Escudo de Chile. Su Historia

Nacho

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El escudo de la Patria Vieja (1812-1814). ¿Tenía una pareja de "indígenas"?

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"Nuestro primer Presidente / Don José Miguel Carrera / Nos dio una Constitución / Con Patria, Escudo y Bandera" (Letra de una cueca de la tradición folklórica urbana chilena)

El Primer Escudo de Chile fue creado por quien fuera técnicamente también su primer Presidente, el General José Miguel Carrera. Su aspecto y su empleo oficial ha generado algunas diferencias e incoherencias en el relato de varios autores que intentaremos resolver.

Gastón Soublette rescata una nota dada por el diario "La Aurora de Chile" sobre el debut de este escudo el 4 de julio de 1812, durante una fiesta pública celebrada en Santiago en homenaje al aniversario de la Independencia de los Estados Unidos. Las referencias históricas también enseñan que, en ese mismo encuentro, se presentó la primera Bandera Nacional (ver más abajo). El número 22 del primer diario de Chile describió esta noticia.

Este hermoso escudo iba a ser mostrado en acto oficial ante el público el 18 de septiembre siguiente, en el aniversario de la Declaración de Independencia. Sin embargo, los costos de los preparativos postergaron la presentación hasta el 30 de septiembre. Ese día, el Presidente Carrera presentó solemnemente los emblemas ante la nutrida concurrencia y se realizó durante la mañana un Te Deum en la Catedral de Santiago. La fiesta se prologó hasta el amanecer del día siguiente, luego de los actos realizados durante la noche frente al Palacio de la Casa de Moneda, futura residencia de los presidentes de Chile.

El emblema estaba compuesto de una columna que representaba el Árbol de la Libertad, con un globo terráqueo en la cúspide, coronado por una alabarda cruzada con una rama de palma, sobre las cuales había una estrella. A ambos lados, había un hombre y una mujer que la tradición identifica con indígenas, acompañados de las frases "Post tenebras lux" y "Aut consilio aut ense".

Ahora bien, ¿es verdad que este primer escudo incluía a la supuesta pareja de indígenas en su diseño?. Esta es otra afirmación que ha rondado largamente en los libros de historia y que se ha repetido incluso en los libros de educación escolar y recreaciones históricas. Al parecer, la referencia sobre este aspecto indígena de los personajes proviene de la descripción del escudo que realizara el escritor realista Fray Melchor Martínez, en la "Memoria Histórica de la Revolución de Chile", al verlo en la presentación oficial del 30 de septiembre. Dice, citado por Soublette:

"En lo más elevado de la portada principal se veía un alto monte o cordillera sobre cuya eminencia aparecían muchos rayos de luz con una inscripción en la parte superior que decía: Aurora Libertates Chilensis (La Libertad aleja las tinieblas). Al pie de este lienzo estaba colocado otro de figura ovalada, cuyo centro ocupaba un grande escudo, y en él se veía retratada una robusta columna, en cuya cúspide aparecía un globo, y en su cumbre una lanza y una palma cruzadas; sobre todo esto se descubría una radiante estrella encumbrada con alguna distancia".

"A la siniestra de la columna, estaba gallardo un joven vestido de indio, y a la diestra una hermosa mujer con el mismo traje; una inscripción superior decía: Post Tenebras Lux; y a la inferior: Aut Concilio Aut Ense (La luz después de las tinieblas y Por consejo o por la espada). Ambos lienzos estaban interior y exteriormente graciosamente iluminados, para que desde lejos pudieran ser vistas y notadas claramente todas sus particularidades, y con el mayor cuidado, el nuevo y característico escudo adoptado por la reciente República chilena".

Pero la mayoría de las versiones que se conocen del escudo nacional de la Patria Vieja son sólo reproducciones a memoria o tomadas de crónicas como la que hemos citado recién, ya que el original nunca llegó a ser publicado como dibujo por don José Miguel Carrera en "La Aurora de Chile". Tampoco ha sobrevivido ningún boceto del escudo en su etapa creativa.

