MARTIRES DE BOMBEROS DE CHILE

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Hace 55 años se escribía la más triste novedad en el libro de guardia de nuestra compañia. Cae en acto de servicio el joven Bombero Juan de Dios Avendaño Jara y con tan sólo 19 años de edad, próximo a contraer matrimonio y una hija en camino. El devenir del destino tenía escrito con letras doradas que así engrosaría las filas del cuartel celestial este noble cuartino, siendo motivo permanente de gratitud y hoy con especial motivo al conmemorar su martirológio.
En nuestro recuerdo siempre estarás, con la llama ardiente que nunca dejará de iluminar nuestros pasos y nuestro actuar, siempre seguros y vigilantes, dispuestos a inmolarse en cualquier ocasión. "... Silencio más allá del crespón negro, que enluta a nuestro Cuerpo, a nuestra barriada, a nuestra ciudad...." Juan Herrera Vergara, Director. 17 de Marzo de 1968


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MARTIR DE LA SEGUNDA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE CALBUCO

ALEJANDRO CARTAGENA JORDAN

18-03-1996

27 AÑOS SE CUMPLEN HOY

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Han transcurrido tres meses desde el último incendio estructural y todo parecía normal limitando nuestro trabajo a entregas de agua a la población, incendios forestales y otros servicios, todo estaba tranquilo y mientras la población se aprestaba a enfrentar un día más de trabajo, suena el teléfono de la casa del cuartelero que se encuentra en la parte posterior del cuartel general, donde vive el voluntario Alejandro Cartagena y su Sra. Norma Ampuero, una vez verificada la emergencia el voluntario Cartagena sale rápidamente para sacar su carro, en ese mismo instante su Sra. esposa acciona la alarma dando aviso a la comunidad de un incendio, de inmediato concurre el oficial Teniente 1° Luis Neira quien vive a un costado sur del cuartel general y este sale corriendo a subirse al carro de su compañía y encontrándose como era costumbre con el Maquinista Alejandro Cartagena que se encontraba listo para salir con su máquina, de inmediato avisa por radio su salida el M – 21, el carro Renault sale de su cuartel con sus balizas y sirenas hacia el sector del llamado, cuando enfrentaron calle Vicuña Mackenna dan un preinforme por radio avisando que se trataba de un incendio declarado en la ex fabrica “Celtix”, al llegar al lugar el Maquinista Alejandro Cartagena conecta el cuerpo de bomba y se baja del carro, mientras tanto el oficial Luis Neira hace una ampliación de su preinforme y el maquinista se dispone a trabajar estando el carro a escasos metros del incendio declarado de la fabrica de tres pisos, construcción sólida que arde violentamente.
Cuándo el oficial Neira sale del carro a prestar ayuda al maquinista se da cuenta que este ha caído al suelo en la parte posterior del carro junto al cuerpo de bomba y presentaba dificultades para respirar, de inmediato el oficial comunica por radio lanzando una voz de alerta “un bombero sufrió un accidente, pidan una ambulancia”, con todo el ruido del momento pocos se percataron de lo que estaba pasando, algunos se preguntaron ¿qué raro? si todavía ningún carro comienza a trabajar y ya se accidentó uno, rápidamente comenzaron a llegar la totalidad de las máquinas para trabajar en un incendio más sin percatarse que voluntarios le estaban dando respiración artificial y masaje cardíaco a una persona que yacía en el suelo.
La comandancia comenzó de inmediato a planificar el ataque al incendio, donde en un principio tuvimos problemas con la presión del agua, pero a través de una motobomba que fue instalada en el mar se normalizó el abastecimiento, todos los voluntarios estaban luchando para ganarle al fuego que en momentos parecía exterminarlo todo sin imaginar que el voluntario Alejandro Cartagena Jordan perteneciente a la Segunda Compañía tenía su propia lucha pero no con el fuego, sino con la vida que lentamente se fue extinguiendo. Sergio Alejandro Cartagena Jordan, nació un 04 de agosto de 1942 y falleció un 18 de marzo de 1996, a las 07:20 horas, de un infarto agudo al miocardio mientras trabajaba en el incendio, situación que lo hace ser el primer mártir de la institución.
Alejandro, tu espíritu de sacrificio y lealtad servirán de ejemplo a futuras generaciones y a la comunidad de Calbuco, porque sin ser de esta tierra entregaste tu vida al servicio de los demás.
 

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MARTIR DE LA SEGUNDA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE IQUIQUE

HECTOR HIDALGO ERAZO ( Q.E.P.D)

18-03-2007

16 AÑOS SE CUMPLEN HOY


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En memoria del Mártir Heriberto Hidalgo Erazo de la 2° Compañía del Cuerpo de Bomberos de Iquique.
Durante la tarde del domingo 18 de marzo de 2007, los Bomberos de las Compañías Germania N°2 y Dalmacia N°5 de Iquique se dieron cita para realizar una romería en el Cementerio N°1 de la ciudad y homenajear frente a su última morada a quienes en el pasado dieron su vida en el cumplimiento del deber.
Participando en esta actividad se encontraba Heriberto, un destacado Bombero con más de 50 años de servicio y que en su fructífera trayectoria bomberil había alcanzado el puesto de Comandante.
En medio de la ceremonia, Heriberto perdió el conocimiento desvaneciéndose frente a la mirada atónita de sus compañeros, quienes lo asistieron y trasladaron hasta un centro asistencial, en donde el Bombero Insigne falleció pese a los esfuerzos médicos.
Honor y gloria a nuestros mártires.
 

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MARTIRES DE LA TERCERA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE SANTIAGO

LUIS JOHNSON ULLOA (Q.E.P.D)

RAFAEL RAMIREZ SALAS (Q.E.P.D)

19-03-1887

136 AÑOS SE CUMPLEN HOY


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Sonntag, 19. März 2017. Hace ciento treinta años fallecieron los dos primeros mártires de la Tercera compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, tras un incendio en la calle de San Miguel. El diario El Ferrocarril, líder noticioso de la época, informó largamente de los detalles que rodearon al mortal incendio, así como también de los hechos posteriores, las angustias vividas por camaradas y familiares, para informar al final sobre sus muertes y las reacciones de la ciudadanía.
El siguiente relato y las notas de prensa, extraídos de la página histórica de la Tercera compañía, nos permite apreciar una marcada diferencia de cómo se realiza hoy una cobertura periodística, asociado en paralelo al interés que manifiesta la ciudadanía contemporánea ante hechos de triste naturaleza:

