
Una existencia que se nutre de sus sólidas bases y tradiciones para construir un mejor futuro, y dentro de estas tradiciones es la de recordar con profundo respeto a quienes formaron parte de nuestras filas marcando con férrea e indiscutible mística su capacidad de entrega y ejemplo de vida.
Es el caso de don Pedro Montt Montt, quien falleció investido del cargo de Presidente de la República el 16 de agosto de 1910 y, además, siendo voluntario de la Sexta Compañía de nuestra Institución.
Cien años han pasado de su partida, cien años donde en todos los ámbitos políticos y sociales se le recuerda por su obra.
En el Cuerpo de Bomberos de Santiago también recordamos ello, pero con más fuerza recordamos al hombre, recordamos al voluntario quien, desde su ingreso a nuestras filas, dio muestras de rectitud, honor, disciplina y entrega a toda prueba.
Ingresa a la Sexta Compañía en agosto de 1868, a tan sólo cinco años de nuestra fundación. Sirvió en los cargos de capitán y secretario en su Compañía y, posteriormente, la institución lo elige secretario general entre 1875 y 1883, donde participa en rol protagónico en modificaciones reglamentarias, ajustes estatutarios y, por sobretodo, creando y fortaleciendo nuestros sólidos principios de ética y doctrina institucional, en sus casi 42 años de servicio voluntario.
“Aquí no soy el Presidente, sino un voluntario más de la Sexta. No tengo las fuerzas para levantar un mueble ni la agilidad para subir una escala, pues los años me pesan más de lo que deseo. Sin embargo, puedo decirles que una de las cosas más nobles y dignas que hay en Chile es el Cuerpo de Bomberos, porque significa desinterés, abnegación e idealismo. Mi presencia en estos instantes es la voz de aliento de un viejo voluntario”. Posteriormente solicitó permiso para retirarse de la fila y regresó a su despacho en el Palacio de la Moneda. Estas fueron sus palabras cuando en un incendio se presentó ante el capitán de su compañía a rendirle honores. Hasta el día de hoy esas palabras son citadas como un ejemplo, en muchas actividades de nuestra Institución a la que venimos a servir con generosidad y sin nada a cambio.
El ejemplo de vida del voluntario Pedro Montt a 100 años de su fallecimiento es la antorcha que ilumina nuestra senda y que se ha traspasado de generación en generación con entrega, sacrificio y ejemplo haciendo del Cuerpo de Bomberos de Santiago una gran Institución.
¡Sabemos que vigila nuestros pasos y por siempre mantendremos vivo su ejemplo!
fuente: www.cbs.cl