España 21 aeronaves contra el incendio de Gran Canaria: la batalla que se libra desde el aire

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Uno de los hidroaviones que trabajan en las labores de extinción del incendio de Gran Canaria

Hasta 21 aeronaves sobrevuelan el incendio de Gran Canaria para sofocarlo. Son aviones y helicópteros especializados o modificados. Sus pilotos se juegan la vida. ¿Cómo trabajan?

El incendio que azota la isla de Gran Canaria es devastador. El fuego ha comenzado a remitir, pero la catástrofe, medioambiental y humana (con 9.000 evacuados) no tiene precedentes en el territorio. Contra el fuego se han desplegado medios sin precedentes en las islas y de los mayores a nivel nacional. Entre ellos destaca la labor de los medios aéreos. Son 16 las aeronaves que llevan días actuando, cuatro hidroaviones, un avión forestal y once helicópteros, a los que se suman hoy mismo dos helicópteros más y tres aviones. Es uno de los mayores despliegues aéreos de la temporada de incendios. Coordinar este 'ejército' en el aire no es sencillo.

No están solos. Más de 1.000 personas, 600 de día y 400 de noche, trabajan sin descanso. Emplean numeroros medios terrestres: camiones, autobombas, vehículos todoterreno... pero la labor de las aeronaves es fundamental. Se trata de aviones y helicópteros especializados o modificados para esta tarea. Son máquinas potentes cuyos pilotos y tripulantes realizan una labor muy arriesgada volando en unas condiciones en las que ningún piloto querría hacerlo.

Para la extinción de incendios, cada CCAA distribuye sus medios aéreos entre las provincias. Trasladar en muy breve espacio de tiempo los medios necesarios de una provincia a otra e incluso entre comunidades es más sencillo en la Península. En Canarias es más complejo por la dispersión de las islas y la distancia. En función de la magnitud del incendio, la asignación de medios pasa de la propia provincia afectada, a la colaboración de las adyacentes, pasando por la participación de medios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, CCAAs cercanas y, en casos graves, la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), como es el caso que afecta a Gran Canaria

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Canadair CL-215T en su Base de Torrejón

La orografía tampoco ayuda. Para que un incendio se desarrolle necesita lo que se denomina “continuidad del combustible”, es decir, masa vegetal que siga ardiendo. Esta continuidad del combustible puede ser horizontal o vertical. Cuando es horizontal (pastos, campos de cultivo, matorral, etc.) el control y extinción es sencillo y se puede atajar siempre. Cuando esto ocurre en vertical (bosque en montaña, vaguadas, etc.) es muy difícil el control y extinción pues el fuego siempre tira hacia arriba, suele ser terreno muy irregular y generalmente poco accesible.

Todo esto se da en Gran Canaria. Se trata de una zona con una orografía de montaña, laderas y vaguadas, donde el acceso es posible por una única carretera y a una altura entre 1.000 y 1.400 metros. Además, los vientos no son constantes ni en intensidad ni en dirección y tampoco hay fuentes de agua accesibles, salvo el mar, aunque no es lo más deseable sobre todo para los helicópteros, pues la carga de agua salada, además de complicada, acaba castigando mucho la máquina afectando sobre todo a las turbinas. Peor, imposible.

Helicópteros en acción


Los helicópteros son muy útiles por la doble función que pueden realizar la mayoría de ellos, por un lado el lanzamiento de agua con sus inconfundibles depósitos colgados (denominados “bambi bucket” o simplemente “bambi” y también “helibalde”) y por otro el transporte de las brigadas de personal, que mediante el helicóptero se pueden trasladar con rapidez a donde sean necesarios.

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El helicóptero PZL 3W SOKOL

Los más habituales en estos trabajos, y que están siendo usados en Canarias, son el Bell 412, el PZL W-3 SOKOL y el Kamov Ka32A, todos ellos modelos con orígenes militares. El Bell 412 es un helicóptero muy extendido derivado del famoso Bel 212, del que se diferencia principalmente en disponer de un rotor de cuatro palas en lugar de dos. Es un helicóptero muy versátil, biturbina y con una cabina muy amplia, lo permite transportar un equipo de 12 personas equipadas. En el exterior puede transportar una carga de entre 1.200 a 1.500 kg.

El PZL W-3 SOKOL es un helicóptero de fabricación polaca. Un buen helicóptero de coste reducido pero muy versátil. Su cabina permite transportar equipos de 12 personas y su capacidad de carga puede superar los 1.500 kg. El Kamov Ka32A es un helicóptero ruso muy extendido, famoso por su extrema dureza y gran capacidad de carga. Es un helicóptero ampliamente utilizado tanto en cometidos terrestres como navales y se caracteriza por su doble rotor principal contra-rotatorio, que le hace inconfundible. Las versiones contraincendios son muy utilizadas por su rendimiento y por los 4.500 kg de carga que puede llevar. Frente los otros dos modelos, el Kamov puede llevar más del doble de carga, pero no puede transportar equipos de personas. Es lo que se denomina en el argot contraincendios un helicóptero “bombardero”.

