A OCHO AÑOS DEL 27F. Autoridades de entonces, rescatistas, funcionarios públicos y líderes sociales, cuentan qué fue lo que hicieron para ir en apoyo de la Región del Biobío tras el terremoto.
La sacudida de las 3.34 horas despertó a todo el sur de Chile el 27 de febrero de 2010. Puerto Montt quedó en penumbra, con un corte de energía eléctrica, tras lo cual llegó el movimiento sísmico que se percibió con una intensidad grado V en la escala de Mercalli.
Horas más tarde, se supo que el epicentro se registró en el mar, frente a las costas ubicadas 130 kilómetros al norte de Concepción, con una magnitud local de 8,8 grados.
Mientras un destructivo tsunami afectó a la zona centro sur. En Puerto Montt comenzó la respuesta a una emergencia de la que poco se sabía. Hoy, a ocho años del desastre, varios puertomontinos recuerdan cómo vivieron el 27F.
Óscar Valenzuela, quien en ese entonces era el gobernador de la Provincia de Llanquihue, recordó que "20 minutos después del terremoto, me constituí en la Central de Alarmas del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, dado que la Gobernación de Llanquihue no contaba con respaldo de energía, y el Sistema Interconectado Central (SIC) había caído".
Desde ese lugar, logró establecer conexión radial con los otros cuerpos de Bomberos de la provincia, que le informaron sobre la realidad de cada comuna. "La única situación de riesgo se presentó en Maullín, donde la población se ubicó en los cerros, ello por los recuerdos del terremoto de 1960. Frente a ello solicité apoyo a un hombre conocedor de la zona, el entonces coronel Nabih Soza, quien era prefecto de Carabineros, para resguardar a los pobladores".
Ante la necesidad, Valenzuela se dirigió a los estudios de Radio Bio Bío, emplazados en esa fecha en el edificio España. "Con esfuerzo subimos por la escala, llevamos petróleo para un equipo electrógeno y salí al aire como gobernador, llamando a la población a la calma. La transmisión local partió cerca de las 05.30 horas", cuenta.
Los rescatistas
Ya con más información del desastre, los equipos de instituciones de respuesta a emergencia de la Región de Los Lagos comenzaron a activarse para ir a Concepción.
"El cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, en menos de 24 horas, tuvo una fuerza de 40 hombres. De ellos, 22 viajaron el primer día en tres aviones Twin Otter de la FACh, llegando pasadas las 20 horas a una pista de emergencia en el aeropuerto Carriel Sur, la que no tenía iluminación. El resto de los voluntarios llegó al día siguiente", precisa el voluntario Eduardo Pacheco, uno de los líderes de la fuerza de tarea de los Bomberos puertomontinos.
Tras su llegada, de inmediato partieron a trabajar al colapsado edificio Alto Río.
"Allí recibimos un informe de situación de parte del comandante del Cuerpo de Bomberos de Concepción, que era de apellido Plaza. Levantamos un catastro de la totalidad de personas dentro de la estructura colapsada, realizando marcajes en las áreas donde quedaban personas con vida, tras lo cual se procedió a su rescate con otros cuerpos de Bomberos desplegados en la zona", relata Pacheco.
El trabajo de los voluntarios puertomontinos permitió rescatar a siete personas con vida, y encontrar nueve cuerpos, aunque sus tareas fueron más allá del rescate.
"También, trabajamos en la extinción de incendios de establecimientos comerciales, que se iniciaron por desórdenes públicos. En esa tarea apoyamos a la Séptima Compañía Alemana de Concepción, tripulando sus máquinas", explica.
El voluntario de la Sexta Compañía de Puerto Varas, Pablo Vega, también llegó a la denominada zona cero. Tras un largo proceso de rehabilitación, luego que el ataque de un delincuente lo dejara con lesiones graves, decidió partir a ayudar.
"La tarde del 27, tres bomberos de la Sexta partimos Concepción. Nos movilizamos en nuestros propios vehículos, llegando primero al Regimiento Chacabuco, donde pernoctamos. Lo primero que hicimos fue ver el estado de nuestros familiares que vivían allí o que estaban en la zona de vacaciones, y después nos integramos a la Quinta Compañía de Bomberos Germania de Talcahuano. Trabajamos una semana en entrega de agua, relevo a los equipos de emergencia, búsqueda de víctimas y evacuaciones durante las réplicas", dijo Vega.
Campañas solidarias
Desde el Gobierno, el intendente Sergio Galilea y el gobernador Valenzuela, lanzaron la campaña "agua, leche pañales", pidiendo exclusivamente estos elementos a la población. A los pocos días la ayuda solidaria de Puerto Montt llenó un avión C-130 Hércules con estos productos.
Para apoyar las iniciativas, se realizó una radiotón regional de 24 horas con voces de distintas emisoras. Gran parte de las transmisiones se realizaron el los estudios de Radio Digital, emplazados en Diario El Llanquihue. Con ese impulso, Cristián Mansilla organizó un grupo de voluntarios pertenecientes a los partidos que hoy conforman Chile Vamos, para apoyar a las comunas de Lebu y Tirúa.
"Reunimos medicamentos, alimentos no perecibles, agua, útiles de aseo personal, leche y pañales. El primer viaje a Lebu, lo realizamos tres días después del terremoto. Partimos cinco voluntarios, con rutas que estaban en mal estado. Incluso debimos sortear barricadas de manifestantes que intentaban saquear los convoyes de ayuda. El segundo viaje, con otro equipo, fue a Tirúa", detalla.
http://www.ellanquihue.cl/impresa/2018/02/28/full/cuerpo-principal/7/texto/
La sacudida de las 3.34 horas despertó a todo el sur de Chile el 27 de febrero de 2010. Puerto Montt quedó en penumbra, con un corte de energía eléctrica, tras lo cual llegó el movimiento sísmico que se percibió con una intensidad grado V en la escala de Mercalli.