Del Libro de Guardia de la Tercera Compañía:
Jueves 17 de Marzo, año de 1887, se daba la alarma por la Paila de haberse declarado un incendio en la Calle de San Miguel Nº 11 (actual Ricardo Cumming). La Bomba Poniente fue sacada a pulso por el personal que a esa hora se encontraba en el cuartel y llevada rápidamente al lugar del incendio, colocando gemelo y armando dos pitones, los que prontamente lograron dominar el siniestro, quedando luego la compañía de guardia.
Para sofocar los últimos restos del incendio, el personal colocó los dos pitones en el vasto patio de la casa, el que era semicuadrado y con murallas de adobe. En el centro una pila de agua y diseminados en torno, muebles, maderas y un catre de fierro. El personal se agrupaba en torno a los pitones y a las uniones de las tiras i observaban los últimos focos en medio de euforia y tranquilidad que siempre tienen los vencedores en un combate de este tipo.
En el pitón ubicado a la derecha del patio, estaban los voluntarios Johnson, Ramírez y Víctor Cato, el que en medio de las bromas de sus compañeros se reclinó en el catre de fierro para pitonear más cómodamente. En ese momento se desplomó el muro poniente, tomando de lleno a Ramírez, sepultando a Cato entre las ruinas del catre de Fierro y derribando a Johnson sobre la pila de agua, la que le causó graves lesiones en el estomago. Ramírez resulto con el brazo izquierdo y el hombro quebrados, con fracturas en la pierna derecha y con rotura del pulmón izquierdo, además de fracturas de costillas de ese costado. Cato tenía la cara y la pelvis lesionadas seriamente”.

Del Diario “El Ferrocarril” del viernes 18 de marzo de 1887, textual:
“El Incendio de ayer”
Poco después de las doce y media del día los vecinos de la casa Nº 21 de la calle de San Miguel, de propiedad del señor Vicente Morelli, notaron que se veían grandes llamaradas que salían por los techos. Sin pérdida de tiempo, se dio aviso a la policía y al Cuartel General de Bomberos, tocándose enseguida la alarma de incendio. La casa estaba al cuidado de un sirviente quien había recibido instrucciones de fumigarla, efectuando los preparativos para este efecto.
A la una de la tarde habían comenzado a llegar las diversas compañías de Bomberos y dieron comienzo a su trabajo, sin perder tiempo. La Bomba de palanca de la 3ª compañía se ubicó en el interior de una barraca vecina y dio agua rápidamente.
Al ruido producido por el derrumbe, acudieron varios voluntarios de la 3ª y otras compañías y paisanos que se encontraban alrededor del edificio amagado. Mui pocos instantes permanecieron debajo de las ruinas los tres voluntarios, solo el tiempo que se empleó para despejar los escombros del sitio en que se encontraban.
El señor Víctor Cato, que tiene 28 años, soltero, comerciante, fue encontrado montado sobre un catre de fierro, con la cabeza metida entre algunas maderas; resulto con una grave herida en la región del periné. Hacía dos años que prestaba sus servicios en la Compañía.
El señor Ramírez, de 26 años, soltero, empleado municipal, resultó con el brazo izquierdo fracturado y graves contusiones en el cuerpo. Se había incorporado a la compañía en el mes de Noviembre del año 1886.
El señor Luis Johnson, de 25 años, casado, comerciante, que fue encontrado con dos vigas sobre el cuerpo, resultó con contusiones en la región abdominal y tenía una pequeña herida en el muslo. Había ingresado a la compañía en el mes de Mayo de 1886. Hace dos años que contrajo matrimonio con la señorita Elvira Braniff quien en la actualidad se encuentra próxima a ser madre.

Una vez rescatados los heridos se les condujo a las casas vecinas para ser atendidos, el señor Cato fue llevado a la Nº 35, el señor Ramírez, a la núm. 15 y el señor Johnson al núm. 17, todas ubicadas en la calle de San Miguel, en donde se le hicieron las primeras curaciones a los dos últimos. Terminadas las curaciones fueron nuevamente trasladados.
El señor Cato al cuartel de bomberos en donde se le hizo la primera curación por los doctores y después se le condujo al Hospital San Vicente de Paul.
Posteriormente el señor Rafael Ramírez fue trasladado a la calle de las Rosas núm.18, casa del señor Pedro Carrillo, Teniente 3º de la Compañía.
El señor Luis Johnson fue conducido a su casa del Hotel del Sur, en las inmediaciones de la Estación Central.
A las nueve de la noche una junta de Doctores en casa del señor Ramírez comprueba su estado el que inspira serios temores, por lo que volverán a reunirse a la mañana siguiente.
El señor Cato fue reconocido a las ocho de la noche y a pesar de sus heridas, se piensa que su estado no es de lo más alarmante.
El señor Johnson, aunque no ha recibido lesiones exteriores, temen los facultativos que se le declare una peritonitis, lo que puede ser grave.

El “Ferrocarril” del domingo 20 de Marzo de 1887, relata lo sucedido en la madrugada del sábado 19 de marzo.
El señor Ramírez se encuentra en casa del señor Pedro Carrillo, Teniente 3º de la Tercera, donde con su esposa la señora Susana Laval, han puesto el empeño más decidido y noble para atenderlo. A las nueve hubo junta de doctores y opinaron que el caso era desesperado, no obstante se continuó con todo celo atendiéndolo.
Quedo de médico de cabecera el doctor Oyarzún, hasta que a eso de las dos de la mañana se noto que se acercaban los últimos momentos del enfermo. Se recurrió al convento de Santo Domingo en demanda de auxilios religiosos, y el Padre Correa alcanzó a prestárselos. Poco después de las 2 y 40 minutos de la madrugada, dejaba de existir en medio de la consternación y del recogimiento religioso de cuantos le rodeaban. Se encontraban presentes, entre otras personas, los señores Carlos Rogers, Arturo Claro y una comisión de la 3ª compañía compuesta de los señores Francisco Pardo Duval Secretario, José María Oyarzún y Antonio Navarrete.
Poco rato después llego la comisión sanitaria de la 5ª compañía de bomberos a anunciar que el señor Johnson estaba también agonizante. Se movilizaban en una carretela en la que se dirigió la aludida comisión, al Hotel del Sur.
El señor Luis 2º Johnson, había nacido en Santiago, del matrimonio de don Luis Eduardo Johnson y de la señora Luisa Ulloa. Acababa de cumplir 26 años y se había casado con la señora Elvira Braniff. De ese matrimonio queda una niña, María Eugenia, de año y medio de edad. La desolada viuda se encuentra a un mes de ser madre por segunda vez. El señor Johnson administraba como jefe, por imposibilidad de su padre, el establecimiento Hotel del Sur. Murió a las 03:45 A.M. de ayer, dejando aparte de sus padres, a tres hermanos, de los cuales dos son Hombres.
El “Ferrocarril” del lunes 21 de Marzo de 1887:
Traslado de los Mártires a la Iglesia de la Gratitud Nacional.
Poco antes de las diez de la mañana del domingo 20, salió del cuartel general de bomberos, la 3ª compañía y comisiones de las otras, en dirección a la casa núm. 81 de la calle de las rosas, donde se encontraba el cadáver del voluntario Rafael Ramírez. La urna fúnebre fue conducida en hombros por los bomberos hasta el templo de la Gratitud Nacional, pasando en su recorrido frente a la casa Incendiada, lugar de la catástrofe. El féretro se colocó a la derecha del catafalco que se había levantado en la Iglesia.
En seguida los Bomberos se dirigieron por la Alameda hasta el Hotel del Sur, cerca de la Estación de ferrocarriles, a casa del voluntario señor Luis Johnson. La señora Braniff con su pequeña hija de la mano, dio el último adiós a los restos de su querido esposo, llevado en hombros por sus compañeros. La urna que contenía los restos de Johnson, fue colocada al lado izquierdo del catafalco que se alzaba en el centro de la iglesia. Sobre ambos ataúdes se puso el traje que usaron las víctimas el día del incendio y una gran profusión de coronas.
Depositados los ataúdes, los bomberos y deudos de Johnson y Ramírez se retiraron, cerrándose enseguida la Iglesia.