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El avión Vulcanair P-68 Observer

Además de estos tres modelos fundamentales, en Canarias opera un Eurocopter AS350 B3 Ecureuil, helicóptero medio de origen civil. Este modelo pertenece al Cabildo de Tenerife y se trata de una versión del AS350 de alto rendimiento motorizada por una turbina Turbomeca Arriel 2B. Su capacidad de carga es de unos 1.200 kg pero tampoco se utiliza para transporte de brigadas pues su cabina es reducida. Además, también están colaborando otros helicópteros como un Super Puma del SAR de Canarias, aeronave militar muy conocida, así como un helicóptero de la Policía Nacional (probablemente un EC-135) así como otro de la Guardia Civil (un BK-117). Estos tres helicópteros están actuando en parejas (el de la Policía y Guardia Civil se relevan) como aeronaves de control, cuya función luego explicaremos.

De estos modelos han estado trabajando 12 unidades a las que se suman hoy mismo dos nuevos helicópteros Kamov.

Aviones, un medio clave
En cuanto a aviones, actúan dos tipos bien distintos. Hasta ahora ha estado trabajando en solitario un Air Tractor AT-802F perteneciente al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Este avión ligero es un diseño especifico para tareas agrícolas y contraincendios, carga unos 3.000 kg aunque que precisa ser cargado en tierra. A lo largo del día de hoy se incorporarán dos unidades adicionales de este modelo.

También a lo largo de este día se va a incorporar un avión de coordinación. Se trata de un avión Vulcanair P-68 Observer, aunque, dependiendo de la situación, también podría tratarse de un Cessna 337G Skymaster. Ambos son aviones ligeros bimotores con un gran radio de acción, o lo que es lo mismo, con casi 5 horas de vuelo. Su misión es importantísima y es la de actuar como avión de observación y coordinación. Un avión de estos es necesario en cuanto más de tres aeronaves se encuentran trabajando. Desde este avión, que vuela a unos 3.000 o9 4.000 pies sobre la zona, se controlan las entradas y salidas de aviones y helicópteros, se establecen los turnos y se indican prioridades y zonas de lanzamiento.
 

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El avión forestal Air Tractor

El hidroavión anfibio Canadair CL-215T es ideal para este trabajo. Inconfundibles con su vistosa librea en rojo y amarillo, estos aviones anfibios son operados por el 43 Grupo del Ejército del Aire aunque actúan coordinados por la UME. Su actuación suele ser determinante por la gran capacidad de carga de agua. El Grupo 43 opera con 18 aviones Canadiar, 14 CL-215T y 4 CL-415. Son aviones muy robustos diseñados de origen para la lucha contraincendios, siendo uno de los mejores aparatos del mundo en este cometido. El Canadair carga más de 5.000 litros de agua los 215T y más de 6.000 los 415, a los que se añaden otros 600 litros de retardante desde depósitos interiores. La gran ventaja de estos aviones, denominados coloquialmente “Botijos” y “Foca” en su indicativo de radio, es que cargan el agua en unos segundos tomando en un pantano o en el mar, con lo que son capaces de realizar numerosas descargas en muy poco espacio de tiempo.

Jugándose el tipo

Volar en un incendio es cualquier cosa menos fácil y cómodo. Estos pilotos se juegan el tipo en cada carga y descarga de agua y las condiciones de vuelo en un incendio como el de Gran Canaria son extremas. Cualquier aeronave vuela bien en condiciones de aire frío y calmado, todo lo contrario de lo que ocurre en un incendio. Para los pilotos de helicóptero es especialmente complicado en las primeras descargas.

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El primer vuelo siempre es el peor", explica a Teknautas Jorge Juan, piloto de helicóptero con miles de horas a sus espaldas y mucha experiencia en extinción de incendios."Salimos cargados a tope de “caldo” (combustible) para dos horas de vuelo y, además, se suele aprovechar ese viaje para trasladar a una brigada, que hay que dejar en un sitio de toma complicado. Después las cargas de agua no son sencillas, hay que estudiar el terreno, por dónde entrar y por dónde sopla el viento. Peor es la descarga, sobre todo en zonas de montaña como la de Gran Canaria, con un viento encajonado y de fuerza muy variable, son difíciles. Tras dos horas de vuelo es obligado descansar 40 minutos. En 2 horas se pueden hacer unas 15 descargas aproximadamente, más de 60 descargas en días duros, lo que supone lanzar unos 72.000 litros en una jornada”.

Los aviones Canadair no lo tienen más fácil. El CL-215T es un avión lento y pesado donde el pilotaje se tiene que trabajar. Los dos pilotos son necesarios y el mecánico de vuelo, un experto suboficial, es indispensable pues se conoce el avión al dedillo. Todas sus operaciones son de alto riesgo, tocar con el avión en la mar no es nada fácil y hay que estar con mil ojos. Una embarcación de pesca o un objeto flotando pueden ser fatales si no se localizan a tiempo. La dificultad se entiende con solo verlos volar. Un prueba: los aplausos espontáneos de la población mientras los veían cargar.