“Comisario”: el perro callejero que llegó a cuartel de Bomberos y ahora es uno más en la estación

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1 Dic 2010
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Chile
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Por años acompañó a los voluntarios a los llamados de emergencia. Hoy, ladra junto a la sirena y los espera con cariño

QUILLOTA.-
El sol pega fuerte en lo más alto del cielo. En medio de una extenuante jornada, una curiosa imagen llama la atención del reportero ya que, frente al cuartel de la Tercera Compañía de Bomberos de Quillota, hay un perro que reposa sobre el pavimento caliente, con sus orejas paradas y sus grandes ojos bien abiertos.

Al ver su figura se pueden apreciar los años que se marcan sobre su pelaje, haciéndonos recordar la canción del fallecido interprete Alberto Cortez, quien una vez cantó: “Era callejero por derecho propio; su filosofía de la libertad fue ganar la suya, sin atar a otros y sobre los otros no pasar jamás”.

“Comisario”, nombre con el que fue bautizado por los voluntarios tercerinos, tiene más de una década viviendo en la calle, libre y sin ataduras, aunque con muchas necesidades. Por lo mismo, su adopción en el cuartel bomberil le dio una nueva vida a este simpático can, que ha acompañado en cientos de ocasiones a los “chicos buenos”.

“COMISARIO” AL RESCATE

Con el objetivo de conocer su historia conversamos con Alejandro Fernández Espinosa, quien lleva 15 años como cuartelero de la Bomba “María José Landeta”. Alejandro es amante de los animales y nos cuenta cómo fue que este perro llego un día para, desde ese entonces, nunca más separarse de sus amigos bomberos.

El cuartelero recuerda que el terremoto del 27-F dejó con daños considerables al edificio de calle Blanco 47, por lo que los voluntarios dejaron aquella casa que los cobijó por más de 70 años. Fueron trasladados, en primera instancia, hasta el cuartel general de calle Yungay con O’Higgins y luego a una casa de calle Bulnes 1088, cercana al Estadio “Lucio Fariña Fernández”, donde permanecieron más de un año.

Fue en ese tiempo cuando un perro que se recostaba siempre frente a la salida del improvisado cuartel llegó para quedarse. De hecho, cada vez que había una emergencia, el can corría detrás del vehiculo para llegar junto a los bomberos. Mientras ellos trabajaban combatiendo el fuego o rescatando a los heridos en medio de un accidente, “Comisario” estaba al lado del carro como fiero guardián.

Alejandro recuerda que, en otras ocasiones, el querido “Comisario” les seguía sólo por un par de cuadras para regresar a cuidar el cuartel hasta el regreso de sus queridos amigos. El cansancio propio de la edad le pasaba la cuenta.

“Una vez fuimos a una emergencia forestal al sector de Rautén y al rato vimos llegar a “Comisario”. Se notaba que estaba cansado por los varios kilómetros que recorrió. Estaba deshidratado y todo por correr detrás del carro, pero llegó al llamado como si fuera un voluntario más”, recuerda Alejandro.

“Después de concluido nuestro trabajo, para que no quedara tirado en ese apartado lugar, lo tomamos y lo subimos a nuestro carro. Él se veía contento de viajar con nosotros y su cara era de felicidad”, agrega el cuartelero.

Otro de los recuerdos de “Comisario” con los Bomberos data de un accidente ocurrido frente al supermercado Líder, en Avenida 21 de Mayo. En aquella ocasión tres perros -también de la calle- quisieron atacar a los voluntarios, pero “Comisario” salió en defensa de sus amigos tercerinos.

Y a pesar de que fue golpeado por los otros canes logró su cometido de salvar la integridad de sus camaradas, para luego irse herido y silencioso a un lugar desconocido, apareciendo días después en el cuartel.

Ahora, los voluntarios esperan cumplir el sueño de contar a futuro con un cuartel en el sector de El Sendero, mucho más amplio y con comodidades para desempeñar su labor voluntaria. Pero además, anhelan llevarse a “Comisario” para que disfrute de un lugar más amplio y seguro.