:-XCURRICULUM OCTAVIO HINZPETER :-X
Nacido en 1930, en Valparaíso, a los 24 años de edad ingresó activamente a la vida bomberil como voluntario de la Quinta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa "Bomba Israel", la que había sido recién fundada y de la que llegó a ser Secretario General.
Sin embargo, no fue aquel el primer contacto que Octavio Hinzpeter tuvo con los bomberos: "Hijo de Elena y Luis, vivió su infancia y juventud el barrio El Almendral y desde sus tempranos años tuvo contactos con los bomberos. Por una parte, a raíz de que su padre acostumbraba a llevarlo a sus ejercicios y a los incendios reales. Por otra, dos de sus tíos, Simón y Germán, tuvieron una destacada y extensa trayectoria en los Cuerpos de Bomberos de Rancagua y Viña del Mar respectivamente. Frecuente era también que el "niño Octavio" detuviera sus pasos frente al cuartel de la Tercera Compañía de Valparaíso y se quedara absorto mirando la belleza arquitectónica del edificio, así como los imponentes carros bombas siempre limpios y brillantes, siempre listos para acudir al siniestro" (C. Reyes: "Los Bomberos de Chile", Sudamericana, Santiago, 2005, p. 240). Aún más, "Al cumplir 18 años, decidió solicitar su ingreso como voluntario a la Sexta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, llamada Bomba Cristóforo Colombo y fundada por la colonia italiana residente, pero la ausencia de ascendientes de esa nacionalidad en sus familiares directos frustró su deseo" (Íbidem, p. 240)
Al interior de su Cuerpo, desde 1962 fue elegido sucesivamente para servir los cargos de Secretario General, Tesorero General y Vicesuperintendente. En 1967 fue elegido como Superintendente del Cuerpo, cargo que le fue confiado durante 18 años. En reconocimiento a los avances que experimentó la Institución Bomberil de Ñuñoa como fruto de su gestión, en 1987 fue designado Director Honorario del Cuerpo.
A base de su convicción de que, para los desafíos que la sociedad moderna plantea a la misión bomberil, es condición indispensable la unidad de los Cuerpos de Bomberos del país, junto a otros destacados bomberos inicia los esfuerzos en ese sentido, bajo el liderazgo del Dr. Guillermo Morales Beltramí, a la sazón Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago.
Tales esfuerzos se concretan, primero, en la agrupación de los Superintendentes de la Provincia de Santiago y, más tarde, participando como fundador y Primer Vicepresidente de la entonces Junta Coordinadora Nacional de Cuerpos de Bomberos.
El 10 de octubre de 1970, tras la renuncia por razones de salud del Dr. Guillermo Morales Beltramí, fue electo Presidente de esa Junta Coordinadora, más tarde Junta Nacional y hoy "Bomberos de Chile", cargo que ocupó hasta el 3 de julio de este año, y para lo cual le fue renovada la confianza para regir los destinos institucionales cada dos años, mediante elecciones democráticas en Asambleas Nacionales integradas por representantes de los Cuerpos de Bomberos de todo el país.
En 1980, fue condecorado por la Federación Nacional de Bomberos de París, recibiendo en los años siguientes distinciones similares de las autoridades bomberiles y gubernamentales de Alemania, Japón, Italia y Perú. Asimismo, cuenta con reconocimientos de las ciudades más importantes del país, como Ciudadano Ilustre o Hijo Ilustre (esto último, desde luego, concretado también en el caso de Valparaíso, ciudad-puerto donde en 1851 surgió el bomberismo voluntario en Chile). También Cuerpos de Bomberos de todo el país lo han distinguido con el nombramiento de Director o Superintendente Honorario de cada institución.
A partir de 1982, trabaja en la gestación de una Federación Mundial de Asociaciones de Bomberos Voluntarios, con sede en Japón. De ella, asume primero como Director Fundador y más tarde -en 1987- como Presidente de la Región Americana, representando así a los Bomberos del Continente ante sus congéneres del mundo.
En el marco de esa labor internacional, ha participado en encuentros y reuniones de intercambio de experiencias y conocimientos técnicos, en Tailandia, Italia, Estados Unidos, China, Inglaterra, Indonesia, Japón, Alemania, Egipto, Israel, Perú y Argentina. También ha concurrido, especialmente invitado, a las principales ferias de material bomberil que se efectúan en América y Europa.
Sus experiencias y convicciones respecto del bomberismo voluntario, tanto en Chile como en el mundo, han quedado plasmadas en sus obras "Pasado, Presente y Futuro de los Bomberos Chilenos" (Santiago, 1992) y "Bomberos Voluntarios. Ideario y Bases para su Desarrollo" (Santiago, 1995).