Según un estudio presentado por el ex diplomático y miembro de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, José Miguel Barros, la pareja que estaba originalmente en la imagen serían en realidad los dioses romanos Marte y Venus, en representación de la guerra y la paz, respectivamente, en coherencia con las frases solemnes que acompañaban el diseño. Sin embargo, no parece menor la referencia de Fray Martínez, según la cual los personajes efectivamente vestían a la usanza de los indígenas, como sigue creyéndolo la mayoría de los historiadores chilenos.

Con el Tratado de Lircay, en 1814, este emblema carrerino fue rápidamente abolido, como todos los símbolos que no fueran los de estricta sumisión a España. De ahí surge el problema de que rondaron algunas versiones e interpretaciones diferentes sobre su aspecto, hasta junio de 1817 aproximadamente, cuando apareció una versión que no incluía a la pareja y que sirvió de base para la creación del siguiente escudo, conocido como de la Transición, y que veremos más abajo.

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Los tres Escudos de la Historia de Chile: el de la Patria Vieja, el de la Transición y el Actual.
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¿"Indígenas" o dioses del mundo clásico? La representación de la izquierda corresponde a uno de los escudos que nos parecen más fieles al aspecto original del creado por Carrera hacia 1812. Figura en la obra "Chile en 1910: edición del centenario de la independencia", de Eduardo Poirier y Marcial Martínez. Las imágenes de la derecha en fondo oscuro corresponden a estatuas de los dioses romanos Marte (en Lugo) y Venus (en Roma). Las semejanzas son innegables, a pesar del convencimiento general de que la pareja del Escudo de la Patria Vieja corresponde a un hombre y una mujer indígenas. Sin embargo, la mayoría de los historiadores no considera del todo correcta esta teoría.
 

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Escudo de la Transición (1817-1819). Su carácter americanista y distintas versiones
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El segundo escudo patrio chileno corresponde al llamado Escudo de la Transición. Es una columna jónica con un mundo en su cima y custodiada por las tres estrellas que, se dice, representaban a Santiago, Concepción y Coquimbo, aunque veremos que para entonces también se trabajaba un concepto parecido para la bandera de la Expedición que partió al Perú, con tres estrellas que representaban la unidad sudamericana por la liberación del yugo español (Chile, Perú y Argentina).

Aparece una tenue referencia a una parte del diseño del escudo en la Gaceta del Supremo Gobierno de Chile del 8 de abril de 1817. Allí se menciona la adopción de un sello y un pabellón patrio donde aparecen "abatidos los leones y castillos de España".

Además de su naturaleza antihispánica, la inspiración de este escudo tiene algo de sumisión a los dogmas americanistas y anticarrerinos que inspiraron la intervención de la Logia Lautarina en Chile. De hecho, su primer izamiento oficial tuvo lugar el día 25 de mayo de 1817, en el día aniversario de la Revolución de Buenos Aires (!), que Bernardo O'Higgins celebró con gran pomposidad en Santiago.

Sin embargo, este escudo se inspiraba en una modificación del emblema de la Patria Vieja, que en junio de 1817 suprimió a la pareja humana que custodiaba el símbolo y coronó el mensaje sólo con la palabra "Libertad". Luego, en octubre, aparece una versión más simple y compacta, sin la palabra"Libertad" y con un marco formado por banderas. Esta versión se alcanza a observar al interior de la bandera jurada del año siguiente.

La versión más conocida del Escudo de la Transición fue presentada a la luz el 23 de septiembre de 1819, día en que fuera aprobada por la Cámara de Senadores de la República. Consistía en un óvalo azul con una columna también de tipo clásica parecida a del escudo carrerino, con un mundo en su cima pero esta vez concentrado en Nueva América, y custodiada por las tres estrellas antes citadas y por nuevamente con la palabra "Libertad", acompañados de dos hojas de laurel que rodean el conjunto y de las que asoman cañones, puntas de lanza, bayonetas y, en general, alusiones a todo espectro de la armería militar que participó de la Liberación de América, en orden consecutivo y cronológico: caballería, infantería, dragones, artillería y bombardería.