 

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Desde el mediodía, los carros de las distintas líneas que convergen en la plaza de armas, llegaban allí llenos de pasajeros que con anticipación querían tomar un lugar a fin de ver el desfile en dirección al templo de la Gratitud Nacional. La Alameda comenzó a verse con sus avenidas cubiertas de gente desde las dos y media de la tarde. Los alrededores de la Iglesia eran a las tres de la tarde, un verdadero mar humano.
A las 03.50 P.M., se tocó atención por las cornetas de las distintas compañías para preparar la marcha. De antemano estaba cada compañía con su material listo, engalanados con crespones negros, al frente de sus cuarteles y alrededor de la Plaza de Armas. A las cuatro de la tarde comenzaron a desfilar los bomberos, en el siguiente orden:
Encabezaba el desfile la banda de música del Regimiento de Granaderos a Caballo.
El comandante del Cuerpo, señor Emiliano Llona, acompañado de sus ayudantes, que le son en estos casos, los secretarios de compañía.
Posteriormente venían las ocho compañías del cuerpo, con sus estandartes y banderolas.
Comisiones de las diversas compañías de bomberos de Valparaíso, Viña del Mar y Antofagasta.
El Directorio del Cuerpo y el señor Arturo Edwards, tesorero general del cuerpo de bomberos de Valparaíso.
El carro fúnebre, tirado por dos voluntarios de cada compañía, de Valparaíso, Viña del Mar y Santiago.
La Banda de Música del Batallón 2º de Línea.
La Tercera Compañía con su estandarte, ostentado la máquina a vapor y su material enlutado con bellísimas coronas. Cerraban la marcha, una multitud de gente y coches particulares y del servicio público.
El desfile marchó hacia el sur, tomando las calles de: Ahumada, calle sur de la Alameda hasta el Ovalo del Campo de Marte, en donde tomó el centro de la Alameda hasta la altura de la calle de San Miguel, para contramarchar a la izquierda y tomar nuevamente la calle sur de la Alameda. El carro Fúnebre avanzó hasta el frente de la puerta principal del templo, donde debido a la multitud de gente que se encontraba en el lugar, fue necesario que la sexta Compañía hiciera espacio a ambos lados de las puertas de acceso para que se abrieran. En el Templo se encontraban de antemano las autoridades, representantes del Gobierno y Ministros de Estado, los deudos de las víctimas y muchos particulares.
Abiertas las puertas, ingreso el Directorio y voluntarios de 3ª.
Entonces el director interino del Templo, presbítero señor Manuel Larraín Aldunate, oficio los responsos de costumbre, terminados los cuales se procedió a bajar del catafalco los ataúdes que encerraban los restos de Johnson y Ramírez. Tomaron el cajón y cordones, voluntarios de la 3ª, directores de compañía y deudos de los fallecidos. La urna de Ramírez fue colocada a la derecha sobre el carro mortuorio y a la izquierda la de Johnson. En la tapa de cada urna se colocó el traje de los fallecidos. El carro había sido profusamente adornado con arcos de flores llevando al frente dos pitones y otros atributos de bomberos.
En dirección al cementerio.
Del templo de la Gratitud Nacional, el cortejo fúnebre se puso en marcha al Cementerio, recorriendo la calle sur de alameda, calles de la Bandera, Huérfanos, Ahumada, calle del Puente, cruzando el Puente, artesanos, Recoleta, Avenida del Rosario, y Avenida del Cementerio. La comitiva marcho en el mismo orden descrito anteriormente. Después del carro fúnebre, seguían los deudos y amigos de las víctimas, la 3ª compañía con su material, los coches de las autoridades de Gobierno, Intendentes y el Alcalde. A continuación de estos carruajes seguía una larga fila de los ocupados por amigos de las víctimas. A esta comitiva se agregó un gran número de coches del servicio público ocupados por personas que no podían hacer el viaje a pié al Cementerio. Durante el trayecto, las bandas de música tocaron escogidas marchas fúnebres, con los fragmentos a la sordina y la campana del cuartel general tañía de momento en momento.
Llegando el Cortejo a la Plazuela del Cementerio las compañías avanzaron en dos filas hasta la puerta principal, formando columna de honor para dejar pasar el carro fúnebre, deudos de las víctimas, Directorio del Cuerpo y comisiones. Los estandartes y banderolas de las compañías rodearon el carro mortuorio, mientras se procedía al descenso de los ataúdes, los que fueron tomados, el de Ramírez, por los señores Carlos Rogers, Samuel Izquierdo, el Capitán Pedro Gutiérrez de la 3ª compañía. Dos hermanos y varios amigos; y el de Johnson, por el señor Intendente, don Jorge Astaburuaga, el regidor señor Gormaz y varios bomberos y deudos.
Al llegar a la sepultura, se colocó un ataúd a cada lado de la puerta de entrada. Eran las 6.37 P.M. En medio del mayor recogimiento se pronunciaron numerosos discursos… A nombre del Directorio del Cuerpo de Bomberos, lo hizo don Julio Bañados Espinosa. El secretario de la 3ª compañía, don Francisco Pardo Duval. El señor Santiago Escuti Orrego, y varios discursos mas.. Finalmente por ser la hora mui avanzada, no hicieron uso de la palabra varios caballeros que lo deseaban, entre otros algunos Bomberos de Valparaíso. La 3º Compañía y familiares de los fallecidos, despidieron el duelo en las puertas del cementerio. Cuando ya se hubieron retirado todos los carruajes, los bomberos volvieron a tomar su material y regresaron a sus cuarteles siguiendo el mismo itinerario con el que habían llegado. Eran las 08.30 P.M.
 