El 1 de junio de 1988 se concreta una de las iniciativas más importantes de su gestión: fundar la Academia Nacional de Bomberos de Chile, la que hasta el día de hoy expresa en su labor de docencia, investigación y extensión, su concepción según la cual el bomberismo voluntario sólo puede concebir proyecto de futuro si sus agentes son concebidos como "bomberas y bomberos voluntarios profesionales de la emergencia". Así queda reflejado en el lema de la Academia: "Saber para servir".
Frutos también de su gestión son, entre otros, la conmemoración del Día de la Tradición desde 1990, instituyendo la condición de "bomberos insignes" para quienes cumplieran 50 años de servicio; la iniciativa para crear el Orfeón Juvenil de Bomberos de Chile, materializada en 1997; las gestiones que devinieron en que la institución contara con una sede acorde a la dignidad de los bomberos y a las tareas de la Junta Nacional (1998); la realización a partir de 2001 de los Encuentros Nacionales de Brigadieres y Cadetes de Bomberos de Chile, a partir de los cuales se creó a fines de 2005, el Departamento Nacional de Brigadas Juveniles.
Uno de los aspectos más relevantes de su gestión lo constituyó el haber propiciado y llevado a cabo un vasto proceso de modernización material de los Cuerpos de Bomberos del país -tanto en perspectiva de eficiencia del servicio como de protección de las bomberas y bomberos-. Como ejemplo ilustrativo de aquello se pueden consignar los 1400 carros nuevos entregados a Cuerpos de Bomberos de todo el país durante sus 36 años en el cargo de Presidente Nacional.
En mayo de 1997, fue elegido Director de la Sección Latinoamericana de la NFPA (National Fire Protection Association), la más importante entidad mundial de investigación y desarrollo de normas de seguridad contra incendios.
Desde 1999, participa como invitado permanente en la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que estudia modificaciones legales para optimizar el servicio bomberil en el país. Fruto del trabajo de esta Comisión, por ejemplo, es el proyecto de ley que mejora notablemente los beneficios para Bomberos accidentados o fallecidos en acto de servicio, proyecto que ya trasformado en ley de la República merced a esas gestiones, entró en vigencia en mayo de 2002.
En julio de 2000, fue elegido Presidente del Directorio del Comité Chileno para el Año Internacional de los Voluntarios, donde se reunieron más de 70 instituciones del voluntariado para organizar los actos que durante 2001 dieron realce a ese año que las Naciones Unidas invitó a centrar en los Voluntarios del mundo. En marzo de 2004, asume como primer Director Ejecutivo de la Red Nacional de Instituciones "Voluntarios de Chile", entidad que tiene su origen en aquel Comité y que coordina los temas comunes de las instituciones del voluntariado en Chile, a base de los principios incluidos en su "Carta Constitutiva" de noviembre de 2002.
El 21 de junio de 2004, recibe la Medalla Oficial de la Cámara de Diputados, a través del Presidente de la Comisión Especial de Bomberos de esa instancia legislativa, en reconocimiento a la labor realizada a favor del progreso de los Cuerpos de Bomberos de todo el país.
En octubre de 2005, preside la realización del más grande evento de la historia bomberil en Chile: el Congreso Nacional de Bomberos de Chile, que reunió durante tres días cerca de dos mil bomberas y bomberos venidos de todo el país, incluso de Isla de Pascua. Fue ese congreso una instancia de reflexión sobre la historia, presente y porvenir institucionales, con amplia participación del mundo bomberil y también del mundo privado y público del país, bajo el lema Para construir futuro.
En enero de 2006 encabeza el IV Encuentro Nacional de Brigadieres y Cadetes de Bomberos de Chile, encuentros denominados "Bomberee", que reunió a 1500 miembros de las brigadas juveniles del país. Se trató del más numeroso y austral de los encuentros de este tipo hasta ahora realizados (años 2001, 2002 y 2004). Esto último porque se efectuó en la sureña de ciudad de Ancud, en la isla de Chiloé, y en el marco de conmemorarse el 150 aniversario del Cuerpo de Bomberos de Ancud, el segundo fundado en el país.
El 17 de junio de 2006, aunque su nombre fue nuevamente propuesto para la reelección, comunicó a la Asamblea Nacional de Bomberos de Chile su decisión de dar cabal cumplimiento a lo que había afirmado hace dos años, y declinó esa postulación. Ante ello, la misma Asamblea por unanimidad lo nombró Presidente Honorario, cargo establecido en los estatutos desde la época de don Guillermo Morales Beltramí y cuyo sentido es que la institución pueda seguir contando con el aporte y las capacidades de quienes han ejercido la más alta representación institucional.