El Escudo de la Transición presenta algunas versiones más complejas, en las que se le presentaba con un personaje que sostenía por sobre su cabeza el conjunto mientras yacía sentado sobre un caimán americano que muerde con ferocidad al León de Castilla y a la bandera de España, todo sobre la alegoría de la Fortuna, representada en el cuerno de Analtea. Esta versión fue inmortalizada por José Gil de Castro. Se interpreta al personaje como un "indígena", aunque su alusión parece tomada más bien del mito del dios clásico Atlas. A veces, se rodea al conjunto aún con más elementos, como banderas chilenas a ambos lados. Estas versiones son estudiadas por Soublette en "La Estrella de Chile".

Puede ser, sin embargo, que tales versiones se hayan enfrentado tempranamente a la recuperación de la sensatez y al abandono de los sentimientos antiespañoles que acompañaron el proceso de emancipación, quedando condenadas a segundo plano, como veremos abajo. Además, su concepción esencialmente ligada a la Logia Lautarina le dio una connotación y una cantidad de alusiones tan concentradas en la identidad latinoamericana, que la función como símbolo nacional comenzó a ser cuestionada por los patriotas, provocando la decisión de reemplazarlo en 1832. Esto daría pie a la creación del actual escudo chileno.

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El actual escudo nacional (1832-1834). Origen de la frase "Por la Razón o la Fuerza"
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En 1832, durante el Gobierno del General José Joaquín Prieto, se materializó el interés por usar un nuevo escudo nacional distinto de los emblemas de la Transición que, como hemos visto, habían sido concebidos bajo la fiebre de la unidad americanista y de la alianza antihispánica con países vecinos que se mostraban cada vez más hostiles y poco hermanables para con Chile y entre sí. El escudo había caído en franco desuso y el gobierno se apresuró a crear un nuevo y definitivo símbolo.

Se llamó por ley a concurso público para la presentación de distintos modelos sugeridos para el nuevo escudo nacional. El diseño ganador fue presentado por el artista Carlos C. Wood Tylor. Su propuesta fue enviada al Congreso Nacional, siendo aprobada el 24 de junio de 1834 y promulgada el 26 siguiente. Estaba compuesto por un heraldo dividido en azul y rojo con una estrella blanca biselada al centro, custodiada por un huemul y un cóndor coronados, a cada lado. Sobre el heraldo se levanta un penacho de tres plumas con los tres colores de la bandera, símbolo usado antaño por los Presidentes de la República.

Las motivaciones patrióticas del afán de revisión del escudo quedan manifiestas en el mensaje preliminar del proyecto de ley de junio de 1834 para cambiarlo, redactado por José Ignacio Zenteno para el Ministro Joaquín Tocornal:

"La República debe tener un escudo de armas que la simbolice conforme al uso casi inmemorial de todos los pueblos y naciones; no puede considerarse como tal el que se introdujo en los primeros fermentos de la revolución, porque a más de haber carecido de la sanción de autoridad competente, no contiene pieza alguna alusiva al grande objeto a que se encamina. Ha creído pues, el Gobierno, que no debiéndose tolerar por más tiempo ese escudo insignificante y abortivo, se sancione de una vez el que reúna a la legalidad de su origen la propiedad de la alusión."

"Al efecto, se ha hecho presentar varios diseños y entre los que parece haberse acercado más a desempeñar el asunto, es el que se tiene la honra de adjuntar".

"En él observará el Congreso un campo de dos esmaltes, cuyos bien conocidos atributos cuadran perfectamente con la naturaleza de nuestro país y el carácter de sus habitantes. Alude también al antiguo distrito colonial de Chile y al territorio de Arauco, importante adquisición de la República. La estrella de plata es el blasón que nuestros aborígenes ostentaron siempre en sus pendones, y el mismo que presenta ese caro pabellón, a cuya sombra se ha ceñido la patria de tantos y tan gloriosos laureles; puede también referirse a nuestra posición geográfica, la más austral del orbe conocido. La insignia que se ve por timbre es la que adorna el sombrero del Presidente de la República, como característico de su dignidad suprema".

