La tarde del lunes pasado Patricia Ojeda Quintana junto a su hijo Carlos Orellana estaban tranquilamente en su hogar cuando sintieron un estruendo desde la cocina, el cálefont había explotado y las llamas aparecieron en cosa de segundos.
Los bomberos de Coltauco junto a vecinos trabajaron arduamente para apagar las llamas y tratar de mermar la propagación del incendio, pero este consumió por completo la cocina que era una ampliación de material más ligero, ya que el resto de la vivienda era de estructura sólida. Además de los dormitorios y el segundo piso, solo el living quedó menos quemado por la acción del fuego, pero el agua que se usó para apagarlo terminó por destruirlo.
El segundo piso estaba acondicionado para la llegada de Carlitos, el nieto de Patricia de tan solo 15 días de vida, quien afortunadamente junto a su madre Andrea, se encontraban en Rancagua en control médico y no fueron testigos de esta tragedia.
La familia Orellana Ojeda hace un año vivió un gran dolor, el inesperado fallecimiento del jefe de hogar, y que poco a poco han ido superando y nuevamente este lunes el infortunio tocó a sus puertas y los dejó de brazos cruzados.
Los damnificados son 4 adultos y el pequeño Carlitos. Por ahora gracias a la generosidad de familiares, podrá pasar las noches resguardados del frío y las lluvias que están pronosticadas para este jueves, mientras logren reconstruir su vivienda.
Se pide al municipio y los vecinos cooperen con esta familia, ya que quedaron con lo puesto, y todo lo que se había comprado para recibir al nuevo integrante de la familia quedó convertido en cenizas, la ropa, pañales, cuna, juguetes desapareció tras el infortunado siniestro.
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