Nacido en 1930, en Valparaíso, a los 24 años de edad ingresó activamente a la vida bomberil como voluntario de la Quinta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa "Bomba Israel", la que había sido recién fundada y de la que llegó a ser Secretario General.
Sin embargo, no fue aquel el primer contacto que Octavio Hinzpeter tuvo con los bomberos: "Hijo de Elena y Luis, vivió su infancia y juventud el barrio El Almendral y desde sus tempranos años tuvo contactos con los bomberos. Por una parte, a raíz de que su padre acostumbraba a llevarlo a sus ejercicios y a los incendios reales. Por otra, dos de sus tíos, Simón y Germán, tuvieron una destacada y extensa trayectoria en los Cuerpos de Bomberos de Rancagua y Viña del Mar respectivamente. Frecuente era también que el "niño Octavio" detuviera sus pasos frente al cuartel de la Tercera Compañía de Valparaíso y se quedara absorto mirando la belleza arquitectónica del edificio, así como los imponentes carros bombas siempre limpios y brillantes, siempre listos para acudir al siniestro" (C. Reyes: "Los Bomberos de Chile", Sudamericana, Santiago, 2005, p. 240). Aún más, "Al cumplir 18 años, decidió solicitar su ingreso como voluntario a la Sexta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, llamada Bomba Cristóforo Colombo y fundada por la colonia italiana residente, pero la ausencia de ascendientes de esa nacionalidad en sus familiares directos frustró su deseo" (Íbidem, p. 240)
Al interior de su Cuerpo, desde 1962 fue elegido sucesivamente para servir los cargos de Secretario General, Tesorero General y Vicesuperintendente. En 1967 fue elegido como Superintendente del Cuerpo, cargo que le fue confiado durante 18 años. En reconocimiento a los avances que experimentó la Institución Bomberil de Ñuñoa como fruto de su gestión, en 1987 fue designado Director Honorario del Cuerpo.
A base de su convicción de que, para los desafíos que la sociedad moderna plantea a la misión bomberil, es condición indispensable la unidad de los Cuerpos de Bomberos del país, junto a otros destacados bomberos inicia los esfuerzos en ese sentido, bajo el liderazgo del Dr. Guillermo Morales Beltramí, a la sazón Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago.
Tales esfuerzos se concretan, primero, en la agrupación de los Superintendentes de la Provincia de Santiago y, más tarde, participando como fundador y Primer Vicepresidente de la entonces Junta Coordinadora Nacional de Cuerpos de Bomberos.
El 10 de octubre de 1970, tras la renuncia por razones de salud del Dr. Guillermo Morales Beltramí, fue electo Presidente de esa Junta Coordinadora, más tarde Junta Nacional y hoy "Bomberos de Chile", cargo que ocupó hasta el 3 de julio de este año, y para lo cual le fue renovada la confianza para regir los destinos institucionales cada dos años, mediante elecciones democráticas en Asambleas Nacionales integradas por representantes de los Cuerpos de Bomberos de todo el país.
En 1980, fue condecorado por la Federación Nacional de Bomberos de París, recibiendo en los años siguientes distinciones similares de las autoridades bomberiles y gubernamentales de Alemania, Japón, Italia y Perú. Asimismo, cuenta con reconocimientos de las ciudades más importantes del país, como Ciudadano Ilustre o Hijo Ilustre (esto último, desde luego, concretado también en el caso de Valparaíso, ciudad-puerto donde en 1851 surgió el bomberismo voluntario en Chile). También Cuerpos de Bomberos de todo el país lo han distinguido con el nombramiento de Director o Superintendente Honorario de cada institución.
A partir de 1982, trabaja en la gestación de una Federación Mundial de Asociaciones de Bomberos Voluntarios, con sede en Japón. De ella, asume primero como Director Fundador y más tarde -en 1987- como Presidente de la Región Americana, representando así a los Bomberos del Continente ante sus congéneres del mundo.
En el marco de esa labor internacional, ha participado en encuentros y reuniones de intercambio de experiencias y conocimientos técnicos, en Tailandia, Italia, Estados Unidos, China, Inglaterra, Indonesia, Japón, Alemania, Egipto, Israel, Perú y Argentina. También ha concurrido, especialmente invitado, a las principales ferias de material bomberil que se efectúan en América y Europa.
Sus experiencias y convicciones respecto del bomberismo voluntario, tanto en Chile como en el mundo, han quedado plasmadas en sus obras "Pasado, Presente y Futuro de los Bomberos Chilenos" (Santiago, 1992) y "Bomberos Voluntarios. Ideario y Bases para su Desarrollo" (Santiago, 1995).