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MARTIRES DE LA QUINTA COMPAÑIA DE BOMBEROS DE IQUIQUE.

19 de Marzo de 1978

45 años se cumplen hoy

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Era una cálida mañana del domingo 19 de marzo del año 1978, cuando las compañías se disponían a salir presto al llamado de la sirena que daría inicio al ejercicio general ordenado para todo el cuerpo de bomberos de Iquique por la comandancia a través del comandante de la época, don italo maniello evangelista, a efectuarse en los recintos de la zona franca de Iquique.

Esa mañana sucedieron hechos fortuitos, y algunos pudieron llegar a ser hasta insólitos, hechos que pudieron haber llegados hasta marcar la diferencia entre la vida y la muerte de algunos voluntarios, como fue el caso del voluntario Rodolfo Quispe Villarroel, quien llega tarde al cuartel sin poder alcanzar a su carro bomba por una tentadora invitación de su señora madre, estaba friendo su pescado favorito y el olorcito termino por seducirlo.

Ese día extrañamente, el voluntario Jorge Alguerna Flores, uno de los más comprometidos con las actividades de su querida cia. Dalmacia no deseaba participar de ese ejercicio porque quería compartir y salir con sus pequeños hijos a ver el desfile dominical, pero fue mas fuerte el convencimiento de uno de sus compañeros y amigos, que al final opto por el ejercicio general, el resultado de ese cambio de planes convirtió, lamentablemente, mas tarde al voluntario jorge alguerna flores en uno de los 3 mártires que dejo como fruto aquel medio día trágico del 19 de marzo de 1978.

El capitán da la orden de formar la compañía y procede a dar las ultimas instrucciones a sus hombres a demás de motivarlos a participar con un solo fin, dejar muy bien puesto el nombre de nuestra querida Dalmacia, que a esa fecha tenia como una especie de orgullo sano, ser la única compañía del cuerpo de bomberos de Iquique que no registraba mártires. Los quintinos no sospechaban es que la vida les tenía preparado amargamente un cambio radical aquel medio día. La gloriosa Dalmacia a las 12:10 hrs. pasaría de ser la única cia. Sin mártires a transformarse en una cía. de luto por tres de sus hombres de una sola vez.

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Aquel 19 de marzo el destino no escatimo en esfuerzo para demostrar que la diferencia entre la vida y la muerte a veces reposa en detalles extremadamente precisos, como lo que sucedió minutos antes que la sirena desnudara su voz de alerta dando comienzo al simulacro, cuando la pisadera del carro bomba color rojo, marca Ford 600, sostenía el peso de 4 bomberos ansiosos que su compañía llegara primero al lugar del siniestro simulado, dentro de estos 4 hombres se encontraba el Tte. 1º, don Jaime Soto Soria y a su lado el voluntario Oscar Esterch, el Tte. Con el claro fin de sacar ventaja, se baja de la pisadera y va a conversar con el carabinero que regulaba el transito en la calle Luis Uribe para que lo autorizara avanzar contra el transito hasta la calle patricio Lynch. Cuando el oficial vuelve al carro se encuentra que el lugar que ocupaba en la pisadera había sido ocupado por el voluntario Oscar Esterch, sin intención de ser uso de su cargo y autoridad como oficial, el Tte. Primero opta, simplemente, por cambiarse de lado. Jaime Soto es voluntario insigne de la cia. Y el voluntario Oscar Esterch, quien fuese el que ocupo el lugar del Tte. En la pisadera, hoy es uno de nuestros mártires que nos dejo ese fatídico marzo.

Aquel 19 de marzo el destino no escatimo en esfuerzo para demostrar que la diferencia entre la vida y la muerte a veces reposa en detalles extremadamente precisos


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El carro bomba de la quinta avanza rápidamente, antes de doblar hacia la derecha en la calle patricio Lynch pasa el carro de la primera compañia. Desde ese preciso momento todos los que tripulaban el B-5, especialmente los mas adultos se percataron que el carro iba a demasiada velocidad, después doblo en calle Tarapacá hasta Amuntegui y desde allí se dirigió hasta la entrada de la avenida “Desiderio garcía”, al entrar a esta avenida los quintinos notaron, además del exceso de velocidad, que el carro se empezaba a descontrolar, tambaleaban de un lado a otro, los aspirantes, que eran varios, callaban y manifestaban en sus rostros gestos de terror, solo atinaban a escuchar las palabras de calma que se les dedicaban los mas antiguos, especialmente el ex capitán Jorge Alguerna. Todo sucedía en forma muy rápida, tanto en tiempo y espacio. El Ford 600 de la quinta paso casi rozando el pilar central de hormigón armado del puente del colorado, en esos momentos el vehículo, y debido a las curvas, al pavimento mojado y a la pendiente existente de la calle se empieza a elevar del suelo, las ruedas delanteras dejan de hacer contacto con el piso, a la vez en el aire el carro se va volcando en forma rápida frente a la barraca “maderas enco”. Después de esto la quinta entra en una completa oscuridad.

El carro bomba que iba de tras del Ford 600, comunica a la central, algo que los bomberos deseamos y rogamos al creador nunca más volver a escuchar: ¡se volcó la quinta, se volcó la quinta, repito, se volcó la quinta central! Si era verdad, la pesadilla de lo que se escuchaba por la radio era cierta.

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Titular del diario la Estrella de Iquique. Marzo de 1978

El carro bomba que iba atras del Ford 600, comunica a la central, algo que los bomberos deseamos y rogamos al creador nunca más volver a escuchar: ¡se volcó la quinta, se volcó la quinta, repito, se volcó la quinta central!
De los 17 bomberos que quedaron con vida después del volcamiento, habían 2 que se encontraban en extrema gravedad, con peligro de muerte, ellos eran, el voluntario oscar esterch malebran y el voluntario jorge alguerna herrera. Las gravísimas heridas del voluntario esterch no le permitieron sobrevivir, aproximadamente a las 15:00 hrs del día de la tragedia, en la sala de recuperación del hospital regional, el alma de oscar sé desprendía definitivamente de su cuerpo, pasando a la eternidad.