"Los soportes representan un huemul y un cóndor, este ave más fuerte, animosa y corpulenta que puebla nuestros aires, y aquél, el cuadrúpedo más raro y singular de nuestras sierras, de que no hay noticia que habite otra región del globo, y de cuya piel, notable por su elasticidad y resistencia, hacen nuestro valientes naturales sus corceles y botas de guerra. Por último, la corona naval que supera la cabeza de ambos animales será el monumento que recordará siempre el glorioso triunfo de nuestras fuerzas marítimas sobre las de España, en las varias aguas del Pacífico, triunfo de terna nombradía, menos por lo heroico del suceso que por su trascendental y dilatado influjo, pues a la vez que afianzó sólidamente nuestra independencia, franqueó paso a nuestras armas para que llevasen tan inestimable bien al antiguo imperio de los Incas".

Existe un debate procurado por el entreguismo con relación a la presencia de la frase del escudo. En la actual versión oficial, el conjunto reposa sobre un repujado con la cinta que proclama: "Por la razón o la fuerza".

Es una verdad a medias decir que el escudo actual no llevaba originalmente la frase "Por la Razón o la Fuerza", ya que el modelo diseñado por Wood no la tenía. Esto se observa, por ejemplo, mirando el antiguo escudo que fue grabado sobre la fachada del Ex Congreso Nacional de Santiago, donde aparece efectivamente, sin la frase. Sin embargo, el escudo de 1834 era una versión originaria, a la que la costumbre agregó nuevos elementos y detalles que fueron oficializados por las legislaciones posteriores, de modo que no es plausible la interpretación que intentan hacer algunos entreguistas interesados en alterar la frase del escudo, aludiendo a que no corresponde utilizar "Por la Razón o la Fuerza" por no aparecer en el diseño elaborado por Wood. Además, hay un detalla sorprendente en la versión que aparece del Escudo Nacional en el Boletín de Gobierno de 1834 (Libro VI, página 110): el dibujo sí incluye el lema en cuestión que no fue colocado por Wood, demostrando que formaba parte del criterio oficial ya entonces y que fue decisión del propio Gobierno adjuntarla al diseño del artista ganador.

Es conocido el desprecio de ciertos grupos izquierdistas y de algunos círculos liberales hacia el lema "Por la Razón o la Fuerza" del Escudo Nacional. Más abajo veremos algunos de sus intentos por cambiarlo. Como generalmente esta antipatía deriva de interpretaciones ignorantes o tendenciosas sobre el sentido original de dicha frase, se disfraza tal ojeriza contra el símbolo aludiendo a cuestiones altruistas y benevolentes para con la opinión de países vecinos, haciendo circular la leyenda negra de que la frase nació en referencia la Guerra del Pacífico.

Sin perezas, los activistas antichilenos de Bolivia y Perú han tomado con entusiasmo esta teoría absurda. Sin embargo, en la Ley de inscripción monetaria del 14 de octubre de 1834, antes de cualquier guerra republicana con Perú o Bolivia, ya se obligaba a colocar el cuño del escudo con la frase completa. Los aficionados a la numismática conocen bien la presencia de esta frase en las monedas que circulaban en Chile desde mucho antes de la Guerra del Pacífico, de modo que la teoría no tiene asidero histórico.

La frase "Por la Razón o la Fuerza" fue incorporada al Escudo Nacional manteniendo una idea que ya estaba en el primer heraldo patrio creado por Carrera en 1812, donde se contraponían conceptos opuestos como lema patrio en latín: "Post Tenebras Lux" ("Después de las Tinieblas, la Luz") y "Aut Consilio Aut Ense" ("Por el Consejo o por la Espada"). Esta contraposición pasó a ser parte de la simbología patria y de la propia historia republicana de Chile por el valor que tuvo este emblema.

