Chelokee, la historia dice que tras producido el incendio del Templo de la Compañía de Jesús, y sólo cuando la gente asistente tomo real conciencia de lo que estaba ocurriendo (el fuego ya llevaba varios minutos de avance), intentaron salir en tropel hacia la calle.
La muchedumbre atestó la puerta principal y se formó una masa humana compacta que impidió que la gente pudiera salir. Cuando esos cuerpos comenzaron a arder, los santiaguinos que estaban en la calle intentaban sacar a los tirones a quienes extendian sus brazos en una súplica constante.
Como el calor reinante era tan alto, se les extendieron péqueños árboles para que se afirmaran de ellos, tirandolos hacia la calle. Pero como la masa era tan compacta, las ramas se quemaban antes de lograr sacar nadie.
En medio de esa desesperación se apreció la acción de un hombre montado a caballo que con su lazo logro lacear a varias mujeres de las que clamaban por sus vidas, arrastrándolas con su brioso corcel. Logró hacer varios rescates hasta que se corto su lazo ya quemado, no pudiendo repetir su valerosa acción.