Las complicadas heridas del voluntario jorge alguerna herrera obligan a los médicos, a intervenirlo quirúrgicamente, en forma urgente, después de lo cual es trasladado a la ciudad de santiago, a pesar de los esfuerzos médicos, la muerte otra vez sale victoriosa y le arrebata la vida a jorge el 24 de marzo del mismo año, lejos de su querido Iquique y su amada Dalmacia.

De esa forma los voluntarios Mario Bunster, oscar esterch y jorge alguerna dejaron este mundo, de esa forma fallecieron estos hombres, pero al mismo tiempo renacieron como mártires.

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MARTIR DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE SAN VICENTE DE TAGUA TAGUA

MANUEL ZAMORANO VELASQUEZ (Q.E.P.D)

20-03-1941

82 AÑOS SE CUMPLEN HOY

El 24 de marzo de 1941, fallece el Sr. Manuel Zamorano Velásquez, Tesorero de la Primera Compañía al volcarse el Carro Bomba Lanzia camino al Incendio del Teatro de las Cabras. Un profundo dolor sintió la comuna de San Vicente aglomerando el funeral más grande de la comuna. Hoy día, nuestro Mártir DH Manuel Zamorano Velásquez, es ejemplo de entrega al prójimo por dar su vida por ir en ayuda de otros, es la máxima expresión de Abnegación y Constancia. #Martir Director Honorario Manuel Zamorano Velásquez #Firme. Muerto en acto de Servicio
 

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MARTIR DE LA SEGUNDA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE IQUIQUE

HUGO BAEZ VALDEBENITO (Q.E.P.D)

20-03-1981

42 AÑOS SE CUMPLEN HOY


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Eran las 15:15 horas del viernes 20 de marzo de 1981 cuando se recibe un llamado por un presunto amago de incendio en la calle Arturo Fernández, entre Sargento Aldea y Thomson. A este llamado avanza nuestra compañía Germania N°2 y la compañía N°12. Nuestra compañía sube por calle Latorre que en esos años tenía un sentido de mar a cerro, el carro de la Cía. N°12 lo hace por calle Vivar para tomar la misma dirección; ambos carros se encuentran en dicha intersección, lo que hace que este último impacte lateralmente a nuestra unidad, desviándolo y ocasionando el choque con el local comercial “El Porvenir” donde actualmente se ubica una farmacia.
En él, viajaban Emilio Silva quien conducía el carro, más los voluntarios Antonio Bagioli y Carlos Hugo Báez Valdebenito, este último producto del impacto sale eyectado del asiento golpeando su cuerpo en la calzada, perdiendo su vida de forma instantánea. Así nuestro voluntario Hugo Baez pasaba a ser el segundo mártir de la Compañía.
Justamente hoy viernes 20 de marzo, después de 39 años de ese fatal día para nuestra familia segundina, y por primera vez en la historia de nuestra Germania, debido a los acontecimientos que afectan a la humanidad, que nos limita en realizar un homenaje como todos los años, hacemos una conmemoración a nuestro bombero mártir del deber en esta oportunidad.
Cuando un bombero muere los cielos abren sus puertas para que pasen los héroes, esos que siembran la tierra de ese amor tan grande que hace inmortal a los hombres, que hace inmortal a las madres. Cuando un bombero muere se entristece la tierra, los corazones enlutan y de la cima del cielo caen lágrimas que envuelven corazones afligidos que en el dolor que no calma.
Aunque gritemos al mundo porque existe la muerte, porque no mueren los malos, porque se van los que amamos, porque los hombres valientes que dejando sus tesoros arrendaron sus vidas por salvar vidas ajenas.
 

Maipucino De las Cruces

Aspirante
Miembro
Miembro Regular
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Hace 55 años se escribía la más triste novedad en el libro de guardia de nuestra compañia. Cae en acto de servicio el joven Bombero Juan de Dios Avendaño Jara y con tan sólo 19 años de edad, próximo a contraer matrimonio y una hija en camino. El devenir del destino tenía escrito con letras doradas que así engrosaría las filas del cuartel celestial este noble cuartino, siendo motivo permanente de gratitud y hoy con especial motivo al conmemorar su martirológio.
En nuestro recuerdo siempre estarás, con la llama ardiente que nunca dejará de iluminar nuestros pasos y nuestro actuar, siempre seguros y vigilantes, dispuestos a inmolarse en cualquier ocasión. "... Silencio más allá del crespón negro, que enluta a nuestro Cuerpo, a nuestra barriada, a nuestra ciudad...." Juan Herrera Vergara, Director. 17 de Marzo de 1968


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hola buenas tardes una colsulta cuarta cia de que cuerpo? gracias
 

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MARTIR DE LA DECIMOTERCERA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE SANTIAGO

EDUARDO RIVAS MELO (Q.E.P.D)