El 1 de junio de 1988 se concreta una de las iniciativas más importantes de su gestión: fundar la Academia Nacional de Bomberos de Chile, la que hasta el día de hoy expresa en su labor de docencia, investigación y extensión, su concepción según la cual el bomberismo voluntario sólo puede concebir proyecto de futuro si sus agentes son concebidos como "bomberas y bomberos voluntarios profesionales de la emergencia". Así queda reflejado en el lema de la Academia: "Saber para servir".
Frutos también de su gestión son, entre otros, la conmemoración del Día de la Tradición desde 1990, instituyendo la condición de "bomberos insignes" para quienes cumplieran 50 años de servicio; la iniciativa para crear el Orfeón Juvenil de Bomberos de Chile, materializada en 1997; las gestiones que devinieron en que la institución contara con una sede acorde a la dignidad de los bomberos y a las tareas de la Junta Nacional (1998); la realización a partir de 2001 de los Encuentros Nacionales de Brigadieres y Cadetes de Bomberos de Chile, a partir de los cuales se creó a fines de 2005, el Departamento Nacional de Brigadas Juveniles.
Uno de los aspectos más relevantes de su gestión lo constituyó el haber propiciado y llevado a cabo un vasto proceso de modernización material de los Cuerpos de Bomberos del país -tanto en perspectiva de eficiencia del servicio como de protección de las bomberas y bomberos-. Como ejemplo ilustrativo de aquello se pueden consignar los 1400 carros nuevos entregados a Cuerpos de Bomberos de todo el país durante sus 36 años en el cargo de Presidente Nacional.
En mayo de 1997, fue elegido Director de la Sección Latinoamericana de la NFPA (National Fire Protection Association), la más importante entidad mundial de investigación y desarrollo de normas de seguridad contra incendios.
Desde 1999, participa como invitado permanente en la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que estudia modificaciones legales para optimizar el servicio bomberil en el país. Fruto del trabajo de esta Comisión, por ejemplo, es el proyecto de ley que mejora notablemente los beneficios para Bomberos accidentados o fallecidos en acto de servicio, proyecto que ya trasformado en ley de la República merced a esas gestiones, entró en vigencia en mayo de 2002.
En julio de 2000, fue elegido Presidente del Directorio del Comité Chileno para el Año Internacional de los Voluntarios, donde se reunieron más de 70 instituciones del voluntariado para organizar los actos que durante 2001 dieron realce a ese año que las Naciones Unidas invitó a centrar en los Voluntarios del mundo. En marzo de 2004, asume como primer Director Ejecutivo de la Red Nacional de Instituciones "Voluntarios de Chile", entidad que tiene su origen en aquel Comité y que coordina los temas comunes de las instituciones del voluntariado en Chile, a base de los principios incluidos en su "Carta Constitutiva" de noviembre de 2002.
El 21 de junio de 2004, recibe la Medalla Oficial de la Cámara de Diputados, a través del Presidente de la Comisión Especial de Bomberos de esa instancia legislativa, en reconocimiento a la labor realizada a favor del progreso de los Cuerpos de Bomberos de todo el país.
En octubre de 2005, preside la realización del más grande evento de la historia bomberil en Chile: el Congreso Nacional de Bomberos de Chile, que reunió durante tres días cerca de dos mil bomberas y bomberos venidos de todo el país, incluso de Isla de Pascua. Fue ese congreso una instancia de reflexión sobre la historia, presente y porvenir institucionales, con amplia participación del mundo bomberil y también del mundo privado y público del país, bajo el lema Para construir futuro.
En enero de 2006 encabeza el IV Encuentro Nacional de Brigadieres y Cadetes de Bomberos de Chile, encuentros denominados "Bomberee", que reunió a 1500 miembros de las brigadas juveniles del país. Se trató del más numeroso y austral de los encuentros de este tipo hasta ahora realizados (años 2001, 2002 y 2004). Esto último porque se efectuó en la sureña de ciudad de Ancud, en la isla de Chiloé, y en el marco de conmemorarse el 150 aniversario del Cuerpo de Bomberos de Ancud, el segundo fundado en el país.
El 17 de junio de 2006, aunque su nombre fue nuevamente propuesto para la reelección, comunicó a la Asamblea Nacional de Bomberos de Chile su decisión de dar cabal cumplimiento a lo que había afirmado hace dos años, y declinó esa postulación. Ante ello, la misma Asamblea por unanimidad lo nombró Presidente Honorario, cargo establecido en los estatutos desde la época de don Guillermo Morales Beltramí y cuyo sentido es que la institución pueda seguir contando con el aporte y las capacidades de quienes han ejercido la más alta representación institucional.