Como hemos demostrado, su orientación era originalmente una advertencia para el realismo hispano, no para países vecinos con los que Chile se enfrentó durante la Guerra del Pacífico, como se ha pretendido. Aunque entre los diseños de escudos de la Transición incluían la palabra "Libertad" en lugar de las frases de la Patria Vieja, fue inevitable que esta contraposición de conceptos volviera a reaparecer con las leyes de normalización monetaria que hemos revisado, y que después se trasladaron a la composición misma del escudo nacional.

En disposiciones del 4 de julio de 1854, el Ministro de Guerra y Marina de Chile, don Pedro Nolasco Vidal, ya declaraba que la bandera presidencial debía llevar el escudo incluyendo el lema tal cual lo conocemos hoy día. Cabe recordar que el emblema del Servicio Religioso del Ejército de Chile respeta la correcta composición del escudo, pues se compone de una Cruz (símbolo de Redención) y, sobre, ella el Escudo de Chile (símbolo de Patria y Ejército) con la frase completa.

Estas disposiciones hicieron que el Escudo Nacional quedara rápidamente identificado con la frase y viceversa, de modo que, formalmente, "Por la Razón o la Fuerza" ya estaba totalmente integrado al emblema en 1888, en formalidades que se tomó el Presidente José Manuel Balmaceda para la presentación regular del símbolo.

Pero como el uso de la frase no estaba oficializado, por un decreto del 4 de septiembre de 1920 se la estableció formalmente. Un último decreto, del 18 de octubre de 1967, resumió todas las normas relativas al escudo nacional reconociendo la frase como un homenaje a la memoria del Libertador O'Higgins, siendo publicado el 12 de diciembre siguiente, durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva.

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Nacho

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El huemul y el cóndor del escudo. ¿Por qué hay versiones con caballos o guanacos?
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El Huemul y el Cóndor son la confirmación del sentido real de la frase "Por la Razón o la Fuerza". Ambos animales le dan al Escudo Nacional un fuerte vínculo con la naturaleza y la fauna local de connotación andina.

El Huemul representa la Razón, la inocencia, la sensibilidad y nobleza de este animal, al contrario de lo que alega otro mito, sobre la inexistencia de un animal nativo de gran tamaño que permitiera plasmar la majestuosidad en el emblema optándose, ante la carencia, por poner a este herbívoro. El Cóndor, por el otro lado, representa la Fuerza, la energía y el espíritu guerrero, pues en la época se creía que esta ave tenía hábitos de rapiña y cacería, como queda plasmado en algunos de los dibujos del naturalista Claudio Gay. El que aparezcan con la corona naval a los lados de la representación del heraldo y de los penachos presidenciales, indica que los autores tenían la intención de ofrecerlos como el predominio y el reinado de los principios que ambas criaturas representan.
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Ya hemos visto que el actual escudo nacional incluye un huemul y así fue establecido cuando se lo creó, en 1834. Sin embargo, como han existido períodos de ajuste y posicionamiento para todos los símbolos patrios, hubo versiones donde aparecían otros animales en lugar del huemul, en parte por la falta de conocimiento sobre la anatomía del ciervo, en parte por la familiaridad que había con otras criaturas y en parte también por la popularidad que alcanzaron algunos usos más que otros. Basta ver representaciones de época para advertir que el caballo estaba reemplazando al huemul en muchas versiones locales y hasta épocas muy recientes, algo comprensible, además, si consideramos que el dibujo original de Wood se extravió unos años después de ser presentado.

Entre otras muestras de procedencia nacional, sucede lo mismo con el caballo reemplazando al huemul. Por ejemplo:

  • Sellos oficiales de 1839 a los tiempos de la Guerra del Pacífico.

  • Escudo del salón interior del Teatro Municipal de Santiago

  • El monumento de la Plaza de Coinco.

  • El conjunto conmemorativo de Plaza Sotomayor de Valparaíso.

  • En las ediciones de la Imprenta Nacional producidas en plena Guerra del Pacífico.

  • En el Carruaje Presidencial que se usa en nuestros días.
En otras versiones, incluso en 1835, aparece un guanaco o llama en lugar del huemul. Y en un documento relacionado con títulos obtenidos por el General Baquedano, conservados en el Museo del Carmen del Templo Votivo de Maipú, aparece un sello con un león en lugar del herbívoro huemul.