21-03-1981

42 AÑOS SE CUMPLEN HOY

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El 21 de marzo pasado la 13ª Cía. de Bomberos “Providencia” y el Cuerpo de Bomberos de Santiago, recordaron a uno de los suyos; quien falleció trágicamente a los 23 años de edad combatiendo las llamas en la Torre Santa María, ubicada en la comuna de Providencia. Se trataba del bombero Eduardo Rivas Melo muerto en Acto de servicio el 21 de marzo de 1981 mientras cumplía su sagrado deber voluntariamente impuesto; en el incendio de la Torre Santa María tratando de rescatar personas atrapadas en uno de los ascensores del edificio más alto de Chile en aquella época....
Eduardo nació en Santiago el 28 de junio de 1957. Cursó sus estudios secundarios en el Liceo José Victorino Lastarria de la comuna. Motivado por el servicio que entregaba la “Trece” a los habitantes de Santiago, llegó al Cuartel, ingresando a la Brigada Juvenil el 4 de noviembre de 1973. Así y luego de meses de estudios, el 14 de marzo de 1975 ingresó como bombero a su amada “Trece”. Su gran responsabilidad le permitió cumplir con su familia a su cargo y con la Compañía que juró acatar. Estudiaba Auditoría Contable en la Universidad de Chile y trabajaba en un Banco. El 21 de marzo de 1981, a las 10:15 horas, se dio la alarma de incendio en Avda. Santa María y Pedro de Valdivia Norte, 6° Cuartel, en el lado sur del piso 12 de la entonces Torre más alta de Santiago y primer rascacielos de Chile inaugurado en 1980. El incendio fue un escenario de pesadilla sin precedentes, era el edificio más alto y seguro del país, y bastó una chispa provocada por un cigarrillo mal apagado para originar la inflamación del pegamento utilizado para instalar unas alfombras. Hubo un total de 11 muertos, entre ellos el bombero de la 13.ª Cía. “Bomba Providencia”, Eduardo Rivas Melo. Siete Trecerinos tripularon la Berliet en la primera salida, carro que poseía la Decimotercera Compañía en esa época. El fuego era visible a gran distancia en todo Santiago. Violentas lenguas de fuego consumían los pisos de su gigantesca estructura, luciendo espectacular esa mañana primaveral. Incendio cruento de grandes proporciones. Las víctimas fatales fueron producto de la desesperación inicial, calcinadas, asfixiadas o por saltar al vacío desde los pisos superiores. Un coloso poco menos que inexpugnable, con 110 metros de altura, 30 pisos y cuatro subterráneos. Pero solo bastó una chispa en contacto con una planta libre impregnada de gas de neoprén, que en ese momento se usaba en pegar alfombras, para que una hoguera empezara a devorar todo a su paso. Se trabajó por largas horas. Al terminar su labor los “Trecerinos” se formaron para Pasar Lista como el resto de las Unidades de la Institución. Faltaba el joven bombero Eduardo (“Lalo”) Rivas Melo. Había muerto asfixiado en el interior de la Torre Santa María cumpliendo con su deber de luchar contra el fuego y salvar las vidas inocentes. Fue el cuarto mártir de la “Trece” y trigésimo quinto del Cuerpo de Bombero de Santiago. Sus restos mortales fueron trasladados al Cuartel de Eleodoro Yañez y posteriormente al Cuartel General de la Institución. Sus funerales se realizaron el 23 de marzo 1981 cuando estaba por cumplir 24 años. La palabra de los sobrevivientes al incendio. Los sobrevivientes dijeron que en dos minutos las llamas habían alcanzado todo el piso, como si una bola de fuego envolviera el recinto. "Arrancamos una puerta y la tiramos por una de las ventanas rompiendo los cristales. Gateamos para evitar el humo espeso que llegaba hasta un metro del suelo", señaló en 1981 el trabajador José Flores, uno de los sobrevivientes. "Por el hueco del vidrio roto comenzamos a salir de a uno, colgándonos de las molduras.
 

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Preferíamos arriesgarnos a morir cayendo desde esa altura, antes que calcinados (por los 700 grados que alcanza un espacio cuando se desata un incendio). Así, colgando, rompimos el vidrio del piso inferior y nos descolgamos. Después bajamos por las escaleras", agregó Flores. El primero en llegar al lugar fue el camarógrafo Hernán Cortés, hoy de 65 años. Estaba en el hotel Sheraton, cubriendo un evento del Comité Olímpico de Chile luego de ver unas llamas en la torre cruzó con sus equipos; "Empecé a grabar de inmediato y estuve hasta que cayó el primer cuerpo... ahí no pude seguir más. Cayó a un metro de la camilla que sostenía bomberos. Lo grabé cuando venía en el aire... fue espantoso". Al poco rato, Cortés cuenta que llegaron los tres canales de la época, que estuvieron transmitiendo el incidente en vivo. El camarógrafo Juan Carlos Segovia, quien esa mañana estaba de turno en TVN, se acercó al patio del canal para observar incrédulo el gigantesco muñón tiznado en que se estaba convirtiendo el edificio gracias a las llamaradas. "Cuando llegamos veíamos cómo la pileta de la torre se llenaba de vidrios, pedazos de ventanales de hasta 50 centímetros que caían como guillotinas. Se creó una psicosis colectiva e incluso, alguien se tiró desesperado desde el piso 3. Quedó con el cuerpo enterrado de vidrios. Entre las bocanadas de llamas y el humo, vimos que otra persona se tiraba al vacío. Cuando Bomberos lo tomó del suelo su cuerpo era como un muñeco de goma con todas las articulaciones desintegradas", cuenta Segovia. El bombero Enrique Pérez tenía entonces 34 años y pertenecía a la 1ª Cía. de Santiago, de las primeras en llegar al siniestro. Señaló que la demora en apagar las llamas no fue la falta de escaleras telescópicas (38 metros), sino que el problema fueron los espejos de agua ubicados contiguamente al primer piso de la torre. "Estos no les permitían a los carros dar el ángulo para alcanzar el piso 12. Solamente llegábamos hasta el nueve", dice Pérez, que entonces llegó en jeans y chaqueta de cuero a cumplir sus labores. Bomberos no contaba entonces con los actuales trajes especiales. "Pero esa instrucción sólo se le dio al personal de las oficinas que concurre de lunes a viernes, pero no a las decenas de trabajadores que ese sábado se encontraban haciendo arreglos de alfombras", explica Félix Sarno Mondaca, ex-Secretario Gral. del Cuerpo de Bomberos de Santiago. La mayoría de las víctimas fatales -casi todas provenientes de la población Calvo Mackenna, de Renca no tenía idea de cómo utilizar las modernas vías de escape del edificio. De hecho, las escaleras presurizadas (que deben estar siempre cerradas) ese día estaban abiertas de par en par. Quemados en el nivel 12, fallecieron dos trabajadores instaladores de alfombras. Otras tres personas trataron de huir en un ascensor que quedó trabado en el piso 12, pero murieron atrapadas en él. "Ese ascensor lo bloquearon los trabajadores en el piso 12 y no lo pudieron activar después del incendio", recuerda Sarno Mondaca. Cuatro personas lograron tomar un ascensor e intentar subir a los pisos superiores, pero fallecieron encerradas en esa trampa mortal que se detuvo en el piso 28. Entre ellas, el voluntario de la 13ª Compañía de Bomberos y de entonces 23 años, Eduardo Rivas. "No falleció por las llamas; murió por el calor", afirma Enrique Pérez. También hubo otras dos víctimas. Sergio Rivera Núñez (32), vigilante de la torre, y el contador Mario Hernán Arriagada Acuña (39) - el mismo que el camarógrafo Hernán Cortés que trabajaba en el hotel Sheraton alcanzó a grabar - murieron saltando al vacío. Ese día, lo sucedido en la Torre Santa María convocó a más de 200 bomberos, quienes cerca de las 13.30 horas lograron controlar el fuego. Luego del siniestro, surgieron nuevas necesidades en el C.B. de Santiago, ya que fue el primer incendio de gran altura. Como entonces no existía una normativa que regulara la construcción en altura en Chile, ni mayor normativa respecto a la protección contra y sus consecuencias, esta tragedia obligó a la entrada en vigencia de la ordenanza correspondiente. Esta torre santiaguina fue un proyecto que cambió el skyline de la capital y representó la cara nueva y vanguardista de la arquitectura nacional. "Consideró en su diseño la normativa estadounidense en el combate de incendios al no existir en el país normativa al respecto", señala el arquitecto Yves Besançon, socio de la oficina que construyó el edificio (el estudio de Sergio Alemparte, Ernesto Barreda y Manuel Wedeles), junto a Carlos Alberto Cruz, Jorge Claude y José Manuel Figueroa. El proyecto, que se ideó bajo el concepto de plantas libres, además, consideraba aire acondicionado y ascensores de alta velocidad. "En esa época no había exigencia respecto de la cantidad de escaleras ni de presurización de las mismas ni de red seca y húmeda o materiales con resistencia al fuego. Pero el edificio contaba con la mayoría de esos detalles", agrega Besançon. Luego de esta catástrofe la normativa mejoró. "Se exigió a todos los edificios que sobrepasaran los siete pisos, tener red seca, una llave de incendio por cada unidad de vivienda o, en su reemplazo, una red húmeda", señala Manuel Brunet, coordinador de la Cámara Chilena de la Construcción. La Torre Santa María iba a tener una "gemela", tal como el World Trade Center de Nueva York, pero ese proyecto nunca se concretó. Según Besançon, el incendio no influyó en la postergación del segundo rascacielos. La "culpa" la tuvo la recesión de 1981 que paralizó la inversión inmobiliaria por algunos años, según aclara el arquitecto. En la Comuna de Pañalolén, existe una calle que recuerda silenciosamente al Mártir del Cuerpo de Bomberos de Santiago y Bombero de la 13ª Cía. Eduardo Rivas Melo, quien entregó su vida en el histórico incendio de la Torre Santa María el 21 de marzo de 1981. Honor y Gloria a Eduardo Rivas Melo y a los todos los Mártires de los bomberos de Chile que vistiendo la burda cotona y el casco del bombero voluntario; son la reserva moral de nuestra patria.
Puede ser una imagen de 1 persona y texto que dice 17 PROVIDENCIA CIA. BOMBEROS