Horas más tarde, se supo que el epicentro se registró en el mar, frente a las costas ubicadas 130 kilómetros al norte de Concepción, con una magnitud local de 8,8 grados.
Mientras un destructivo tsunami afectó a la zona centro sur. En Puerto Montt comenzó la respuesta a una emergencia de la que poco se sabía. Hoy, a ocho años del desastre, varios puertomontinos recuerdan cómo vivieron el 27F.
Óscar Valenzuela, quien en ese entonces era el gobernador de la Provincia de Llanquihue, recordó que "20 minutos después del terremoto, me constituí en la Central de Alarmas del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, dado que la Gobernación de Llanquihue no contaba con respaldo de energía, y el Sistema Interconectado Central (SIC) había caído".
Desde ese lugar, logró establecer conexión radial con los otros cuerpos de Bomberos de la provincia, que le informaron sobre la realidad de cada comuna. "La única situación de riesgo se presentó en Maullín, donde la población se ubicó en los cerros, ello por los recuerdos del terremoto de 1960. Frente a ello solicité apoyo a un hombre conocedor de la zona, el entonces coronel Nabih Soza, quien era prefecto de Carabineros, para resguardar a los pobladores".
Ante la necesidad, Valenzuela se dirigió a los estudios de Radio Bio Bío, emplazados en esa fecha en el edificio España. "Con esfuerzo subimos por la escala, llevamos petróleo para un equipo electrógeno y salí al aire como gobernador, llamando a la población a la calma. La transmisión local partió cerca de las 05.30 horas", cuenta.
Los rescatistas
Ya con más información del desastre, los equipos de instituciones de respuesta a emergencia de la Región de Los Lagos comenzaron a activarse para ir a Concepción.
"El cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, en menos de 24 horas, tuvo una fuerza de 40 hombres. De ellos, 22 viajaron el primer día en tres aviones Twin Otter de la FACh, llegando pasadas las 20 horas a una pista de emergencia en el aeropuerto Carriel Sur, la que no tenía iluminación. El resto de los voluntarios llegó al día siguiente", precisa el voluntario Eduardo Pacheco, uno de los líderes de la fuerza de tarea de los Bomberos puertomontinos.
Tras su llegada, de inmediato partieron a trabajar al colapsado edificio Alto Río.
"Allí recibimos un informe de situación de parte del comandante del Cuerpo de Bomberos de Concepción, que era de apellido Plaza. Levantamos un catastro de la totalidad de personas dentro de la estructura colapsada, realizando marcajes en las áreas donde quedaban personas con vida, tras lo cual se procedió a su rescate con otros cuerpos de Bomberos desplegados en la zona", relata Pacheco.
El trabajo de los voluntarios puertomontinos permitió rescatar a siete personas con vida, y encontrar nueve cuerpos, aunque sus tareas fueron más allá del rescate.
"También, trabajamos en la extinción de incendios de establecimientos comerciales, que se iniciaron por desórdenes públicos. En esa tarea apoyamos a la Séptima Compañía Alemana de Concepción, tripulando sus máquinas", explica.
El voluntario de la Sexta Compañía de Puerto Varas, Pablo Vega, también llegó a la denominada zona cero. Tras un largo proceso de rehabilitación, luego que el ataque de un delincuente lo dejara con lesiones graves, decidió partir a ayudar.
"La tarde del 27, tres bomberos de la Sexta partimos Concepción. Nos movilizamos en nuestros propios vehículos, llegando primero al Regimiento Chacabuco, donde pernoctamos. Lo primero que hicimos fue ver el estado de nuestros familiares que vivían allí o que estaban en la zona de vacaciones, y después nos integramos a la Quinta Compañía de Bomberos Germania de Talcahuano. Trabajamos una semana en entrega de agua, relevo a los equipos de emergencia, búsqueda de víctimas y evacuaciones durante las réplicas", dijo Vega.
Campañas solidarias
Desde el Gobierno, el intendente Sergio Galilea y el gobernador Valenzuela, lanzaron la campaña "agua, leche pañales", pidiendo exclusivamente estos elementos a la población. A los pocos días la ayuda solidaria de Puerto Montt llenó un avión C-130 Hércules con estos productos.
Para apoyar las iniciativas, se realizó una radiotón regional de 24 horas con voces de distintas emisoras. Gran parte de las transmisiones se realizaron el los estudios de Radio Digital, emplazados en Diario El Llanquihue. Con ese impulso, Cristián Mansilla organizó un grupo de voluntarios pertenecientes a los partidos que hoy conforman Chile Vamos, para apoyar a las comunas de Lebu y Tirúa.
"Reunimos medicamentos, alimentos no perecibles, agua, útiles de aseo personal, leche y pañales. El primer viaje a Lebu, lo realizamos tres días después del terremoto. Partimos cinco voluntarios, con rutas que estaban en mal estado. Incluso debimos sortear barricadas de manifestantes que intentaban saquear los convoyes de ayuda. El segundo viaje, con otro equipo, fue a Tirúa", detalla.
http://www.ellanquihue.cl/impresa/2018/02/28/full/cuerpo-principal/7/texto/
