La necesidad de contar con sistemas de alerta sonoros ante la ocurrencia de sinistros, ha estado presente en nuestra institución desde sus inicios y a lo largo de todo el país.
Con anterioridad al 30 de junio de 1851, fecha de fundación del cuerpo de bomberos voluntarios de la ciudad de Valparaíso, el aviso de incendio era dado por los puestos de vigilancia que se ubicaban a lo largo de toda la ciudad, y que eran cubiertos por los ya extintos “zapadores Bomberos”, pertenecientes al ejercito de chile, y por ende remunerados en el ejercicio de su función, tal es el caso de la ciudad de santiago.
Una vez disuelta la unidad de bomberos pagados e instaurado el sistema de Bomberos Voluntarios, el aviso de incendio era dado por los antiguos serenos, los cuales presurosos corrían a las iglesias más cercanas y por medio de las campanas, daban el toque de “fuego” que alertaba inmediatamente a los voluntarios de la emergencia que se originaba en la ciudad.
Ahora bien, en el caso de la ciudad de la serena, la necesidad de contar con una alarma sonora propia, recién se materializo el año 1903, cuando a partir de la fundición de un antiguo cañón de bronce usado en sus tiempos por la artillería de costa( actual infanteria de marina), y abandonado en las dunas de la playa de nuestra ciudad, se concretó la confección de la campana de cuartel, cuya fundición y elaboración se realizó en la “hardley and company”, ubicada en la ciudad de Valparaíso.
El uso de la campana de bronce por los bomberos, fue limitado en cuanto al tiempo, toda vez que ya iniciado el primer decenio del siglo veinte, el cuerpo de bomberos de la serena, adquiere una sirena de cuartel eléctrica, la cual no estuvo ajena a los constantes cortes de electricidad que se suscitaban en nuestra ciudad.
especificamente en aquellas ocasiones en que la tierra temblaba y causaba estragos de tal magnitud, que obligaban a la autoridad correspondiente, a dar el corte de energia electrico. Ante tal situación se ordenaba la puesta en funcionamiento inmediata de la campana de bronce, como medio de aviso en caso de incendio.
Hoy en día nuestra campana de bronce, es considerada reliquia institucional, y su uso se limita exclusivamente a los funerales de algún voluntario miembro de nuestras filas.
De aquí podemos desprender su mística, importancia y trascendencia, la cual perdura hasta nuestros días y avanza firme de la mano junto a nuestra tradición bomberil.
