otro lado y colocó las piernas de la mujer entre las suyas, apretando y formando un bloque con su compañero y la víctima. Por detrás de Javier aseguraba el grupo Juan Carlos del Toro, el más veterano, hijo de Joaquín del Toro Anta, uno de los dos bomberos que murieron en el incendio de Vilima en 1968. Él era muy pequeño. No había mejor forma de honrar la memoria de su padre, casi medio siglo después.
Una zona de fácil acceso con vallas demasiado bajas
Los bomberos que participaron en el rescate de la mujer que quería suicidarse pidieron ayer la colcación de unas vallas más altas para que no se pueda acceder a las vigas sobre la Ronda Norte. "Yo mismo he visto a veces a niños del Vacie correteando por ahí arriba", explicó uno de los funcionarios, que también aseveró que es un lugar en el que se han suicidado ya varias personas.
http://www.diariodesevilla.es/