Incendio más grande de la década dentro de las 4 avenidas deja daños millonarios

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1 Dic 2010
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Chile
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No hubo en Chillán quien no se enterara que la bodega de la Importadora Panamá se estaba incendiando, a eso de las 15 horas de ayer, en la Avenida Collín.


No sólo porque el negro humo cubrió gran parte del centro de la ciudad, o porque el denso olor a plástico quemado se sintió por horas, incluso hasta la calle Vega de Saldías, sino porque muchos chillanejos lamentaron que el corazón de esta empresa local, que por más de 30 años fue el lugar de los regalos para cumpleaños y navidades de todos los niños de la ciudad, se hubiese perdido en medio de un fuego enérgico, como no se recordaba por estos lados desde los incendios de la Ferretería Madrid, de L.L. Autos, o la de la Puelchoteca, a fines de la década del 90, según evocaron Bomberos.
Daniel Facuse, el dueño de la empresa, no paraba de hacer y recibir llamadas, mientras veía impotente cómo cerca de 250 voluntarios de Bomberos de Chillán, Chillán Viejo, Coihueco, Quillón, San Carlos, Bulnes y San Nicolás luchaban por evitar una tragedia aún peor, considerando que el fuego arremetía amenazante contra sus vecinos de la empresa Hidrocentro, quienes tenían apilados toneladas de mangueras, tuberías y estanques de PVC justo en la pandereta que los separaba de la insigne juguetería.
Facuse, dentro de su nerviosismo, demostraba entereza y recordó que “la bodega funcionaba desde hace más de 15 años en el lugar, antes la usábamos también como sala de ventas, pero ahora sólo era la bodega”.
La Panamá llegó a principio de los 80 a Chillán, dentro de la Galería Portales, y luego abrió otros locales en el centro y hasta tuvo una sucursal en el Mall. Hoy sólo están los dos locales de ventas en calle 5 de Abril y en El Roble, los que se estima no darán abasto en esta próxima Navidad.
Pese a que Facuse aclaró que tanto el edificio como la mercadería estaban asegurados (Mapfre, Seguros), no logró ser capaz de dar un estimativo de las pérdidas que le dejó el siniestro. Quien sí dio luces de la inversión perdida fue su pareja, Silvia Rodríguez, quien precisamente es quien revisa el tema de los seguros del local. Señaló a LA DISCUSIÓN que “sólo el edificio tenía un costo cercano a los mil millones de pesos, porque era una estructura de muy buena calidad y son más de mil metros cuadrados. De hecho esta bodega llega hasta el lado del canal (estero Las Toscas)”.
posible recalentamiento
Al momento de iniciarse el fuego, en la parte posterior del segundo piso del edificio, en el lugar había cinco empleados, quienes advirtieron el humo, estando ellos al fondo de la bodega.
“Ellos trataron de apagar el fuego con los extintores, de hecho se les acabaron todos, pero como la sala se empezó a llenar de humo no les quedó más que salir y llamaron a Bomberos”, acotó Silvia Rodríguez.
Puesto que no hay testigos del momento en que comenzaron a desarrollarse las llamas, no hay precisa claridad del origen del siniestro, sin embargo el estado que presentaba parte del cableado eléctrico hizo presumir en primera instancia que el motivo tendría como base un recalentamiento en el sistema eléctrico. De todas formas, el local contaba con todas las medidas de seguridad, incluyendo sensores de humo.
cuatro bomberos heridos
Eran ya cerca de las 19 horas y el hormigueo de bomberos y carabineros había bajado en intensidad.
El calor y la intensidad de las llamas obligó al personal de rescate, que debió pedir refuerzos desde comunas, estar haciendo constantes cambios de turno para poder tomar aire, descansar e hidratarse.
“Pero aún tenemos por lo menos para dos o tres horas más acá, porque en la parte posterior de la bodega hay algunas estructuras metálicas que cedieron y se nos ha hecho difícil el acceso”, explicó el segundo comandante de Bomberos, Marcos Soto.
Por lo demás habían rumas de plástico derretido que superaban los tres metros de altura, las que no podían ser finiquitadas, ya que hervían por dentro y eran un constante foco de rebrote, peligro que se concretó a las 22.15 horas de anoche, generando un nuevo llamado general del Cuartel de Bomberos, el que afortunadamente no pasó a mayores y se controló en forma más que eficiente .
“Lamentablemente, hubo cuatro voluntarios lesionados, todos ellos de la Cuarta Compañía”, advirtió el vicesuperintendente, Pablo Pinto. “Dos de ellos sufrieron intoxicación, porque el material plástico que se está quemando genera un humo muy nocivo. Otros dos sufrieron cortes y contusiones en sus piernas y en sus pies, afortunadamente sólo de menor complejidad y tras ser atendidos aquí mismo por personal del Samu, fueron dados de alta”, precisó.
Sólo uno de ellos, que ingresó por intoxicación, debió permanecer hospitalizado.

El más grande de la década
En tanto, el superintendente de Bomberos Chillán, Carlos Barrientos, no dudó en tildar esta tragedia como “el incendio más grande dentro de las cuatro avenidas, en a lo menos 10 años. Hubo varios otros en las antiguas barracas que había antes en esta calle y también estuvo el de la Ferretería Madrid, pero eso fue hace más de 15 años y el último de proporciones que hubo en los últimos años fue el que afectó a las Cecinas Bengoa, pero este es al menos 10 veces más potente”.
Fue el mismo Barrientos quien explicó que el hecho de que la bodega estuviera encajonada entre dos grandes cortafuegos generó dos fenómenos. El primero, que las llamas se energizaran dentro de la bodega en forma muy violenta, generando un recalentamiento de toda la estructura y subiendo la temperatura del lugar a niveles apenas soportables por los bomberos.
Y en segundo lugar, que gracias a eso y al impresionante despliegue bomberil, ni el gimnasio Vic-Sport, ni Hidrocentro, hayan visto afectadas ni estructuras ni implementos. Sólo padecieron de una gran humareda.

Viejo pascuero en deuda
Podría haber sido lo monetario, los años de esfuerzo perdidos y tantas otras calamidades asociadas las que en un primer análisis afectaron el ánimo de Daniel Facuse.
Sin embargo el empresario sólo se manifestó preocupado por el estado de salud de los bomberos lesionados y porque “lamentablemente habían muchas municipalidades que habían licitado compras de juguetes para los niños de escuelas públicas, en el contexto de la Navidad. Es triste, pero no podremos cumplirles como nos hubiese gustado”, dijo, sobre una probable ausencia de regalos antes de Navidad.
Para hoy se espera que haya claridad en los montos de la inversión perdida y en ver cómo lo harán los municipios para no defraudar a esos niños de las escuelas públicas.

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