 

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MARTIR DE LA OCTAVA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE IQUIQUE

ERNESTO LOBOS GUAJARDO (Q.E.P.D)

22-03-1960

63 AÑOS SE CUMPLEN HOY


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La mañana del martes 22 de marzo de 1960 se declara incendio en las dependencias de una empresa pesquera de nuestra ciudad. La emergencia obligó a movilizar a las distintas compañías del Cuerpo de Bomberos, entre ellas la Compañía Internacional Zapadores N° 8
Uno de los voluntarios que se disponía a tripular la unidad fue *Ernesto Lobos Guajardo* quien a la fecha contaba con 19 años de servicio en la institución. Sin embargo, al momento de subir al carro un repentino problema de salud se lo impide, desplomándose en el suelo. Según consta en los registros siendo las 10:45 horas de ese mismo día el voluntario Lobos falleció producto de un síncope cardíaco, convirtiéndose en el sexto mártir del deber del Cuerpo de Bomberos de Iquique. El año 2002 nuestra compañía en reunión general acuerda solicitar al Directorio General del Cuerpo de Bomberos de Iquique la autorización para que los mártires de la Compañía Internacional Zapadores N°8 pasen a ser mártires de la Compañía Alemana de Bomberos «Bomba Germania» la cual rendirá los honores. A partir de esa fecha, los mártires de la 8va Compañía pasan a formar parte de honores en la lista de asistencia y ser recordados anualmente en las romerías de nuestra compañía. Hoy, al cumplirse 60 años de la partida de nuestro mártir del deber a los cuarteles celestiales, y debido a la actual contingencia por la pandemia, nuevamente debemos limitarnos por primera vez en la historia de nuestra Germania en realizar la romería a nuestros mártires, pero a través de este medio hacemos una pequeña, sencilla pero emotiva conmemoración a nuestro mártir del deber.
 

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MARTIR DE LA QUINTA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE IQUIQUE

JORGE ALGUERNA HERRERA (Q.E.P.D)

24-03-1978

45 AÑOS SE CUMPLEN HOY

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El domingo 19 de marzo de 1978 cerca de las 10:30 hrs. la compañía Dalmacia numero 5 se dirigía a un ejercicio general. Al llegar al cruce de Avenida Desiderio García, barrio El Colorado, el carro perdió el control volcándose violentamente quedando atrapados sus voluntarios. Como consecuencia del accidente falleció en el mismo lugar, de forma instantánea, Mario Bunster Acuña quien había ingresado a la compañía el 4 de agosto de 1967, teniendo 10 años de servicio. A las 13:30 hrs. del mismo día 19 de marzo como consecuencia de las heridas recibidas en el accidente falleció en el hospital de Iquique el voluntario Oscar Esterch Malebran quien tenia 8 años de servicio, pues había ingresado el 12 de febrero de 1971.
El viernes 24 de Marzo falleció el voluntario Jorge Alguerna Herrera quien fue trasladado a la ciudad de Santiago debido a su gravedad, dejó el Cuerpo con 21 años de servicio ya que había ingresado a la Compañía el 4 de marzo de 1956.
Hoy en el lugar de la tragedia se levanta un monolito por los hombres que entregaran sus vidas al cumplir con el deber.
 

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MARTIR DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE DIEGO ALMAGRO

ALVARO PLAZA RAMOS (Q.E.P.D.)

25-03-2015

8 AÑOS SE CUMPLEN HOY


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Álvaro Plaza se convirtió aquel 25 de marzo del 2015 en héroe. De esos anónimos, de esos que sin medir el esfuerzo hacía lo que fuera por ayudar a su prójimo, y así se fue, ayudando al que más apremiado.
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La imagen está patente. El carro del cuerpo de Bomberos de Diego de Almagro en medio del caudal del rio Salado, que a esa hora arrasaba la comuna minera de extremo a extremo. Un registro audiovisual dejó inmortalizado de por vida el último esfuerzo del joven bombero entregando consuelo al más necesitado, a ese niño que logró dejar a salvo, pero que cobró su vida cayendo al caudal, perdiéndose su rastro hasta el día de hoy.
Hoy, como cada 25 de marzo de los últimos 8 años, sus camaradas lo recuerdan en el mismo punto donde se le vio por última vez, junto a su familia, vecinos y cercanos. Esta vez las autoridades comunales también quisieron estar presente en el memorial construido en su nombre. Alcalde y concejales de la comuna dieguina fueron parte de las personas que quisieron mantener vivo el recuerdo de Álvaro, el brigadier héroe que por salvar vidas hipotecó la propia.