Parece ser que estas libertades en la representación del animal quedaron atrás después de 1888, cuando el gobierno de Balmaceda formalizó algunos aspectos del Escudo Nacional.

A la normalidad de uso del caballo, lejos de la teoría del error, se debe recordar que en la época no se creía demasiada diferencia entre ambos animales: el Abate Juan Ignacio Molina lo habría descrito erradamente, en 1782, como un pariente del caballo salvaje y otros naturalistas lo consideraban algo que iba entre el caballo y el camello, como lo sería para ellos un camélido americano. De allí su nombre científico: Hippocamelus bisulcus.

Como muchas de las representaciones del escudo nacional que muestran caballos en lugar de huemules, provenían del extranjero, ha proliferado por toda la comidilla urbana una serie de leyendas según las cuales tal error se debía para casos puntuales, al desconocimiento de los autores "gringos" sobre el aspecto de este representante de la fauna chilena, confundiéndolo con un equino. Este mito lo encontramos en los siguientes ejemplos:

  • Las portadas de libros como "History of Chile" de A. U. Hancock (Chicago, 1893), aunque hemos visto que similar representación se daba en documentación oficial y en impresos chilenos de la época.

  • Hay una estampilla chilena de 1904 encargada por la Oficina de Telégrafos del Estado a la británica Bradbury, Wilkinson and Co., cuando la empresa de Impresos Barcelona de Santiago se vio superada por la demanda postal, antes de que la emisión de sellos quedara encargada exclusivamente a la Casa de la Moneda. Según la leyenda, los ingleses no reconocieron la figura del huemul y colocaron el caballo, error que ha hecho a la pieza doblemente cotizada entre coleccionistas.

  • Lo mismo para el escudo de bronce encargado por Pascual Binimelis en 1853 a una fundición británica (de Glasgow, en Escocia, según unos, y deLiverpool Inglaterra, según otros) que está instalado en la estatua de la diosa Ceres de la Plaza de Armas de Concepción desde 1856.

  • También habría ocurrido algo similar al norte del país, con el monumento a Juan Godoy de Copiapó encargado en 1851 también a los Ingleses, quienes, además, lo vistieron como pirquinero escocés (hasta con falda), cuando el famoso descubridor de las riquezas del Norte Chico era en realidad un arriero.

  • El mismo equino está en emblema del carruaje presidencial chileno tirado por caballos, que se mandó a hacer a la Million-Guiet de París en 1890, esta vez porque los franceses "no conocían" en huemul.

  • Tampoco habrían reconocido al huemul otros franceses, como los escultores Dennis Pierre Puech y Diógenes Maillart, al colocar el caballo en el Monumento a los Héroes de Iquique inaugurado en la Plaza Sotomayor de Valparaíso, en 1886.
Como hemos visto, sin embargo, el caballo formaba parte de las representaciones corrientes del escudo patrio y muy probablemente todas estas historias no sean más que leyendas, considerando que en la documentación oficial chilena aparecía con frecuencia el caballo en lugar del huemul.

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Escudos de Chile producidos en el extranjero con caballos en lugar de huemules. De izquierda a derecha: Imagen de la portada del libro "History of Chile" de A. U. Hancock (Chicago, 1893); estampilla de 1904 encargada a la Bradbury, Wilkinson and Co. de Inglaterra por la oficina de Telégrafos del Estado; Escudo de bronce fundido en Liverpool e instalado en la Plaza de Armas de Concepción en 1856. La existencia de muchas versiones de fuentes extranjeras del escudo mostrando un caballo en lugar del huemul, ha llevado al error de creer que se debe a confusiones de parte de los creadores.

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Escudo Patrio con la antigua versión del caballo en lugar del huemul. La imagen corresponde al sello de página inicial de la obra "La Cuestión de Límites entre Chile y la República Argentina", de Miguel Luis Amunátegui, impreso en 1879 en la Imprenta Nacional de calle Bandera 29, Santiago.
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