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MARTIR DE LA OCTAVA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE VIÑA DEL MAR

SEBASTIAN OYANEDEL HAACK (Q.E.P.D)

29-03-2002

21 AÑOS SE CUMPLEN HOY

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Voluntario de la Octava Compañía, Bomba Ismael Ruiz-Tagle Leniz. Muerto el 29 de marzo de 2002, 14 días después de haber asistido al Acto del Servicio ocurrido en calle Balmaceda del balneario de Reñaca, a sólo tres cuadras del cuartel, donde la escala que ocupaba para subir al departamento actuara como conductor para que los 11 mil voltios que pasaban por unos cables eléctricos se descargaran en su cuerpo.
 

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BOMBERO MARTIR DE LA SEGUNDA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE ÑUÑOA


LUIS BERNANDIN ORELLANA (Q.E.P.D)

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El Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa rinde sentido homenaje al Mártir de la institución, Voluntario LUIS BERNARDÍN ORELLANA, al cumplirse, en esta fecha, 58 años de su lamentable partida.
El tercero de los Mártires de la institución falleció a los 23 años de edad, producto de las graves lesiones que recibió cuando junto a otros bomberos desarrollaban labores de remoción de escombros y una súbita explosión los afectó, provocando que dos de sus compañeros de bomba fallecieran ese mismo día, Silvio Guerrero Mutinelli y Jorge Batiste Aleu.
El voluntario Luis Bernardín Orellana, de la Segunda Compañía, resultó con quemaduras en gran parte de su cuerpo y a pesar de una positiva evolución inicial, una traicionera infección finalmente le arrebató la vida 108 días después del accidente ocurrido cuando el incendio que afectaba a una fábrica de artículos para calzado, en calle Madreselvas casi esquina de avenida Macul, estaba dominado, la madrugada del 14 de diciembre de 1962.
LUIS BERNARDIN ORELLANA, es uno de los que, con su vida, han defendido los ideales bomberiles, ilumina el andar de los voluntarios y sigue siendo la guía de las nuevas generaciones que nutren las filas del Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.
¡Siempre presente, jamás olvidado!


 

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MARTIR DE LA SEXTA COMPAÑÍA DE BOMBEROS DE IQUIQUE

BRUNO MENDEZ RODRIGUEZ (Q:E:p:D)

01-04-1965


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Un día invernal, un joven iquiqueño, celebra uno de los días más importantes de su vida, su ingreso a la Compañía Chilena Sargento Aldea N°6, del Cuerpo de Bomberos de Iquique. Bruno Segundo Méndez Rodríguez, El joven entusiasta y audaz, que un día golpeó las puertas de la Compañía N°6 de Iquique, demostró con constancia y disciplina su anhelo bomberil, llegando a ocupar cargos de Teniente 2°, Consejero de Disciplina, Ayudante, Portaestandarte, Prosecretario, Secretario, Capitán, Ayudante General, Teniente 1° y el de Vice Comandante, caracterizándose, así como un efectivo y eficaz elemento al servicio de la institución.
Llegando el año 1965, la institución se preparaba para realizar el ejercicio general del cuerpo de Bomberos de Iquique, y el valeroso sextino de 56 años de servicio ansioso lo esperaba. El día 28 de marzo de aquel año, se realizó la esperada presentación en la ciudad, Bruno Méndez se prestaba a tripular junto a sus compañeros de ideal, con el mismo ímpetu de su juventud en el carro de su querida compañía. Mientras la Roja máquina transitaba por las calles de la ciudad, específicamente en calles Balmaceda y Aníbal Punto, entre añosas casas de madera, perennes estandartes de la gloria salitrera de Chile, se produce un desafortunado Barquinazo, que desestabilizó al ya anciano Bombero, quien producto de esto, cayó bruscamente del vehículo en movimiento, golpeándose en el duro pavimento de piedra que cubría la calle, lo que le produjo graves heridas.
En la prematura de las circunstancias, es socorrido presurosamente por sus compañeros, quienes le prestaron los primeros auxilios necesarios para luego ser trasladado al hospital regional, donde fue atendido con la diligencia necesaria.
La preocupación se apoderó de todos los miembros de la compañía e institución, pues uno de sus más antiguos miembros se encontraba herido de gravedad en el centro asistencial, las oraciones resonaban como ecos en los pasillos del hospital, pero luego de agitantes esfuerzos del equipo médico, Don Bruno Segundo Méndez Rodríguez dejaba su vida mortal la tarde del jueves 1 de abril de 1965, convirtiéndose en el séptimo mártir de la institución. Sus restos fueron velados en el cuartel en ese entonces, en calle Esmeralda N°359
Pasó el viento silbando con congoja entre medio de las casas de la ciudad, partía un nuevo héroe del fuego, quien esta vez no combatía al temido enemigo mortal, sino que se encaminaba a demostrarle a su preciada ciudad que en él y en sus compañeros podían confiar y encontrar auxilio. Su Ciudad, su querida institución y su familia, acompañaron su último andar por aquellas calles que lo vieron combatir, y agitado alcanzar el propósito mayor, que solo a algunos hombres es encomendado, servir incansable y valerosamente a aquellas personas que con miedo piden auxilio, protegiendo vidas y bienes velando por un mundo mejor. Atrás quedan los miedos, la cobardía y en adelante se lleva la osadía y la temple al combatir sin miedo las emergencias que día a día la vida suscita y detrás de los pasos de aquellos que con valor honraron su nombre e inmolaron su ejemplo es que los espíritus altruistas caminan y con la bizarría propia de su alma sirven.
Hoy el puerto de Iquique vuelve a sollozar y enlutarse, cada primero de abril, pues recuerda al hombre de bien que dejó esta vida en busca de un ideal mayor, Servir.
 

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Mártir del deber Nelson Araya Bustos

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Hoy se rinden honores a nuestro Mártir del deber Nelson Araya Bustos quien hace 9 años fallece un 01 de Abril de 2014 tras acudir a conducir nuestra unidad B5 de aquel entonces para dirigirla a zona de encuentro tras el terremoto que sacudió a nuestro Iquique... trágico día que enlutó a nuestra Dalmacia y al CBI y se llevó a Nelson a los cuarteles celestiales!

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